
La cadena con el pendiente en oro de 18 kl. simulando un rayo de luz con perla rosa. En oro de 14kl., ópalos andinos de Perú, con cristal Swarovski.
María del Carmen Lanffranchi —Maki— dice que el origen de todo en su vida tiene que ver con haber nacido en el seno de una familia “llena de arte, creatividad e ingenio”.
“Mi madre, divorciada muy joven, se dedicaba al negocio de las joyas y sacó adelante nuestra familia”, dice Maki y explica que creció en su natal Lima, Perú, admirando la dedicación de su madre y observando la elaboración de las joyas apoyada por grandes orfebres peruanos.
“Desde muy pequeña, envuelta en este fascinante medio, ya a los 6 años tenía el arte en las manos. Puedo decir que fue el legado más grandioso de mi madre”, cuenta.
“Me casé muy joven y me divorcié con mis dos hijos pequeños”, explica la artista para pintar un cuadro vital de lucha y duro trabajo donde el mundo de las joyas jugaría un papel fundamental para salir adelante, como madre y como profesional. Maki estudió y trabajó en marketing empresarial como organizadora de eventos en una de las más importantes consultoras automotrices de Perú. Trabajó en una financiera y hasta en una compañía de servicios médicos de emergencia en Lima y en Arequipa.
“Tenía que trabajar duro en dos o tres proyectos simultáneos, pero siempre con mis joyas y con ropa fashion de diferentes países y por supuesto con bellas piezas de nuestra alpaca peruana”, explica Maki.
Su pasión por el diseño de joyas creció al tiempo que era aceptado y requerido por una clientela creciente que iba entre el cliente particular y el empresarial.
“De ahí para adelante solo me dediqué a mis joyas individuales y corporativas aconsejando y dando el ejemplo de mi éxito a otras mujeres jóvenes emprendedoras en Perú y ahora en USA donde llegué en el año 2001”, dice.
“Considero, con humildad, que soy una guerrera sacando a mis hijos adelante, dándoles la mejor educación y mi amor en un medio dominado por los hombres”, enfatiza Maki quien se siente “triunfadora” ya que sus hijos son “dos profesionales de éxito ahora, una abogada y un financista”.
Considera que su éxito en Estados Unidos está relacionado tanto con la calidad de sus diseños, como con su pasión y su toque peruano: “Con la herencia fina, regalo de mis ancestros precolombinos, llevo el arte en las venas, trabajando con sensibilidad que dejo en cada una de mis piezas”.
¿Y su estilo? “Conjugando a la influencia precolombina, mi arte denota mi toque peruano, haciéndolo místico y atractivo”. Porque Maki, la artista, es glamorosa sin ser excesiva, de fuertes raices peruanas, pero asentada en el vanguardismo contemporáneo.
“Me inspira la pasión que siento al estar en contacto con los bellos materiales que uso”, dice. Y esos materiales son piedras preciosas, como esmeraldas, aguamarina, rubí… piedras semi-preciosas, toda la variedad de perlas —cultivadas, tahitiana, akoya, freshwater, de río—, cristales de roca y Swarovski, semillas de Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil, el Caribe. Y siempre oro y plata.
El espíritu solidario de Maki la lleva a apoyar a fundaciones y entidades de caridad que ayudan a los niños abusados y pobres, a las mujeres maltratadas y especialmente a los sobrevivientes de cáncer.
“Desde muy niña, nuestra adorada madre nos enseñó a ayudar a las personas menos afortunadas y esta misión la deseo hacer por siempre”, expresa y dice estar muy agradecida por los reconocimientos de su comunidad .
“Tengo el privilegio de haber representado a mi querido Perú exhibiendo mis joyas en el Salón Bolívar de la OEA, de recibir el reconocimiento profesional por mi joyería fina y el reconocimiento social por ayudar a los niños pobres de Perú”.
A la vida le pide felicidad personal y para la familia: “Y seguir trabajando en el diseño de mis joyas y especialmente seguir ayudando a los más necesitados. Seguir conociendo más países del mundo para traer nuevas ideas para la creación de mis diseños”.
Las joyas de Maki Lanffranchi, se pueden adquirir poniéndose en contacto con la artista al (571) 235-6511, o en el sitio web www.designsbymaki.com.