Desde su fundación en 2011, el grupo de empresas B-Thrifty, ha tenido vocación de “ser protagonista de la industria del reciclado, en el nicho de productos del hogar, de los textiles…”, explicó a El Tiempo Latino, el presidente del grupo, Diego Belmonte.
“Tenemos que apoyar el mejoramiento del medio ambiente y apoyar las causas sociales y ser parte de este desarrollo desde lo económico y lo sostenible”, dijo Belmonte durante una reciente entrevista en Woodbridge, Virginia, donde se ubica la tienda y almacenes de B-Thrifty.
“Lo que más me apasiona es la posibilidad de recolectar lo que la gente no quiere y ayudar a las nonprofits del área… crear empleo y generar recursos para el estado y otras muchas cosas con beneficios secundarios”.
El grupo nace como una alternativa de reciclaje ante la necesidad de prolongar la vida de productos antes de que lleguen al vertedero. “La recolección es el inicio, luego por medio de diferentes programas con organizaciones como Mary’s Center o Kaiser Permanente se crea un benefico social de doble vía”, comentó Belmonte quien indicó que se generan fondos —o donaciones de productos— para las causas sociales de las organizaciones que acumulan la mercancia. Es bueno también para el gobierno porque vuelve a taxar un producto que se había desechado, dijo. Con 100 empleados B-Thrifty cuenta con una clientela diversa, según su presidente. “El mercado latino y el anglo vienen a nuestra tienda casi por igual, seguido del cliente afroamericano”, comentó.
Otro aspecto del negocio es que nada se desperdicia: “Lo que está dañado, lo procesamos y se pone en una zona para exportar”. Mucho material textil que no es reutilizable en el mercado local, se convierte en paños para cocina y otros usos en mercados del hemisferio. B-thrifty se ha convertido por esta vía en una empresa que forma parte ya de un número creciente de empresas locales —en la región metropolitana de Washington, DC— que canalizan sus productos y servicios hacia Latinoamérica. Al menos tres de los 25 países que reciben productos enviados desde DC, Maryland o Virginia están ubicados en América Latina, según la Oficina del Censo. Y las exportaciones hacia esos países siguen creciendo —alcanzando los $2,6 mil millones en 2011— gracias al aumento en la relación comercial con Brasil y México.
Son más de 130.000 pies cuadrados y 30.000 de almacén donde —lo que no se envía hacia el sur— recibe una segunda vida en un mercado que busca productos en buen estado a un precio muy reducido. Es el concepto que un día decidió explorar Belmonte cuando, mientras hacía un estudio sobre la basura en Washington, DC, supo —por boca de un experto— que entre el 40% y el 60% de la basura que llega a DC son productos textiles en buen estado y fácilmente reutilizables.
“Esto no es distinto a reciclar vidrio, por ejemplo”, puntualizó Belmonte. “La gente tiene que entender que cada vez somos más viviendo en el mundo y que tenemos que buscar maneras creativas para reutilizar lo que tenemos… Las personas piensan que si uno dona zapatos, esos zapatos van a llegar a un niño africano… Puede ser, pero tenemos que entender que hay un proceso detrás de ese itinerario, hay costos, hay logística”. Así es como surgió hace cinco años B-Thrifty: para crear ese proceso y generar beneficios sociales, comunitarios y medio ambientales.
“Además creamos espacios para el pequeño empresario”, explicó Belmonte refiriéndose al abanico de microempresas que alberga el edificio de B-Thrifty ubicado en el 13412 Jefferson Davis Hwy., Woodbridge, Virginia.