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Los inmigrantes buscan respuestas

FORO. Autoridades del condado de Fairfax, Virginia, dirigentes comunitarios y de CASA durante el panel de discusión sobre inmigración.


           
   

Gabriela López para ETL

FORO. Autoridades del condado de Fairfax, Virginia, dirigentes comunitarios y de CASA durante el panel de discusión sobre inmigración.

En busca de respuestas esperanzadoras, alrededor de cien personas estuvieron presentes en el foro de inmigración que ofrecieron el Condado de Fairfax y Telemundo Washington DC, el sábado 3 de junio en Falls Church, VA.

Padres de familia, madres con hijos en brazos, y familias completas escucharon atentos a los siete panelistas que integraron el foro. Entre ellos se encontraba el Jefe de Policía, la Representante del Alguacil y una integrante del Consejo Escolar, todos del Condado de Fairfax; así mismo autoridades de CASA; quienes hablaron sobre los derechos de los inmigrantes, políticas, educación pública, entre otros. También respondieron a cada una de las interrogantes que el público tenía.

GUATEMALTECO. Rodolfo Romero.


           
   

Gabriela López para ETL

GUATEMALTECO. Rodolfo Romero.

En la parte superior izquierda, en el lugar más oscuro del auditorio, se encontraba la mexicana María Vásquez de 35 años, quien junto a tres de sus hijos, escuchaba atenta lo que cada panelista decía. Luego de unos minutos, temerosa accedió a darnos una entrevista.

Ella ingresó a Estados Unidos con una visa de trabajo en el 2000, cuando apenas cumplía la mayoría de edad, mismo año en el que conoció a su esposo con quien procreó cuatro hijos.

María perdió su visa y por tal razón su permanencia legal en el país, “Tengo temor porque he escuchado que las personas que vinieron con visa a este país son prioridad para ICE (U.S. Immigration and Customs Enforcement), no sé si sea verdad o mentira, pero si me da un poco de miedo”, puntualizó.

Con admiración habló de su esposo y recordó que él también vino al país con grandes sueños, es mexicano y vivió pobreza extrema en su tierra. Sin embargo, el deseo de poseer bienes ha ido desvaneciendo con el pasar del tiempo por no contar con una estadía legal, “es horrible, él siente que sus sueños están frustrados porque no puede comprar su propia casa, no puede tener su carro porque necesita un seguro social, es muy feo vivir así”.

La pareja sueña con tener papeles algún día, y que así puedan comprar su casa propia y no estar pagando tanto de renta por el resto de la vida.

“No estamos preparados para una deportación, tenemos 17 años aquí y no tenemos ningún delito gracias a Dios. Los dos tenemos licencia y nunca hemos tenido problemas con la policía, así que confiamos de que, si algo nos pasa, tenemos derechos en este país y podemos pelear nuestro caso”, manifestó.

Por otro lado, en la parte central de la audiencia se encontraba el guatemalteco Rodolfo Romero, junto a su esposa e hijos, quienes con mayor atención escuchaban las políticas de inmigración que expresaban los exponentes del condado de Fairfax.

Sus inquietudes eran varias, “en parte he tenido miedo con migración porque soy dueño de una compañía de limpieza, gracias a Dios que me ha bendecido en este país y hace 9 años establecí mi propio negocio. Me da miedo, porque por ejemplo tengo proyectos que están en construcción y si me llega a detener migración no sé qué pueda llegar a suceder, no solo con mi familia, sino también con los proyectos, todo eso me da miedo”, dijo Romero.

Cuando llegó el momento de recordar por qué había dejado atrás su vida en San Juan Ostuncalco, al occidente de Guatemala, su mirada se perdió en el tiempo por unos instantes, y respondió “me quedé huérfano”.

Cuando apenas tenía nueve años, su mamá murió de cáncer. Un año más tarde sufrió la muerte de su papá, producto del alcoholismo.  Romero es el segundo de seis hermanos, y la pobreza los atacó con fuerza, “por eso nos quedamos a la deriva, de allí sobrevivimos como pudimos y por eso la decisión de venirme a este país a mis 17 años”.

Más de dos décadas han pasado desde su llegada a este país y asegura que ha sido bendecido, que Dios le ha abierto puertas y que su único sueño es seguir prosperando para ayudar a más gente como él, que deben dejar atrás a su país por la pobreza extrema en que sobreviven. “Gracias a Dios he mantenido mi integridad, nunca he tenido ningún problema. Sirvo al Señor. He tratado de legalizar mi situación, pero no ha habido ninguna forma y tengo planes de estar colaborando en este país, para sobrevivir y mantener a nuestra familia”, finalizó.

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