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Instituto trata a fetos que corren un alto riesgo

PACIENTE. La mexicana Vanessa Magaña, de DC con su bebé Alexis.


           
   

Milagros Meléndez-Vela

PACIENTE. La mexicana Vanessa Magaña, de DC con su bebé Alexis.

Washington, DC.- Tras el diagnóstico prenatal que indicaba que su niño tenía síndrome de Down y una serie de complicaciones, Vannesa Magaña se encontró perdida hasta que sus médicos la derivaron a un centro especializado en el Children’s National Hospital (Hospital de Niños) en Washington DC.

Se trata del nuevo Fetal Medicine Institute (Instituto de Medicina Fetal), que abrió sus puertas oficialmente en mayo de este año.

“Allí me dieron una seguridad que no había tenido en mucho tiempo. Después de haber escuchado tantas cosas negativas hasta una sugerencia de aborto, me sentí más tranquila sabiendo que mi bebé iba a estar bien”, expresó la mexicana de 29 años, que reside con su esposo en DC.

El instituto de medicina fetal  cuenta con una moderna tecnología para diagnósticos y tiene la misión de proveer cuidado avanzado del feto y del recién nacido en casos de embarazos cuyo bebé está en alto riesgo.

“Creemos que el reto más grande de la medicina fetal, en general, sigue siendo el diagnóstico”, manifestó el doctor Adre du Plessis,  director del instituto y jefe de la división de medicina fetal y transicional del Children’s Hospital.

“Tener la capacidad de detectar a un feto que no está desarrollando normalmente todavía es dificultoso. Nuestra meta es intervenir antes de que los fetos sufran daños por causa de un ambiente adverso intrauterino”, explicó.

Durante uno de sus chequeos de embarazo en el George Washington Hospital, Magaña recibió la noticia de que su bebé tenía un alto porcentaje de nacer con síndrome de Down, y que tenía la posibilidad de desarrollar varios problemas médicos.

El bebé tenía lo que se conoce en inglés coloquial como “double dubble”: atresia duodenaal, una afección en la cual la primera parte del intestino delgado (el duodeno) no se ha desarrollado adecuadamente. No está abierto y no puede permitir el paso de los contenidos del estómago.

No se conoce la causa de la atresia duodenal, pero se cree que resulta de problemas durante el desarrollo de un embrión en el cual el duodeno normalmente no cambia de una estructura sólida a una estructura similar a un tubo.

Aproximadamente del 20 al 30 por ciento de los bebés que la padecen sufren el síndrome de Down.

“Aquí el equipo de gastroenterología me dijeron que no me preocupara. Me mandaron con un cardiólogo e hicieron todos los exámenes para tratarme”, contó Magaña.

A las semanas, el 1 de noviembre de 2013 la madre dio a luz al pequeño Alexis Hernández. “Mi bebé nació prematuro. Se me desprendió a las 35 semanas, pero ahora está bien”, sonrió.

El bebé fue operado. “Comió por sonda y por la cirugía se le hizo un coágulo en el hígado pero eldoctor dijo que podría estar bien en 3 a 6 meses”, dijo.  Alexander no necesitó ese tiempo para recuperarse. “A él le tomó sólo mes y medio para estar bien”, expresó la mamá. “En su examen de desarrollo sus resultados fueron normales”, añadió.

Desde que el instituto de medicina fetal empezó a trabajar —aún cuando no se había inaugurado oficialmente— los médicos han visto centenares de casos.

Se estima que en un año atenderán unos 650 casos de embarazos con bebés en riesgo.

Las situaciones más comunes la representan fetos con espina bífida, enfermedades congéntas, hernias en el diafragma y malformaciones cerebrales. “Hemos visto más de 220 con una malformación en el cerebro”, señaló el doctor Plessis.

La importancia de contar con el instituto de medicina fetal es que sirve de una especie de paraguas que agrupa a diversos expertos para proveer cuidado integral.

“Hemos diseñado el Fetal Medicine Institute de tal manera que los médicos, investigadores y académicos trabajen cerca”, dijo el doctor Plessis.

“Uno de los fuertes de nuestro programa es que nos esforzamos para mantener un línea muy estrecha entre nuestras actividades de investigación y las clínicas. Así minimizamos los atrasos innecesarios entre los avances científicos y los beneficios que éstos significarían para los bebés”, dijo.

El instituto cuenta con más de 50 especialistas en 16 disciplinas médicas.

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