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Llaman a ayuno nacional por reforma

DC. Eliseo Medina recibe en la carpa de ayuno al vicepresidente Joe Biden.


           
   

Cort.David Sachs / SEIU

DC. Eliseo Medina recibe en la carpa de ayuno al vicepresidente Joe Biden.

“La unión hace la fuerza”. Pero esta vez el estribillo no se aplica a una marcha, ni a una protesta, sino a un sacrificio corporal: dejar de comer y, “orar sin cesar” por la reforma migratoria.

A dos días de celebrar el feriado  de Acción Gracias, el movimiento “Fast for Families” (Ayuno por las Familias) convocó el martes 26 de noviembre a una jornada nacional de un día de ayuno, entre el domingo 1 y el martes 3 de diciembre, con el fin de presionar al liderazgo republicano para que apruebe una reforma migratoria.

Esperan “un milagro”: que el presidente de la Cámara de Representantes John Boehner (R-Ohio) llame a votación a la reforma y que los legisladores voten a favor antes de finalizar el año.

Visiblemente demacrado y con 20 libras menos de peso, el activista Eliseo Medina, de 67 años, del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios (SEIU, por sus siglas en inglés), hizo la convocatoria al llegar a los 15 días de ayuno, sólo bebiendo agua.

“Le pedimos al pueblo americano que se nos una en ayuno y oración con el fin de levantar nuestras voces colectivas para crear una fuerza moral que convenza al Congreso de que el tiempo de actuar es ahora”, apuntó Medina durante una conferencia de prensa realizada en la carpa que instaló Fast for Families a unas cuadras del Capitolio.

VISITA. Jeff Denham (der.) primer republicano que visitó a los que ayunan.


           
   

Cort. Fastforfamilies

VISITA. Jeff Denham (der.) primer republicano que visitó a los que ayunan.

“Es un sacrificio muy pequeño que hacemos todos para asegurar que nuestros hermanos y hermanas puedan gozar de las bendiciones de este país”, añadió el líder, a quien su familia, dos hijas y nieta lo acompañaron por varios días.

La convocatoria se realizó en medio de una semana donde millones de familias se reunieron para dar gracias a Dios en el feriado más significativo de este país. Pero en donde, también, otros miles de hogares tuvieron las sillas vacías a causa de la deportación de algunos de sus seres queridos.

El tema migratorio tomó fuerza el lunes 25 de noviembre cuando el presidente Barack Obama dio un discurso al respecto en un centro recreativo de San Francisco, como parte de una gira que realizó.

Allí enfatizó que “no hay razón por la que no deberíamos aprobar la reforma migratoria ahora. Ninguna razón. Si la hay, no la he escuchado”, expresó casi una semana después de haber dado un giro a su estrategia de presión por la medida con la intención de forzar a los republicanos a dar un paso al frente.

Obama dijo el pasado miércoles 20 de noviembre que aceptaría que la  Cámara de Representantes aprobara una reforma migratoria por partes “con tal de que todas ellas sean ratificadas”.

En respuesta al anuncio de Obama, Boehner remarcó que “la única manera” de que el esfuerzo legislativo no fracase es enfrentar las cuestiones “una por una”.

Pese a que el Senado aprobó en junio una reforma migratoria integral que incluye una vía a la ciudadanía para millones de indocumentados, la Cámara Baja se ha negado a revisar el documento en su totalidad y prefiere un enfoque por partes, en los que enfatiza en el tema de seguridad fronteriza.

El discurso de Obama del lunes coincidió con la publicación de un nuevo sondeo que muestra al 63 por ciento de los estadounidenses a favor de una reforma migratoria que incluya el camino hacia la ciudadanía de los indocumentados que cumplan con los requisitos.

La encuesta del Instituto Público de Investigación sobre Religión (PRRI) reveló que seis de cada 10 republicanos y siete de cada 10 demócratas respaldan la reforma.

Mientras tanto, Medina, el dreamer Cristian Ávila y el activista coreano Dae Joong Yoon continuaron su ayuno en la carpa. A ellos se les unió desde California el pastor Samuel Rodríguez, de la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC), quien desde el 4 de noviembre realiza un ayuno de 40 días por la reforma.

El sacrificio de los activistas ha captado la atención de políticos  y personalidades que los han visitado y expresado admiración, entre ellos el vicepresidente Joe Biden, quien los tomó por sorpresa.

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