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La salida de Maduro llegará por la vía de una traición

La periodista venezolana Maibort Petit admitió que  la oportunidad única de demostrar que “el gobierno de Venezuela está involucrado en el narcotráfico” fue su principal motivación para trabajar en el caso de Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, sobrinos de la pareja presidencial de Venezuela, también apodados como “narcosobrinos”, y quienes fueron sentenciados a 18 años de cárcel por narcotráfico.

Después de 25 meses del arresto de los sobrinos de Cilia Flores y Nicolás Maduro, el jueves 14 de diciembre, el juez Paul Crotty de la Corte del Distrito Sur de Nueva York leyó la sentencia que condena a Campo Flores y Flores de Freitas, por conspirar para importar y distribuir 800 kilos de cocaína en EEUU a través de la organización criminal que lideraban.

“Fue la primera oportunidad para demostrar lo que había sido una hipótesis. La oportunidad de demostrar que los carteles de la droga están vinculados al gobierno. El hecho de que dos familiares directos de la pareja presidencial hayan sido capturados en su intento de traficar esa droga era un caso extraordinario desde el punto de vista periodístico y politológico”, dijo Petit a El Tiempo Latino.

“Todo ese juicio y declaraciones se podían ver en vivo desde un tribunal y no me podía perder ni un solo detalle”, agregó.

Su dedicación al caso llevó a Petit a asistir a todas las audiencias en la Corte, doce en total, más los 10 días que duró el juicio. Todo eso aunado a la lectura de documentos, investigación sobre los acusados, entrevistas con expertos, con fuentes del caso, abogados, profesores de leyes de la Universidad Columbia, y otras etapas de la investigación en las que pasó muchísimas horas, incluyendo sábados, domingos y días feriados.

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Corte Federal en Nueva York

Campo Flores y Flores de Freitas fueron detenidos el 10 de noviembre del 2015 en Haití, tratando de introducir la droga a los EEUU, según lo determinaron agentes de la Policía Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA).

“La gente me preguntaba que cómo yo podía escribir sobre ese caso de los Flores y es que la información es tan escandalosa que yo no necesito poner adjetivos calificativos porque ya de por sí es un escándalo y refleja lo que está ocurriendo en Venezuela”, subrayó. “Los venezolanos somos muy apasionados y como estamos llenos de dolor por lo que está ocurriendo a veces mantener la objetividad es un verdadero reto. Pero estamos obligados a hacerlo”, admitió.

Graduada de periodista en la Universidad del Zulia en Venezuela, Petit trabajó en importantes medios de comunicación hasta que tuvo que emigrar a Estados Unidos, país desde donde ha investigado importantes casos de corrupción, narcotráfico y lavado de dinero, trabajo por el que ha sido víctima de varias amenazas de muerte.

Su ética y responsabilidad periodística han sido más fuertes y ella no se ha amilanado a la hora de investigar y denunciar.

“La motivación desde el punto de vista del investigador, del científico político, puedo decir que era apasionante en este caso, era ver la confirmación de la tesis”, agrega Petit, quien dejó su país y se marchó a una ciudad en Florida en 2006.

Afirmó que no pensaba radicarse en EEUU sino que “tenía ese sueño que todavía sigue vivo que es ver a Venezuela retornar a la democracia” pero el exilio se ha alargado “tanto que estoy aquí todavía”, destacó la comunicadora quien contribuye a hacer realidad ese sueño con su trabajo de investigación.

“Desde el punto de vista periodístico, [el caso de los narcosobrinos] me dio la capacidad de tener todos los elementos para describir cómo las organizaciones criminales tenían acceso directo, por ejemplo, a la Rampa 4 del Aeropuerto Internacional de Maiquetía, donde las medidas de seguridad son extremas. Cuando uno ve eso y escucha a los sobrinos diciendo que ya ellos habían mandado droga por ahí, uno sabe que pasa algo, que si se hace es porque el gobierno sabe que se está haciendo”, asegura Petit.

Afirmó también que esa motivación “creció en la medida en la que fueron surgiendo más y más elementos y la gente de Venezuela quería que se les informara de lo que el régimen quería que no se informara”, dijo.

“Era una motivación impulsada por la gente que me llamaba y me pedía por favor que informara. Me mandaban mensajes, mi número de teléfono se difundió por todos lados, tengo como 4 mil contactos de WhatsApp, gente que yo no sé quién es, pero gente extraordinaria, que ama a Venezuela y que está comprometida”, continuó. Ante las amenazas de muerte y la violación de sus cuentas de Internet y computadoras, Petit reconoce que recibió ayuda de mucha gente.

“Me daban secretos, datos sobre cómo difundir la información en Internet para que no me la eliminaran y a la larga creo que logramos el objetivo porque la gente obtuvo la información, se evadió la censura con este tema tan peculiar”, dijo.

“También el caso nos permitió y eso nos motivó muchísimo que empezaron medios de otras partes del mundo a pedirme información porque ellos no tenían acceso a los expedientes, a lo que yo estaba viendo, fui los ojos de varios. Yo escribí unas crónicas tratando de ser lo más elocuente posible sobre lo que ahí había y que la gente no podía ver y les encantó, tenía millones de lectores en cada crónica que escribía de los sobrinos y la gente pedía más”, señaló.

