
PLANTÓN FRENTE A LA CASA BLANCA. El niño Pablito, espera el retorno de su padre deportado, junto con los “dreamers” de Arizona, Reyna Montoya y José Patiño. A la derecha, José Valdez, que espera la liberación de su hijo indocumentado Jaime, quien se encuentra detenido. Los inmigrantes se encuentran desde el 5 de abril en un plantón indefinido frente a la residencia presidencial.
Activistas pro-inmigrantes desafiaron la lluvia y el frío este lunes 7 de abril al continuar por tercer día con un plantón en la Casa Blanca. Por su parte, un grupo de mujeres inició un ayuno de 48 horas luego de instalarse en una carpa frente al Capitolio, que es la sede del Congreso.
El plantón frente a la Casa Blanca, que comenzó tras una marcha el sábado 5 desde el barrio latino de Mount Pleasant hasta el parque Lafayette, frente a la residencia presidencial, significa que los manifestantes permanecerán indefinidamente hasta encontrar una respuesta satisfactoria por parte del gobierno de Barack Obama para poner un alto a las deportaciones.
La ola de protestas en decenas de ciudades todo el país comenzó el sábado 5 como parte de la campaña de Acción Nacional denominada “#2million2many” con referencia a la cifra récord de deportaciones bajo la administración Obama y la necesidad de que tome medidas administrativas ante la inacción del Congreso para aprobar una reforma migratoria para legalizar a unos 11 millones de indocumentados.
Entre los manifestantes frente a la Casa Blanca se encuentran José Valdez, Naira Zapata y sus hijos, así como miembros de la Dream Action Coalition y la Red Nacional de Jornaleros (NDLON), entre otras organizaciones.
Valdez, quien recientemente realizó una huelga de hambre, llegó a Washington para pedir la liberación de su hijo Jaime, quien se encuentra en el Centro de Detención de Florence en Arizona, luego de una apelación a su deportación.
La joven “soñadora” Reyna Montoya, de 23 años, quien vino a DC desde Arizona, afirmó que llegó hace diez años de México y es indocumentada. Actualmente es graduada en Ciencias Políticas y Políticas de Inmigración, y también con estudios en danza contemporánea.
Montoya es beneficiara del programa del presidente Barack Obama para la suspensión de deportaciones a jóvenes que llegaron de niños a Estados Unidos, conocido como DACA, por sus siglas en inglés. “Ahorita mi papá está a punto de deportación, estuvo en la cárcel nueve meses y mi mamá también es indocumentada”, lamentó Montoya.
Para este martes 8, los activistas esperan la llegada de buses procedentes de Arizona y Nueva York con familias inmigrantes con niños que tienen a sus seres queridos en centros de detención.
Por otro lado, un centenar mujeres de todo el país iniciaron el lunes 7 un ayuno para presionar a los legisladores de la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, a que aprueben una reforma migratoria integral, tal como ya lo hizo el Senado en junio del año pasado, con mayoría demócrata.
El acto ocurre luego de eventos similares llevados a cabo por 1.500 mujeres en 35 estados del país, el Distrito de Columbia y la Ciudad de México.
Como parte de la actividad “We Belong Together”, dirigida por la activista Pramila Jayapal y organizaciones sindicales y de la comunidad asiática, entre otras, las activistas visitaron las oficinas de varios legisladores y esperan enviarles mensajes cuando concluyan su ayuno el 9 de abril.
La legisladora demócrata de California, Lucille Royball Allard, estuvo entre las participantes del lanzamiento del ayuno que congregó a las mujeres a pesar de la lluvia.
Por otro lado, pastores evangélicos de Arizona, Florida, Illinois, Michigan y Nueva York denunciaron el viernes 4 en una teleconferencia el impacto negativo de las deportaciones. La actividad coincidió con un “Día Virtual de Oración” (#Pray4Reform) y con miras a un evento similar el 29 de abril para reunirse con legisladores en DC.
Entre las mujeres que iniciaron su ayuno estuvo la mexicana Guillermina Castellanos, de San Francisco, California, que trabaja para la Colectividad de Mujeres, quien tiene 9 hijos y 13 nietos. “Soy documentada pero estoy ayunando porque tengo a una nieta cuyo papá va a ser deportado”, indicó.
Lili Treviño Sauceda, nacida en Estados Unidos y de origen mexicano, dijo que está ayunando por el abuso que sufren muchas mujeres trabajadoras indocumentadas. “Ya basta, el Congreso debe tener valentía para hacer algo”, puntualizó.
Susana Sandoval, de Chicago, de origen mexicano, madre soltera y con dos hijos adolescentes, manifestó por su parte que “el cambio lo va a hacer la mujer, ya estamos liderando, como madres hemos cambiado la historia”.
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