
FUNDADORA. La peruana Patricia Funegra, fundadora y directora de La Cocina VA
Son las 11 de la mañana del martes 18 de abril y empieza el movimiento en La Cocina VA. Guiados por un chef profesional, diez estudiantes ponen manos a la obra y practican la teoría y técnicas aprendidas para preparar los alimentos, que luego serán distribuidos en un albergue y hogares donde viven personas de escasos recursos económicos.
Los 10 inmigrantes hispanos, entre mujeres y hombres están listos para pasar las últimas pruebas y graduarse este sábado 21 de abril con un certificado laboral culinario otorgado por un colegio comunitario de educación superior, el Northern Virginia Community College.
Luego realizarán sus prácticas profesionales pagadas en un restaurante, hotel o tienda de alimentos.
“Estoy emocionado y listo para poner en práctica todo lo aprendido en estos meses. Mi anhelo es trabajar en una cocina profesional”, expresó el peruano Oscar Leguía, de 21 años, residente en Woodbridge, Virginia.
Al igual que Leguía, la guatemalteca Hingris Estrada está ansiosa por lograr su certificación. “En mi caso, yo estoy dando los pasos para abrir mi propio negocio de banquetería y organización de eventos”, dijo Estrada, quien emigró en 2008. “Para mí La Cocina VA ha sido una gran bendición. He aprendido muchísimo”, añadió.
Programa Integral
Fundado en 2014 como un programa sin fines de lucro, La Cocina VA funciona de manera integral. Por un lado ofrece a la comunidad inmigrante alternativas para la industria laboral en el sector de comida. Y por otro lado cubre la necesidad creciente del sector de servicios hospitalarios y de alimentos que demandan un personal bien preparado.
“La Cocina fue creada para ayudar y dar soporte a la comunidad inmigrante con oportunidades laborales en la industria de alimento”, dijo Patricia Funegra, fundadora y directora de La Cocina VA.
“Entrenamos a las personas y las ayudamos a ubicarse en empleos”, añadió.
“Tenemos sociedad con varios proveedores de servicios de alimentos como Whole Foods y el hotel Hyatt, entre otros. Nuestros estudiantes realizan sus prácticas profesionales en esos lugares y muchas veces son contratados permanentemente”, indicó Funegra.
Los estudiantes no pagan por las clases.
De los 50 graduados que tiene el programa, 45 están trabajando y según un estudio realizado por la organización, el año pasado estos 45 estudiantes generaron un ingreso económico de $250 mil.
Criterios de elegibidad
• Tener al menos 18 años de edad.
• Estar desempleado o subempleado.
• Estar dispuesto a aprender inglés.
• Tener transporte confiable.
• Acceso a cuidad de niños.
• Documentos que les permite trabajar o trámites para obtenerlos.
• Alguna experiencia en la cocina.
• Capacidad para estar de pie mínimo 6 horas y cargar pesos hasta de 50 libras.
Nataly Pérez es una de ellas. La inmigrante peruana que llegó a Estados Unidos en 2013, encontró en La Cocina VA una nueva línea de trabajo. “En mi país yo era terapista física y entrenadora, pero por la barrera del inglés y por lo costoso de las certificaciones aquí, no podía ejercer mi carrera”, dijo.
Sin embargo, ahora trabaja en Whole Foods, en la preparación de alimentos. “Aquí aplico mucho los conocimientos de salubridad, nutrición y salud pública en la preparación de las comidas”, dijo.
Con el dinero que obtiene de su trabajo acaba de obtener las certificaciones como entrenadora. “Ahora puedo complementar mi carrera de entrenadora con el de la nutrición y puedo ayudar a sustentar a mi familia”, indicó Pérez, quien junto a su esposo mantienen a sus hijos adolescentes en Perú.
Otra de las funciones del programa es proveer alimentos a los albergues y viviendas donde viven familias de escasos recursos.
“Preparamos 100 porciones de alimentos al día. Eso es 3 mil por programa. Es decir 10 mil al año”, especificó Funegra.
Más que preparar alimentos

CLASES. Los estudiantes toman las clases durante 13 semanas, de lunes a viernes, de 9am a 5pm. Éstas consisten en teoría y práctica.
Las clases no sólo consisten en enseñar a los alumnos a cocinar, sino que les otorga herramientas para que puedan tener éxito en el campo laboral.
“El 90 por ciento de las clases se enfocan en aprender a desarrollarse como empleados. Solo el 10 por ciento son las clases de cocina”, expresó el chef Christian Irabian. “Aquí les enseñamos a las personas cómo trabajar en equipo, resolver conflictos y desarrollar habilidades que los lleven al éxito en esta industria”, agregó Irabian, de origen mexicano.
Los estudiantes logran una certificación universitaria. “Nuestro entrenamiento tiene el respaldo de una organización de estudios avanzados, el Northern Virginia Community College”, dijo Funegra.
Esperanza para mujeres en crisis
La Cocina VA trabaja en un 90 por ciento con mujeres. “Muchas de ellas vienen de situaciones muy difíciles. Han sufrido abuso doméstico, violencia y pobreza crónica. Otras han sido víctimas del tráfico humano”, dijo Funegra. “Poder darles las herramientas de trabajo a estas mujeres es una esperanza que cambia sus vidas”, añadió.
En la clase que se graduará este sábado 21, una de las mujeres sufre abuso doméstico. Ella prefirió no hablar en público.
Un programa modelo recibido por Donald Trump
Las clases son:
De lunes a viernes de 9am a 5pm
En la iglesia Mount Olive, 1500 N Glebe Road, Arlington VA 22207
Se ofrecen becas completas. Todos los materiales y uniformes están incluidos.
Más información en http://www.lacoci…“>www.lacocinava.org
703-864-5029 ó 703-380-6378.
En los tres años de establecido, La Cocina VA está en crecimiento y aspira a un plan de expansión ambicioso. En 2014 empezó con un presupuesto de $250 mil y dos personas a tiempo completo. Ahora se ha duplicado a $500 mil con cuatro personas a tiempo completo, entre chefs, personal administrativo y especialistas en ubicar a las personas en empleos.
Funegra ha recibido varios premios como emprendedora porque combina los programas de ayuda social con la empresa privada. El presupuesto proviene de fondos privados en su mayoría y los ingredientes, del Capital Area Food Bank.
En marzo, Funegra fue recibida por el Presidente Donald Trump en su despacho, junto a otras mujeres emprendedoras. Antes participó en un encuentro con la hija de Trump, Ivanka Trump.
“Recibí la invitación por parte de la Cámara de Comercio Hispana de Estados Unidos”, indicó.
Funegra cuenta con un plan para expandir el programa en una cocina mucho más amplia y con más estudiantes.
Por ahora cada promoción cuenta con 10 aprendices que son seleccionados bajo ciertos criterios. Las clases se dan en la iglesia metodista Mount Olive, de Arlington, de lunes a viernes de 9am a 5pm.
La inmigrante peruana ve cumplir su sueño que empezó a formarse cuando trabajaba en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en estrategias de planeamiento y desarrollo. “Inicié este proyecto como una necesidad para ayudar a la comunidad inmigrante”, dijo.
Aún hay mucho más por hacer. “Necesitamos el apoyo de corporaciones para expandirnos”, dijo.