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Cuidado infantil en Cuba

Cuando en el otoño de 2015, Tonya Jackson Smallwood tuvo la oportunidad de unirse a una delegación de servicios sociales que viajaría a Cuba no lo dudó: “Desde que el president Barack Obama normalice las relaciones con Cuba sentí curiosidad por ver en qué situación se encontraba ese país”.

Smallwood es presidenta y CEO de Family Matters del área de Washington y en el viaje, organizado por la Child Welfare League of America, dijo que le sorprendió lo que vio en La Habana.

“Es cierto que hay pobreza y una enorme escasez en lo económico”, dijo. “Pero existe una comunidad robusta y saludable que ha sabido establecer un sistema de servicios sociales muy efectivo”.

Destacó Smallwood que, según cifras oficiales estadounidenses, Cuba tiene una mortalidad infantile menor que la de Estados Unidos —4,63 muertes por cada 1.000 nacimientos, comparado con 5,87 en EEUU. “Cuba cuenta también con el mayor número de doctores per capita del mudo”, indicó.

La delegación de 11 miembros elegidos por el Child Welfare League of America (CWLA) visitó Cuba entre el 27 de septiembre y el 3 de octubre de 2015 con el objeto de compartir las mejores prácticas en el sistema de cuidado infantil estadounidense, al tiempo que los miembros de la delegación aprendían sobre la experiencia cubana.

“El trabajo de nuestra delegación consistía en explorer similitudes y diferencias entre los sistemas de apoyo social de los niños en cada nivel de su desarrollo”, explicó Smallwood.

Entre los centros que visitaron estuvo una clínica de salud maternal, una organización de servicios sociales y el sindicato nacional de juristas de Cuba, la agencia del gobierno que supervisa temas de abuso infantil.

“Descubrimos que existe un sistema de servicios sociales que se basa en un modelo de salud pública para proporcionar servicios”, dijo Smallwood. “Un sistema integrado en la comunidad y a través de las diferentes generaciones en la familia… es una cultura fundamentada en la familia amplia con un sistema de salud que está disponible para todas las personas sin importar su capacidad económica”.

Por su parte, Lisa Emmi quien es directora de programas infantiles para Family Matters dijo que le impresionó la capacidad de los cubanos para crear servicios de calidad con recursos limitados.

“Es evidente el enfoque en la comunidad, en la familia, en las artes que parece penetrar el tejido vital de Cuba”, dijo Emmi. “Esto se traduce en un sistema de salud basado en la comunidad a la que sirve y que supera a muchas naciones más desarrolladas, y en una filosofía communal y familiar en el cuidado infantil”.

Christine James-Brown, presidenta y CEO de CWLA, había comentado antes del viaje que sabía que Cuba contaba con un buen sistema de salud y un buen sistema de cuidado infantil y añadió que el viaje era “una oportunidad de compartir entre los profesionales cubanos y estadounidenses de la comunidad encargada de velar por el bienestar de los niños”.

Y en una época en la que las organizaciones de servicios sociales en Estados Unidos se enfrentan a mayor cantidad de trabajo que llega unido a presupuestos cada vez más reducidos, “tenemos mucho que aprender de nuestros vecinos cubanos sobre la importancia de la familia y la comunidad, y cómo se sitúan las prioridades del país en los servicios sociales y en familias saludables”, señaló la presidenta de Family Matters, una organización que sirve a niños, familias y personas mayores que residen en el área metropolitana de Washington.

Los servicios que proporcionan son amplios, incluyendo la salud mental y la consejería. Precisamente es en esta área en la que Smallwood ha visto más necesidad de personal bicultural.

“En nuestros servicios hemos visto una enorme necesidad de servicio a la comunidad latina en la unidad de salud mental”, expresó Smallwood. “Nos encontramos en proceso de proporcionar más servicios a la creciente población hispana… en concreto, hemos lanzado un nuevo programa de intervención comunitaria para asistir a clientes hispanohablantes. Entre otras cosas, contrataremos más terapistas que puedan hablar español y otros idiomas”.

A lo largo de sus 133 años de historia, Family Matters cuenta con un legado histórico significativo. Ha sido la primera organización que estableció el primer  Boy’s Club en el Distrito en el año 1901, abrieron el primer campamento para madres afroamericanas y sus hijos en 1907, establecieron el primer programa de Seguridad Social y lanzaron el primer programa de cuidado infantil para hijos de trabajadores durante la Segunda Guerra Mundial.

Presidir una organización con este historial es un privilegio para Smalwood, pero ella insiste en que es el trabajo de cada día lo que “hace historia”, unido a la contribución comunitaria de los programas que hacen fuerte a la organización. Por eso, dijo, el viaje a Cuba le abrió los ojos en muchas direcciones.

“Por supuesto que los cubanos y su Gobierno también tienen mucho que aprender de Estados Unidos, sobre todo de los beneficios y recursos de una sociedad libre”, apuntó Smallwood.

“Esperemos que con este primer paso, nuestros dos países puedan acercarse cada vez más y econtrar el beneficio mutuo en una relación más abierta y colaborativa”, concluyó.

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