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Ciudadana a los 100 años

Con la mirada firme y la mano en alto, Doña Leticia juró solemnemente en una ceremonia celebrada en Baltimore, Maryland, bajo los auspicios del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés).

La centenaria hispana planea mostrar el poder del voto hispano y ya expresó su simpatía con “Mrs. Clinton”, con referencia a la posible candidatura de la ex primera dama Hillary Clinton. Según indicó, ya es hora de que una mujer asuma las riendas del país donde su familia echó profundas raíces.

Rodeada del cariño de su hija, su yerno, su nieta y tres bisnietos, la flamante nueva ciudadana coronó así una larga vida que se remonta a su nacimiento al inicio de la I Guerra Mundial en 1914, el romanticismo del tango de Carlos Gardel y el mexicano Agustín Lara y su pasión por la costura, que la ha llevado a coser vestidos de bautizo, graduación de secundaria e incluso de matrimonio de su nieta.

“Mi mamá es una persona que camina bien, de mente lúcida, de un carácter excelente y una fe grande en Dios” que le ha permitido seguir adelante”, afirmó su hija María Antonieta.

Doña Leticia enviudó cuando su hija tenía apenas cuatro años y nunca se volvió a casar. María Antonieta señaló que a su mamá le gusta cocinar pero que  ella trata de que su longeva progenitora disfrute vida tranquila sin mayores complicaciones

La ceremonia tuvo lugar el 30 de julio en Baltimore, Maryland. Muñoz, residente en Germantown, Maryland. La matriarca de la familia incluso se prestó para tomarse algunas de las populares “selfies” o autorretrato con sus familiares luego del acto de juramentación.

Nacida en 1914 en el año en que empezó la I Guerra Mundial, Muñoz abriga muchos recuerdos de su infancia en el país del gran poeta Rubén Darío y en los años en que la popularidad del tango de Carlos Gardel, o las canciones del Trío Los Panchos y Agustín Lara   aún le traen hermosos recuerdos de sus años de juventud. En sus años mozos, Muñoz trabajó por varios años en la cervecería La Constancia en El Salvador.

Su persistencia dio sus frutos luego de varios intentos para alcanzar la ciudadanía estadounidense. La centenaria hispana desaprobó prueba en inglés, pero luego decidió responder las preguntas en español sobre historia y civismo de Estados Unidos. Para las personas mayores de 55 años, la ley estadounidense no exige el examen en inglés.

Muñoz llegó hace tres décadas a Estados Unidos. Su primer punto de ingreso fue a Los Ángeles, California, donde puso lo mejor de su parte para ayudar a su hija a criar a su nieta. Posteriormente se mudó a Maryland,  donde vive con su hija María Antonieta, de 65 años, y su yerno Lawrence Ward, 69 años.

La única mujer entre ocho hermanos, Muñoz demostró su espíritu empresarial cuando abrió una tienda en El Salvador donde además de abarrotes hacía frijoles para vender, según relató su hija María Antonieta en una entrevista con El Tiempo Latino.

Su pasión siempre ha sido la costura. Los trajes elaborados con sus laboriosas manos incluyen un vestidos para su nieta con motivo de su primera comunión, luego otro para la graduación y otro más para el matrimonio.

Para mantenerse activa, Muñoz camina por el vecindario y lee la Biblia, que es uno de sus libros favoritos.   Muñoz es la residente más longeva de Maryland en recibir la ciudadanía desde la creación en 2003 de la Oficina de Servicios de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos (USCIS, siglas en inglés).

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