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Veterano reportero fue un “mojado”

Con mucho entusiasmo, Charlie Ericksen muestra un artículo en The Mirror, de Los Ángeles, California, con fecha 28 de junio de 1954 en la que aparece una fotografía suya con un sombrero con la leyenda: “Mirror’s Bracero” o “El bracero del Mirror”.

Edición de The Mirror de 1954 en la que escribió Charlie Ericksen su experiencia como "mojado"


           
   

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Edición de The Mirror de 1954 en la que escribió Charlie Ericksen su experiencia como "mojado"

La cobertura la realizó cuando cruzó la frontera de México a Estados Unidos para vivir en carne propia y contar la experiencia de aquellos inmigrantes anónimos que buscan mejores oportunidades en el vecino del norte. Muchas veces lo logran luego de duras penas pero en otras pagan incluso con su vida.

“Soy Charlie Ericksen, reportero del Mirror. Soy estadounidense, pero me estoy tomando la libertad de clasificarme como un mojado porque acabo de vivir como uno de ellos. He compartido el temor y la esperanza, la pobreza y el trabajo, ampollas y callos con miles de otros que se colaron por la frontera como yo lo hice”, apuntó el periodista en la portada del diario, hace 60 años.

Ericksen se refirió en esa  oportunidad a la denominada “Operación Mojado” para retornar a su país a migrantes mexicanos indocumentados, que calificó como una “aspirina cara” para remediar el problema crónico de la inmigración ilegal.

Han pasado ya seis décadas desde entonces y ahora Ericksen, o simplemente Charlie como lo conoce todo el mundo, sigue con la misma pasión por la profesión a la que ha dedicado su vida, ahora en las oficinas en DC de la publicación en inglés Hispanic Link News Service que fundó con su esposa Sebastiana Mendoza en 1980 para llenar un vacío sobre la información de la comunidad hispana en los grandes medios estadounidenses.

Su escritorio suele estar lleno de papeles, documentos, formularios y ahora informes médicos por una operación reciente al apéndice a la que fue sometido, y que le tuvo 17 días en rehabilitación.

La intervención médica no es nada en comparación a un derrame cerebral que sufrió hace unos años, y que lo dejó inmovilizado del brazo derecho. Pero nada le ha impedido ser el tutor de muchos estudiantes de periodismo que han hecho su pasantía en Hispanic Link, cubriendo conferencias de prensa en la Casa Blanca y recorriendo los pasillos del Congreso para indagar sobre una diversidad de temas como la educación, la salud, la economía y el eterno asunto de la inmigración.

Ericksen, con su característica barba blanca, se moviliza ahora en un “scooter” para asistir a las conferencias de prensa y recepciones. Nada lo detiene en su vocación de informar e inspirar a las nuevas generaciones de periodistas que ahora navegan en el mundo de la tecnología y los nuevos medios electrónicos.

Entre los numerosos documentos, Ericksen encuentra una amarillenta copia del diario Washington Star con fecha 11 de abril de 1981. En la sección de Locales aparece con su esposa en una nota sobre Hispanic Link.  “De origen noruego y nativo de Los Ángeles”, Ericksen es editor del Hispanic Link “una fuente de noticias y opinión” orientada a unos 30 millones de hispanos en ese entonces que vivían en EE.UU, indica el artículo, sobre los latinos que ahora superan los 50 millones.

En el artículo, Ericksen dice: “Tengo que creer que los periódicos van a despertar con el hecho de que hay un representación hispana ahí. Más pronto o más temprano, van a querer el producto que tenemos”.

En The Mirror, Ericksen fue corrector de textos en 1948, luego pasó a la sección de Deportes donde insólitamente le dejaron escribir una columna sobre pesca.

A los 18 años, Ericksen se enlistó en la Guardia Nacional de California y fue llamado al servicio activo durante la Guerra de Corea, prestando servicios por 15 meses en Japón y Corea.

Desde el Ejército escribió una columna para el Mirror. Fue en esa publicación donde al regresar trabajó en la cobertura policial en barrios hispanos de Los Ángeles.

Luego tuvo la oportunidad de viajar a México a estudiar. Sin embargo, dejó la escuela luego de seis meses para dedicarse a escribir como “freelance” para diversas publicaciones, contando sus aventuras.

Ericksen vivió en la villa La Ventosa donde pescaba, jugaba dominó, bebía leche de coco y cerveza e incluso escribió una novela, que nunca ha sido publicada.

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Dibujo de la mexicana Sebastiana Mendoza, quien murió de cáncer, esposa del veterano periodista Charlie Ericksen.

En 1956 regresó a California con su esposa Sebastiana Mendoza, con quien tuvo cinco hijos.

Ericksen recuerda con cariño a su esposa Sebastiana, a quien llama cariñosamente “Tana”, quien murió de cáncer en 1996 luego de 43 años de matrimonio.

