Yaireska Collado-Vega soñaba con ser astronauta cuando era niña. Desde su natal Ponce, Puerto Rico, quería llegar a la NASA y lo logró, pero como científico espacial del Goddard Space Flight Center (Maryland), lugar en el que tiene 14 años y ha participado en casi todos los laboratorios que existen en la división. Ahora está en el de Meteorología Espacial, al que siente que realmente pertenece.
Meteorología espacial
“Cuando tenía seis años en un viaje a Florida, visité el Kennedy Space Center. Me inspiré en estudiar el espacio y el universo, siempre tuve en la mente que quería trabajar para la NASA”.
Esta joven emprendió sus estudios de física en Puerto Rico, donde finalizó un bachillerato y una maestría en el área. “Todos los veranos aplicaba a los diferentes programa de NASA, hasta que en el tercer año me llamaron e hicieron la entrevista. Entonces, me aceptaron”. Comenzó pues, un forzado camino de ir y venir desde su país.
Una vez finalizado su bachillerato, entró al programa de cooperación. Los estudiantes eran empleados federales, pero no podían abandonar la universidad. “Cada vez que venía a USA eran seis meses acá trabajando y seis meses en Puerto Rico estudiando. Tenía que mudarme, dejar las cosas en casa de amistades. Bien sacrificado”.
“Al ir avanzando en tu nivel académico te subían el sueldo, pero para tener la posición permanente en ciencias siempre es importante contar con un doctorado. Tomé la decisión de irme de Puerto Rico, mudarme a USA, terminar el doctorado y obtener el cargo permanente”
En cuanto al plano económico, para lograr costear su carrera, reconoce que la NASA aportaba un porcentaje del costo de sus estudios, pero el resto debía cubrirlo ella, por lo que impartió clases en Universidad de Puerto Rico en Mayagüez, como profesora asistente y en la Catholic University of America. Su empeño, rindió frutos.
Sin embargo, Collado-Vega afirma que no solo por ser latina tuvo problemas, sino como mujer, pues su campo es mayormente dominado por hombres. “Uno puede tomarlo personalmente o entender que siempre van a existir personas que te van a intentar discriminar o hacerte sentir más bajo, pero hay que tratar de utilizar eso a favor para probar que sí se puede y que esa gente está equivocada. Toma mucho tiempo llegar a pensar de esa manera. Al principio es fuerte. Es parte del crecimiento”.
En la actualidad, Yaireska trabaja en tres ramas. Una dedicada a las predicciones de meteorología espacial, a través de la cual busca proteger las misiones de robótica alrededor del sistema solar, investiga el campo magnético de la tierra y también es educadora, por lo que fue elegida para formar parte del equipo de la NASA que transmitió en vivo el reciente eclipse total, con récord de audiencia de millones de visitas por internet.
“Una investigación que llevo, – incluso desde la maestría – trabajando es la de los vórtices que se forman en la última frontera que separa el viento solar y el campo magnético de la tierra. Ocurre una reconexión magnética, que puede causar la entrada de partículas del viento solar al campo magnético terrestre, que cuando entran a la tierra, cambian la composición de la atmósfera alta, la ionósfera. Pueden causar cambios de densidad y de conductividad. Esto ocasiona problemas en comunicaciones de radio o satelitales”.
La Dra. Collado-Vega, asevera con mucha seguridad que nadie se debe dejar llevar por comentarios negativos, pues la mentalidad de “no se puede” es la que frena los logros.
Investigación planetaria
Un colega de Yaireska, pero en otra área de estudio, también latino y exitoso dentro del mismo centro en la NASA, es importado desde Argentina y su aporte a la ciencia ha sido significativo, al tiempo que ha despertado un alto interés por descubrir vida fuera de la tierra.
Se trata de Gerónimo Villanueva, investigador planetario, quien descubrió en 2009 la presencia de material orgánico (gas metano) en Marte y posteriormente en 2015, gracias a las mediciones, también reveló que en ese planeta hubo un océano que cubría 20% de su superficie, pero se dio una gran pérdida de agua a través del tiempo.
“Yo lidero el estudio de Marte con el James Webb Space Telescope, que es el futuro telescopio más grande que tiene NASA, también trabajo con Europa y Encelado que son dos lunas de Júpiter y Saturno. Trato de buscar indicadores de vida o habitabilidad fuera del sistema solar: agua, material orgánico”.
Ahora trata de probar si hubo vida en Marte antes y se extinguió. “Es una de las teorías. Lo más interesante es que ese planeta no tiene placas tectónicas, así que la superficie no se ha ido degenerando como la tierra. Entonces, taladras cinco centímetros y estás viajando en el tiempo 4 mil millones de años. Si hay vida o se mantuvo, podría llegar a estar debajo de la superficie. En 2020 vamos a mandar una misión que va a taladrar dos metros”.
Este científico, llegó a EEUU becado por la Academia Nacional de las Ciencias y ya tiene 12 años viviendo aquí. Anteriormente residía en Alemania, donde realizó su doctorado y trabajaba en la Agencia Aeroespacial Europea.
“Las migraciones son siempre complejas, uno deja familia, amigos, estructuras de seguridad. La ventaja es la educación, que te genera un sustento, una tranquilidad económica y personal. Uno se siente protegido por las instituciones. En Alemania, descubrí el mundo y el mundo me descubrió a mí. Rompí los estereotipos de los alemanes y los argentinos. Me casé con una alemana, lo que me abrió la cabeza, cuando me me vine a EEUU fue espectacular, me recibieron muy bien. En Washington me han incluido mucho”.
Al hablar de los pocos latinos hay que en la carrera espacial, cree que es consecuencia de la falta de referentes que existen en el área. Por eso se tiende a ver muy lejana. “Como latino dentro de la NASA trato de hablar con mucha gente y generar una divulgación para mostrar que es sumamente accesible, más dentro de USA. Solo hay que informar a la gente”.
Villanueva considera que la educación es una gran forma de erradicar la discriminación, así que su mensaje para los hispanos es de crecimiento profesional. “Si quieren hacer una carrera universitaria, hay tratar de buscar las universidades públicas, que son las más económicas. Romper los miedos, buscar a las personas indicadas y enviarle un correo, preguntarle si pueden hacer una pasantía. Yo con gusto recibo a ese tipo de gente, para mí es una alegría porque sé que puedo ayudar, dar consejos y cierta información”