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Falta de acción impacta a muchas familias

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Santiago David Távara

Elizabeth Flores (derecha) y su mamá Benita Rodríguez, durante la marcha del 28 de agosto por una reforma migratoria.

La boliviana Elizabeth Flores, nacionalizada estadounidense, y su mamá Benita Rodríguez, quien es indocumentada, asistieron a la protesta el 28 de agosto frente al edificio del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) y luego a la Casa Blanca, donde varios activistas fueron arrestados por desobediencia civil por una reforma migratoria.

“Me gusta mucho este país porque nos da muchas oportunidades para seguir adelante, tengo tres hijos estadounidenses y apoyo a este país. Me encanta”, dijo Flores.  “Pero mi mamá es indocumentada, ella necesita tener papeles”, puntualizó.

“Soy madre soltera indocumentada, tengo dos hijas y dos nietas y por eso ando luchando por una reforma migratoria”, dijo por su parte Ana Machado, de El Salvador, quien asistió acompañada de su hija Diana, de 17 años, nacida en EE.UU. y su nieta Brigitte.

“Se sabe que tal vez Obama va a dar una orden ejecutiva pero dicen que solo abarcará 5 millones de personas, pero nosotros lo que queremos es una reforma migratoria integral que abarque todo los que estamos en este país”, dijo Machado sobre los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos. “ ¡No más separación de familias!”, exclamó.

La Casa Blanca admitió el martes 2 de septiembre que  Obama podría no cumplir el plazo que se marcó a finales de junio, cuando aseguró que anunciaría acciones ejecutivas en materia de inmigración antes de que acabara el verano y comenzara el otoño. El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, confirmó que ese plazo se ha difuminado. “Es difícil para mí, al menos en este momento, establecer conclusiones claras sobre cuál será el momento del (anuncio del) presidente”, dijo Earnest, quien señaló, sin embargo, que “el presidente está determinado a actuar”.

Mientras tanto, legisladores y dirigentes sindicales esperan una pronta acción por parte de Obama. El congresista demócrata Raúl Grijalva aseguró durante una reunión reciente con miembros de la Cámara de Comercio Hispana de Tucson, Arizona, que hasta seis millones de indocumentados podrían ver aliviada su situación si finalmente el presidente Obama se decide a aprobar una orden ejecutiva. “Si es un poco conservadora, estimamos que entre tres a cuatro millones serían beneficiaos. Si es amplia la cifra podrá ser de cinco a seis millones”, indicó.

Richard Trumka, el titular de la mayor confederación de sindicatos del país, AFL-CIO, confió por su parte en que Obama sea “audaz” en las acciones ejecutivas sobre inmigración.