“En Oaxaca conocí a mi esposa, me enamoré de ella. Vivía en ua pequeña villa. No había plomería, no había electricidad no había nada. Renté una pequeña vivienda de carrizo” que luego hubo que reconstruir, recuerda.

Al llegar a Estados Unidos, su esposa también consiguió trabajo en el cuidado de niños, como lo hacen muchos inmigrantes.

“Ella cuidaba niños y ganaba dinero mientras también criaba a nuestros hijos. Ella amaba a los niños, iba a la iglesia y podía hacer que los niños dejaran de llorar”, indica.

“Era muy hermosa, no fue a la escuela ni un día en su vida,  pero sí conoció a cinco presidentes porque yo era periodista y los conocíamos en eventos como las celebraciones por el Cinco de Mayo”, una de las principales festividades que honran la herencia hispana en el país, indica.

“Su presidente favorito era Clinton”, dice riendo el periodista, con respecto al carismático mandatario demócrata Bill Clinton.

El periodista confiesa que su esposa gastaba todo el dinero que ganaba para mantener con vida al Hispanic Link, el primer servicio sindicado de columnas con tema latino en Washington DC.

Hasta la fecha el Hispanic Link ha capacitado a más de 300 estudiantes latinos en periodismo y ha sindicado 5.500 columnas escritas por 700 hispanos.

¿Cómo descubrió su vocación?

“Mi vocación por el periodismo comenzó cuando escribí un poema en el segundo grado y mi madre me dijo que era un buen escritor. Así que decidí ser periodista. Mi madre era escritora, escribía poesía, le pagan por historias cortas que publicaba en el Chicago Daily News”, cuenta.

Ericksen tomó clases de escritura creativa, y luego fue a la Universidad en Stanford.

“Pero no era suficientemente maduro para continuar mis estudios. Luego de dos semestres mis grados no eran más que C, (un resultado mediocre). Andaba siempre con la vista cansada porque me gustaba ir a jugar cartas con mis amigos y pasar el tiempo con ellos. Entonces, mis padres decidieron no gastar más dinero para que yo siguiera estudiando” , puntualiza.

Sus años felices de juventud los vivió en México.

“Tenía aventuras tipo hippie en México, cualquier idea que parecía divertida la utilizaba para hacer mis columnas”, afirma. Para ganarse la vida, Ericksen logró que varios periódicos le pagaran por sus columnas. Y nunca se preocupó de dominar el español porque muchos de sus amigos en México hablaban inglés.

Uno de sus sueños todavía no realizados es la publicación de una novela que escribió en sus años de juventud. “Nunca la ofrecí a un editor, porque además estaba ocupado con mis hijos. En ese tiempo tenía un jeep, escribía dos horas al día y luego me iba a pescar”, manifiesta.

La trayectoria de Ericksen incluye dos periódicos en Los Ángeles, tres estaciones de televisión y varios grupos de activismo.

Con diez nieto, el veterano periodista valora ahora la riqueza de la diversidad racial que está cambiendo el rostro de Estados Unidos.

“Una de mis hijas se casó con un chino, y tengo nietos hermosos. Realmente hemos mezclado las razas”, relata.

El tema de la inmigración también incluye a la familia de Ericksen. “Mi madre nació en Inglaterra, mis abuelos por parte de mi padre eran de Noruega. A mi madre le gustaba contar a sus amigos y compadres que ella también fue una mojada”, afirma.

“Mi madre llegó en un viaje de turismo a Canadá, y junto con su progenitora entró a EE.UU. sin papeles y nunca regresó.  No tuvo problema porque hablaba inglés. Nadie le podía pedir que le muestre su identificación”, dice riendo.

Ericksen se refiere al derrame cerebral como una lección de  vida. El derrame lo sufrió tras la realización en 2005 de la convención de la Asociación Nacional de Periodistas Hispanos (NAHJ, siglas en inglés) en Chicago de la cual es miembro fundador.

“En esa fecha me quedé limpiando mi escritorio, que siempre ha sido un desorden, luego fui a tomar unas cervezas. Fui al aeropuerto rumbo a DC y al próximo día tuve el derrame, por no haber dormido por dos noches. Esas son cosas que no debes de hacer cuando llegas a los 60 años” afirma.

Ericksen se ha ganado el corazón de quienes han tenido la oportunidad de aprender de él. Esto se puso de manifiesto con una recaudación de fondos para que pudiera asistir, en agosto, a la convención del NAHJ que tuvo lugar en San Antonio Texas.

Con la ayuda de los “Linkies”, como le llama a los jóvenes periodistas de los que ha sido mentor, Ericksen participó en la reunión anual de los periodistas hispanos.

“En un plazo de tres días, la campaña recaudó más de $700 para cubrir los costos” en San Antonio”, informó la publicación Latino Reporter en su sitio web. El cariño de la profesión por Ericksen es incuestionable. Como lo es su profundo compromiso con los hispanos.

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