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Valdemar: un empresario “pulpo”

Para ser un empresario exitoso hay que “ser pulpo, hay que hacer varias cosas a la vez, cuando uno es joven aguanta”,  dijo el veterano empresario peruano Estuardo Valdemar, que en octubre cumplirá 71 años.

Y en ese esfuerzo hay que involucrar a los hijos, sostuvo Valdemar, que en su larga trayectoria empresarial de cinco décadas ha dirigido un restaurante, una imprenta, una librería, estaciones de radio y una agencia de viajes.

“A los hijos los hicimos trabajar con nosotros. Uno de ellos decía que iba a misa todos los domingos, pero en realidad lo que hacía era repartir volantes de las empresas que teníamos”, afirmó el empresario.

“Mantener ocupados a los hijos evita que se involucren en los problemas de drogas”, aseveró en una entrevista reciente con El Tiempo Latino.

Valdemar llegó a la ciudad capital a principios de la década de 1960.

“Hacía un calor de los mil diablos”, recordó. Recientemente en agosto hizo lo que denominó como un “recorrido de la nostalgia” con su numerosa familia, incluyendo cuatro hijos, 12 nietos y 3 bisnietos, por las calles washingtonianas donde pasó años de lucha, de sacrificio y de bonanza.

En sus años mozos, cuando llegó teniendo apenas 18 años, Valdemar vivió primero en un edificio de la YMCA para jóvenes estudiantes entre las calles 18 y G, al noroeste de Washington, y luego se mudó a un departamento entre las calles 20 y P.

“Yo era un aventurero, en esos años no había grandes problemas con la visa”, sostuvo el empresario desde su oficina en Annapolis,  Maryland, donde todavía sigue trabajando.

La embajada de Estados Unidos en Lima preguntaba en esos años si uno quería venir como residente o como turista. A su esposa Leonor, que vino unos pocos años después, ya la conocía desde el colegio en la ciudad de Trujillo, Perú.

Valdemar trabajó primero lavando autos y luego en varios restaurantes, incluyendo uno italiano y otro de comida tejana. En las décadas de los 60 y 70 fue testigo de la postergación y discriminación que enfrentaban los afroamericanos, sobre todo en Virginia, que limita al sur con la ciudad.

Sin embargo, en la ciudad de Washington, los afroamericanos eran la gran mayoría, y contaban con mejores condiciones de vida, puntualizó.

En 1980 fundó la agencia de viajes Valdemar Travel, aprovechando que ya era conocido por trabajar 12 años en una radio, la 100.3 FM, conocida primero como “Radio Latina” y luego “La Grande”.

“Nos sacaron a los latinos y pusieron a los morenos en esa radio, y ha cambiado varias veces de dueño. Anteriormente la frecuencia AM era más popular que la FM”, recordó.  “Para subsistir había que tener tres trabajos, yo trabajaba en la radio los fines de semana, al dejar la radio la gente ya me conocía y comencé a capitalizar eso” al fundar la agencia de viajes, afirmó.

Los negocios de Valdemar, con el apoyo de su esposa Leonor, incluyeron la librería Editorial el Mundo, que mantuvo por 30 años, así como una la imprenta y el Restaurante Peruvian Room. Ahora sigue con la agencia de viajes y estaciones de radio en Carolina del Norte y en su país natal.

“Hemos diversificado bastante, hay que hacer varias cosas a la vez. Desde que llegué a este país me di cuenta que para salir adelante hay que hacer 3 trabajos”, señaló.

Cuando recién llegó trabajaba en un restaurante de 4 pm a 4 am. “Estaba recién llegado, había muy pocos latinos, era un poquito difícil comunicarse y había que aprender el idioma” y trabajar bastante, puntualizó.

El próspero empresario comentó sobre los que insisten que “tiene que descansar”. Su respuesta siempre es: “tú no sabes cuánto tiempo vas a estar muerto, ahí es cuando vas a descansar”.

Valdemar tuvo la oportunidad de vivir en los 60, cuando trabajaba como mesero, la lucha por los derechos civiles de los afroamericanos, primero con el discurso “Yo tengo un sueño” de  Martin Luther King en 1963 y posteriormente con los disturbios en Washington y otras ciudades en 1968 tras el asesinato del dirigente.

“En esas épocas no me dedicaba mucho a la política”, afirmó Valdemar, que reconoció que ese no es su “fuerte”. En ese entonces “más pensaba en divertirme” que en participar en la política. En esos años le gustaba ir a conciertos de rock en vivo en la avenida Nueva York o ir a las playa en Ocean City, en el vecino estado de Maryland.

Al fundar su agencia de viajes, confesó que vivió en los 80, 90 y 2000  las era “doradas” cuando recibía comisiones del 25, 30 y hasta 45 por ciento en la venta de los pasajes y llegó a tener cerca de 30 oficinas y facturar, según afirma, unos $15 millones al año. Las ganancias también se debían al envío de remesas y encomiendas.

En la actualidad, las ganancias las ha invertido en las estaciones de radio en Carolina del Norte, donde se ha experimentado en los últimos años un crecimiento vertiginoso de la comunidad latina, sobre todo mexicanos, que ahora están sustituyendo a los afroamericanos en cuanto a la mano de obra agrícola, que incluyen además los estados de Alabama y Georgia, entre otros, puntualizó.

Además de mexicanos, han empezado a llegar a esos estados hondureños, guatemaltecos y salvadoreños, indicó.

Sobre la reforma migratoria, manifestó que muchos de los sectores antiinmigrantes dicen que los indocumentados les están quitando los trabajos, pero que la realidad es que ellos “ya están trabajando y no les están quitando el trabajo a ninguna persona”.

Muchos de ellos son indocumentados, pero pagan impuestos con un número que les asigna la Oficina del Seguro Social, pero que nos les da derecho a beneficios, anotó.

El empresario dijo que su plan inicial era ir a España para “aventurar”, pero que un amigo le recomendó que no fuera por la dictadura de Francisco Franco en esa época. Como la embajada de Estados Unidos en Lima estaba cerca de la  sede diplomática de España, Valdemar decidió solicitar una visa para Estados Unidos. Y el resto es historia.

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