El gobierno de Barack Obama investiga si el programa del “Twitter cubano” que era respaldado secretamente por Estados Unidos contenía mensajes de naturaleza política, a pesar de las afirmaciones oficiales de que la iniciativa tenía como fin simplemente aumentar el flujo de información en un país con fuertes restricciones al acceso a internet.
La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, dijo el miércoles que sería “preocupante” si se enviaron mensajes políticos como parte del programa. Agregó que el patrocinador del programa, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), estaba tratando de determinar si alguno de los mensajes que sí se enviaron tenía carácter político, así como el momento en que fueron enviados y si se trataba de borradores o si de hecho fueron enviados.
Una investigación de The Associated Press reveló que el gobierno de Estados Unidos construyó una red de telecomunicaciones, inoperante hoy día, para socavar al gobierno cubano y que se produjeron borradores de mensajes que eran abiertamente políticos.
Documentos obtenidos por la AP muestran que los borradores de los mensajes se mofaban del gobierno de los Castro y fueron creados por un caricaturista político que trabajaba para el proyecto de la red social. Esos mensajes discrepan con las afirmaciones anteriores del gobierno estadounidense de que el programa no promovía contenidos políticos.
La empresa estatal de telecomunicaciones en Cuba dijo el miércoles que inició una pesquisa sobre cómo fue que cientos de miles de teléfonos celulares terminaron en el programa de la USAID. La investigación de la AP descubrió que esos números telefónicos se usaron para crear una base de suscriptores para el proyecto, denominado ZunZuneo.
Las comparecencias esta semana en el Congreso sobre la creación del programa se enfocaron en si era apropiado que la USAID lanzara una operación de este tipo, y no agencias especializadas en labores de espionaje como la CIA.
El programa evadió las restricciones digitales de Cuba y creó un servicio de mensajes de texto que podía usarse para organizar manifestaciones políticas. ZunZuneo atrajo a decenas de miles de suscriptores que no sabían que estaba respaldado por Washington, que se esforzó en ocultar su participación.
La representante federal por Florida Ileana Ros-Lehtinen, originaria de Cuba, defendió ardorosamente el miércoles los programas estadounidenses de fomento a la democracia en Cuba, y dijo que era “muy importante ofrecer el otro lado de la historia, el lado que promueve los valores de Estados Unidos: valores dados por Dios, como la libertad y la justicia”.
“El asunto que estamos debatiendo… es si la USAID debe o no tomar medidas para promover los derechos humanos, el estado de derecho y la gobernanza democrática en el mundo”, agregó. “Yo digo que sí”.
Otros legisladores se dijeron incómodos con la noción de que una agencia que es conocida por su misión humanitaria estuviera llevando a cabo operaciones que deberían quedar a cargo de profesionales.
El presidente de la comisión del Senado que aprueba el presupuesto de tales programas en el extranjero, el senador Patrick Leahy, demócrata por Vermont, dijo la víspera que nunca fue informado sobre la operación del “Twitter cubano”, y objetó las afirmaciones del administrador de la USAID Rajiv Shah acerca de que el Congreso fue debidamente informado. El gobierno de Obama ha dicho que el programa operó “discretamente” pero que no era encubierto.
Leahy, presidente de la subcomisión de Asignaciones del Senado responsable de las operaciones en el extranjero, dijo que los empleados de la USAID que laboran en programas de ayuda abiertos en el extranjero se han quejado de que los programas secretos de la agencia ponían sus vidas en riesgo.
Haciendo una defensa del programa, el gobierno de Obama y detractores del régimen de Castro han señalado las auditorías federales y los controles presupuestarios a los casi 20 millones de dólares que la USAID gasta en iniciativas de fomento a la democracia en Cuba. Los contratistas que crearon el ZunZuneo tomaron medidas para ocultar la participación del gobierno de Estados Unidos a los suscriptores en Cuba usando compañías intermediarias y servidores en otros países, y canalizando fondos desde un banco en el extranjero.
El senador republicano por Nebraska Mike Johanns dijo en las audiencias del martes que USAID no era el lugar apropiado para una operación de ese tipo en naciones hostiles.
“No quiere decir que esta era una misión importante, pero ¿por qué se la daríamos a la USAID?”, cuestionó Johanns. “¿Por qué no buscaríamos dársela a otro ámbito del gobierno federal? Para mí parece una locura. Me parece una locura que ustedes estén en medio de eso”.
Exintegrantes de los servicios de espionaje con experiencia en operaciones encubiertas dijeron a la AP que no recordaban algún otro caso de participación de la USAID en actividades similares de inteligencia. Robert Baer, exagente de la CIA en Medio Oriente, calificó la operación secreta de la agencia “francamente, una locura”.
Baer puso en entredicho que la agencia recurriera a una red social para fomentar la democracia, y señaló que los brotes de activismo por internet en Irán y Egipto fueron rápidamente acallados por los regímenes autoritarios.
“No puedes dirigir una revolución desde Twitter”, dijo.
Los mensajes diseñados para ZunZuneo contenían una aguda sátira política, según muestran los documentos obtenidos por la AP. Uno enviado el 7 de agosto de 2009 criticaba al exministro de telecomunicaciones de la isla, Ramiro Valdés, que alguna vez advirtió que internet era un “potro salvaje” que había que domar.
“Ultima hora: Cubano muere por corrientazo de laptó. ‘Yo ya lo avisé’, declaraba Valdés, satisfecho. ‘Esos aparatos son armas del enemigo!”’, afirmaba el mensaje.
Otros estaban marcados en los documentos como borradores y se desconoce si el servicio los transmitió. Según el gobierno de Estados Unidos, el proyecto llegó a su fin en 2012 debido a falta de financiamiento.
Shah citó el martes un estudio de la Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno (GAO) sobre los programas de promoción de la democracia, entre ellos ZunZuneo, que determinó que estaba apegado a la ley. Pero el autor del estudio de la GAO dijo a la AP que los investigadores no examinaron el tema de si los programas eran secretos.
Leahy y otros legisladores dijeron que les fue descrito en términos generales y que no se les dieron indicios sobre los riesgos del programa, sobre su naturaleza política ni sobre los esfuerzos para ocultar la participación de Washington.