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Familias hablan de separación y crimen

La violencia y la inseguridad fueron dos de las razones que motivaron a la adolescente salvadoreña Gabriela Villalta a tomar la dura decisión, en 2013,  de cruzar ilegalmente la frontera de México a EE.UU. para reunirse con sus padres.

“Salí en septiembre de mi país y entré en octubre a Estados Unidos. Vine porque allá el país está bien peligroso, vivimos en la inseguridad. Vine para mejorar mi calidad de vida y sobresalir”, dijo la joven a El Tiempo Latino el martes 22 de julio durante una protesta de dirigentes religiosos cerca de la Casa Blanca.

Diversos grupos reclaman al presidente Obama una salida humanitaria para miles de niños y jóvenes centroamericanos como Gabriela que cruzan solos la frontera huyendo de la violencia, las pandillas y, en muchos casos, para reencontrarse con sus familiares luego de años de separación por el estancamiento en el Congreso de una reforma migratoria. El Gobierno estima que antes de final de año habrán llegado ilegalmente a Estados Unidos unos 70.000 niños centroamericanos.