Aunque la presencia hispana y el español lleva más de 500 años sobre lo que hoy es territorio estadounidense, hubo un tiempo en el que lo hispano no existía en términos de gobierno. Hubo un tiempo en el que en Washington existió una “Oficina de Apellidos en Español (Spanish Surnames)”. Y entonces llegó ella.

Página del libro de Flores-Hughes en el que aparece, en 1987, durante su nominación en la administración Reagan.
Durante más de cuatro décadas en el gobierno federal, Grace Flores-Hughes trabajó para tres presidentes: Ronald Reagan, George H. Bush y George W. Bush.Durante la época que estuvo en el Department of Health, Education and Welfare (HEW), a primeros de los 70, Flores-Hughes estableció “Hispanic” como la palabra que utilizaría el Gobierno para identificar a toda una comunidad. El término se hizo oficial en los formularios del Censo de 1980.
“Lo hispano nos define mejor y nos da más poder”, expresó Flores-Hughes en conversación con El Tiempo Latino. “Latino—de manera literal— incluye a los portugueses e italianos, por ejemplo,y eso diluye a los hispanos de Estados Unidos a la hora de contarnos de manera efectiva: ¿Quiénes somos? ¿Cómo nos sirve el Gobierno? ¿Por quién votamos?”
Dice que mucha gente piensa que fue el presidente Nixon quien oficializó el término “Hispano”: “Pues no, Nixon no tenía tiempo para ocuparse de estas cosas, así que no hay que enfadarse pensando que un anglo nos llamó hispanos. La responsable fue una burócrata hispana, y sin importancia, como yo”.
Todo empezó cuando un departamento de HEW elaboró un informe sobre la educación de los hispanos y los nativo-estadounidenses.
“Los autores del informe eran todos anglos”, explica Flores-Hughes. “A nosotros nos llamaban puertorriqueños a todos y a los nativo-estadounidenses les llamaban indios, y luego nos llamaron a todos ‘Mexican Americans” y cuando se le presentó el informe a educadores y activistas lo rechazaron por el uso de esos términos. Por eso, el entonces sercretario de HEW, Caspar Weinberger, nos pidió trabajar en definiciones claras”.
Y Flores-Hughes —la funcionaria más joven de aquel grupo— lo tuvo claro desde el principio. Ella creció en el sur de Texas, en condiciones de pobreza y abuso racial y emocional, algo que relata en un duro libro de memorias titulado “A Tale of Survival —Memoir of a Hispanic Woman.”
“En Texas me solían llamar ‘Latin American’ pero yo no me identificaba con eso, yo siempre supe que lo español era parte de quien yo era, por eso en las discusiones de gobierno siempre defendí el término hispano”, enfatizó.
Pero asegura que no se opone a todas las alternativas que da el Censo hoy: Spanish-Hispanic-Latino. Flores-Hughes dice que entiende que hay personas que se rebelan contra el término hispano y prefieren latino y que hay muchos que son solamente latinos y no se identifican como hispanos, pero para ella lo importante es que “gritando y protestando” llenemos la cajita del Censo “para hacernos contar y seguir avanzando como comunidad”.
En la página 176 de su libro hay una foto en blanco y negro en la que el presidente Ronald Reagan anuncia, delante de la Casa Blanca, la nominación de Grace Flores-Hughes como directora de Relaciones Comunitarias.
Dice sentirse orgullosa de haber podido contribuir, incluso de haber hecho “ruido” en un ambiente “demasiado anglo y poco propicio para una mujer hispana”. Pero aún hay mucho que hacer: “Somos la minoría más grande pero con muchas cosas que superar. Tenemos el mayor índice de fracaso escolar en el país, el mayor índice de embarazos prematuros en la adolescencia, demasiada gente en los trabajos que requieren menos nivel de preparación, muy poca representación en puestos de influencia política, muy poca representación en los medios de comunicación, y lo mismo en las juntas directivas de empresas. Pero estoy convencida de que mejoraremos y seremos una fuerza importante en este país”.