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"El milagro colombiano existe"

“Después de muchos años de venir a esta ciudad, y en los pocos meses que llevo como embajador en Washington, puedo dar testimonio del gran  cambio de percepción que en este país se tiene sobre Colombia”, dijo Luis Carlos Villegas en entrevista con El Tiempo Latino al abordar la pregunta sobre un país asediado, en su historia reciente, por problemas como el narcotráfico, la guerrilla o la pobreza que hacía temer por su viabilidad democrática. “Hemos hecho en la última década y especialmente en los años recientes un esfuerzo que nos ha traído el reconocimiento internacional y veo que, desde Estados Unidos, se aprecia la recuperación de Colombia”

Embajador Luis Carlos Villegas

Lejos quedan ya los tiempos en que los colombianos “escondíamos en un estuche de cuero nuestro pasaporte para que no se supiera de dónde veníamos”, recordó el embajador Villegas y apuntó al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC) como “el instrumento que marca la inserción de Colombia a nivel internacional”.

“Tenenos tratados que nos dan acceso a mercados con cerca de dos mil millones de consumidores: Europa, EE.UU., Canadá, América Latina… estamos negociando con Japón y ya lo hemos hecho con Corea”, dijo pero enfatizó la importancia del TLC con Estados Unidos.

“Hacia adelante las perspectivas son realmente muy buenas en la medida en que esta economía se recupera ya vemos un crecimiento  en rubros distintos a petróleo, carbón, banana, café… como son los nuevos rubros manufactureros y de servicios… Estados Unidos está en comercio exterior con Colombia en un orden de $40 mil millones y es, además, nuestro primer inversionista extranjero”.

La “Buena noticia” para el embajador Villegas es que “14 de las 32 regiones de Colombia exportan a EEUU gracias al TLC. Y cada vez son más pequeña y mediana empresa las que exportan”. Son unas 1.800 empresas colombianas nuevas que ha exportado por primera vez a Estados Unidos en el nuevo marco comercial. ¿Qué hacer para que el ritmo no decaiga? “Mantener una permanente ‘evangelización’: tenemos en Bogotá una oficina para asesorar sobre los TLC,  y el servicio de comercio exterior en casi todas las capitales de región y aquí en Washington y en otras ciudades estadounidenses”.

Villegas ve el tema del migrante colombiano en Estados Unidos como una oportunidad para mejorar las relaciones bilaterales y enfatiza que los logros socioeconómicos de  Colombia hacen que muchas de estas personas estén regresando.

“Hay que decir que el tema migartorio es un problema de la política doméstica de Estados Unidos, pero dicho esto, para Colombia es importante de que en el mundo desarrollado haya conciencia de la trascendencia que tiene una ciudadanía plena de quienes han migrado y de quienes trabajan para el crecimiento del PIB de esos países. Y quienes trabajan para enviar remesas a sus países que son tan importantes para las economías emergentes”, expresó Villegas.

En el caso colombiano, cerca del 80 por ciento  de los inmigrates llegan a Estados Unidos entre 1985 y el 2005, épocas dramáticas marcadas por la volencia.

“Pero en mis visitas a las comunidades colombianas en EE.UU. he visto que muchos colombianos están de regreso y se ve en algunas zonas de  Colombia, como en el eje cafetero, en Antioquia, donde familias enteras e incluso segunda generación están regresando al país”.

Porque, dice el embajador, “el milagro colombiano existe”.

“Somos una de las grandes transformaciones en el mundo emergente: teníamos un ingreso por habitante en el año 2000 de $1.500 y cerramos el año pasado con $8.500, esas son las cifras. Además nuestro crecimiento nos llevó de ser la séptima economía de América Latina, en el año 2000, a estar hoy en una muy grata controversia con Argentina sobre cuál es la tercera”. Al “milagro” se añade la caída en el nivel de pobreza que pasó del 60% en el 2000 al 30% en 2013. Todo es fruto del “esfuerzo institucional y de ayudas generosas y oportunas como las de Estados Unidos cuando nadie quería saber de Colombia”.

“EE.UU. nos dio la mano y gracias al valor de la sociedad colombiana, hoy podemos decir que de esas amenazas que rondaban la democracia colombiana yo creo que ya no hay ninguna que pueda poner en peligro la estabilidad del país”.

Lo afrocolombiano

“Lo primero que hay que decir es que no hay un mundo blanco. El mestizaje es una de las realidades más arrolladoras de la sociedad colombiana porque ha sido un proceso de más de medio milenio de esa mezcla, gratamente además. Entonces no tenemos una población que pueda decirse que es exclusivamente de éste o aquel grupo étnico, sino una inmensa mayoría mestiza. Eso facilita el futuro. Porque hemos tenido minorías étnicas desconocidas, entre ellas, la afrocolombiana. Creo que uno de los grandes resultados del cambio en Colombia es que ha podido airear esa serie de temas que estaban olvidados o escondidos por dos siglos y ha permitido que realidades como la Costa Pacífica colombiana o temas como el del Cauca o el norte en la Sierra Nevada puedan ser debatidos y discutidos tranquilamente como parte de una gran nacionalidad que va progresando. Eso me da la esperanza de que tenemos ante nosotros un camino de reconocimiento e inclusión de unas minorías eetnicas que antes no figuraban”.

¿Hay cansancio en el proceso de paz?

“El proceso de paz es cansón, pero no hay cansancio en el gobierno. Puede haber cierto tedio en la opinión pública que, como nosotros en el gobierno, quisiera tener más resultados y más rápido. Yo estuve en ese proceso 14 meses directamente y un poco más virtualmente, pero es el tema más importante de la realidad colombiana: hay que terminar el conflicto armado.”

“Colombia ha tomado la decisión de ser un país desarrollado la próxima generación y esa prosperidad requiere de una sociedad que no resuelva en ninguna parte de su territorio los problemas por la vía armada. Por eso hay que perseverar en el proceso de paz en La Habana. Hay que perseverar porque es la vía para dar un salto económico que hoy estamos en capacidad de dar, y de dar un salto regional en el país: la vida rural en Colombia, en muchas partes, sigue muy lejana del siglo XXI.  Esta es la oportunidad de modernizar y la perseverancia en la paz es la única manera… Además la paz en Colombia es una buena noticia para la region”.

¿Cómo vivió la muerte de Gabriel García Márquez?

“Me impresionó ver la cobertura mundial del fallecimiento de García Márquez. Yo no habia visto una cosa parecida: ser noticia en Tokio, en China, Canadá, Corea, Brasil España o Australia… es algo que solo se logra haciendo lo que hizo él: entrar al corazón del ser humano.  En lo personal, nunca conocí a García Márquez en temas de índole literaria, siempre en temas de paz. Mi primer encuentro con él ocurrió cuando el presidente Belisario Betancourt, en 1984, lo llamó para el tema de la paz, y en México estuvimos varias veces para el proceso con las FARC y luego con el presidente Pastrana en las iniciativas  con las FARC también Gabo estuvo siempre a la orden del proceso de paz. Ese es mi recuerdo: el gran ser humano que entró en los corazones de sus congéneres pero siempre tratando de estar en la vanguardia de la paz en Colombia. Ese es un legado maravilloso, poderoso”.

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