ir al contenido

El secreto mejor guardado del National Zoo: sus aves

Están escondidas y no sólo porque muchas de ellas viven en los árboles. Las cientos de especies de aves —domésticas y de distintas partes del mundo— que alberga el National Smithsonian Zoo, en Washington, DC, no son tan fáciles de encontrar como los pandas, los elefantes o el bisonte.

El sendero que lleva a la casa de las aves está cerca de la entrada sobre la avenida Connecticut: si el visitante está entrando lo encontrará a la derecha.

El edificio principal en donde están los hábitats se construyó originalmente en 1928, y luego fue remodelado. Allí, hay distintas exhibiciones, los martes, jueves, sábados y domingos a las 11am hay una exhibición de aves en vuelo.

Todos los días, hasta el primero de agosto a las 2 pm se puede aprender sobre la nutrición de las aves y ver cómo los cuidadores las alimentan.

Alrededor de la casa de los pájaros viven en espacios abiertos aves enormes como los flamencos, patos salvajes y pavos reales exhiben de manera natural su cromática plumaje, colores que son realmente maravillosos.

Esta época del año es una gran oportunidad para admirarlos fuera de sus casas, porque desde el primero de noviembre hasta el 30 de abril, los pavos reales y otras especies se mudan adentro de la casa de los pájaros.

Además del pavo real (peacock), otro de los tesoros de esta área del National Zoo es el águila pelada (bald eagle) símbolo de Estados Unidos. Con las alas desplegadas y en su edad adulta llega a medir hasta 7 pies. Estas aves viven hasta 48 años en zoológicos.

Su hábitat natural es diverso como el país que representan: van desde las zonas montañosas y rocosas de Baja California hasta la planicie de Florida y las zonas heladas y montañosas de Alaska.

También están en las zonas aledañas al río Mississippi y en los Grandes Lagos en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.

En el área, la población salvaje de bald eagles está creciendo alrededor de Chesapeake Bay.

También lo son el vulture, las distintas especies de búos  y el extraño cassowary, una especie de avestruz pero mucho más      colorida.

Muchas de las aves que viven en la armoniosa tranquilidad del Zoo son depredadoras. Por eso no es extraño ver en la bandeja en donde se les pone la comida pequeños ratones muertos.

Otra belleza para la vista son los flamencos que están siempre en bandadas, como pompones rosas de hasta 42 pulgadas de altura. Las poblaciones de flamencos del país son todas importadas, ya que su hábitat original es Centroamérica y Sudamérica, las Indias Occidentales y las islas Galápagos.

El cassowary, imperdible, es una de las aves más grandes del mundo: llega a pesar hasta 128 libras. Como muchos animales exóticos proviene de Nueva Guinea y el norte de Australia. En Asia y Oceanía son moneda valiosa para las tribus y en el pasado hasta se los ha intercambiado por esposa, y en otras es sagrado. Un pájaro para ver.

Otra de las partes del zoológico que alberga aves que vuelan libres y los niños las pueden tocar en el edificio de Amazonia, otro de los tesoros escondidos del National Zoo. Y todo en el corazón de DC, a mano en auto, bus o metro (Cleveland Park de la línea roja es la estación más cercana).

El horario de verano permite organizar una visita más profunda, ya que cierra sus puertas a las 8pm (a las 6pm los edificios con exhibiciones). Y vale la pena estar todo el día: el estacionamiento cuesta $22, único precio.

Últimas Noticias