“Fue la sociedad la que me motivó, la coyuntura que se generó entre la información que quería la gente y lo que el gobierno quería que no se informara. Eso generó que el escándalo explotara el doble porque cuando hay alguien que quiere que algo no se informe es porque tiene algún interés sobre eso y en todo caso el gobierno silenció para ocultar la información en Venezuela”, destacó Petit.

TRAYECTORIA PROFESIONAL

Luego de obtener su licenciatura en comunicación social en la Universidad del Zulia en Venezuela y comenzar su carrera profesional en el campo laboral, Petit regresó a esa Casa de Estudios para sacar un Máster en Ciencias Políticas.

Empezó a trabajar haciendo proyectos especiales para el emblemático periódico del occidente de Venezuela llamado Panorama, medio en el que trabajaba especialmente suplementos en los que trataba algún tema en particular.

Al poco tiempo se fue a la capital Caracas y empezó a trabajar como reportera con la periodista Marta Colomina, una insigne periodista hispano-venezolana de mucha trayectoria y jerarquía, que en ese entonces escribía para El Nuevo País. Más tarde, Colomina fue ampliamente reconocida por su opinión crítica al proceso político que fundó Hugo Chávez.

Petit luego pasó al diario El Universal y más tarde tuvo la oportunidad de irse a París, Francia a estudiar un postgrado en la Universidad de la Sorbonne, París III.

Maibort Petit


           
   

Maibort Petit

Una vez que obtuvo en Francia su título de Estudios Latinoamericanos, regresó a Caracas y empezó a trabajar en otros periódicos y prestó sus servicios en el área corporativa como Periodista en el antiguo Congreso Nacional de Venezuela, tal como se llamaba el Parlamento Venezolano hasta 1999. En ese órgano legislativo, prestó sus servicios como Jefe de Prensa en las Comisiones de Política Exterior, Política Interior, Defensa y Finanzas.

“Ahí tuve la oportunidad de ver en vivo todas esas grandes discusiones que se hacían en el Congreso, que en ese momento estaba conformado por la Cámara de Diputados y el Senado”, recordó Petit.

Ese peregrinar por el sector político venezolano la llevó también a cubrir el Palacio de Miraflores, sede del Poder Ejecutivo, y los partidos políticos.

También incursionó en el sector privado y se desempeñó como consultora de comunicaciones de MAKRO Comercializadora, una gran distribuidora de alimentos en Venezuela, que en los años 90’s funcionaba al estilo de Costco en EEUU.

Igualmente se desempeñó como Directora de la Asociación Francófona de Venezuela y laboró en L’info en Français, el único periódico en idioma francés que se editaba en Venezuela y entre otras funciones realizaba actividades para promover la práctica de la lengua francesa, a través de la Embajada de Francia y otras representaciones diplomáticas que existían en Caracas de países de habla francesa.

“Era un trabajo muy bonito, celebrábamos muchas actividades culturales como la fiesta de la música que es importantísima en Francia porque evoca la llegada del solsticio de verano, el día más largo del año, y aunque en Venezuela no hay cuatro estaciones festejábamos la gran fiesta que hay en Francia en esa época”, contó.

No pudo Petit estar alejada mucho tiempo de los libros y esa pasión la regresó a las aulas, esta vez las de la Universidad Central de Venezuela en donde cursó estudios de doctorado en Ciencias Políticas.

“Siempre andaba curioseando desde el punto de vista académico y fui profesora de varias materias en el área de periodismo en la Universidad Santa María, centro donde fui Jefa de la Cátedra de Historia de la Escuela de Comunicación Social”, continuó.

Pero la Universidad Santa María no llenaba todo su tiempo, al menos ella siempre encontraba espacios para seguir colaborando con otras universidades y como se dedicó mucho al área de las ciencias políticas “tenía ese entusiasmo por hacer investigaciones y presentar datos relevantes, pero siempre con evidencias” que es lo que, dice Petit, se aprende cuando se ejercen las ciencias políticas y el periodismo.

Afirma Petit que iba trabajando los datos a medida que los iba ubicando ya desde el punto de vista de las ciencias políticas “para hacer un periodismo con un ángulo diferente”, una labor que, con el avance del gobierno del ex Presidente Chávez, se le iba haciendo más difícil viéndose forzada a salir de Venezuela en el año 2006.

“Estuve vinculada con una comunidad que estaba en la lucha contra Hugo Chávez, en el 2002 cuando él salió del poder por 72 horas, luego todo aquel proceso de marchas, el paro petrolero me involucré con un grupo que luego tuvo que abandonar el país”, acotó.

LA ERA CHÁVEZ

Petit trabajó en un proyecto “muy interesante” en el diario El Nacional (Fuente Directa) que era de investigación precisamente cuando estaba la campaña de Chávez en 1998. Se buscaba presentar la noticia con base investigativa para una audiencia selecta. Por aquellos tiempos solía ir a París con frecuencia por mi trabajo en la embajada  y pude hacer entrevistas a voceros del Senado francés, a altos ejecutivos de la empresa petrolera Total Oil, entre otros, “buscando opinión sobre lo que significaba que Venezuela volviera a tener un militar de presidente después de 40 años de civiles en el poder”.

“Tuve oportunidad de ver a Chávez y cubrir su campaña y obviamente a mí no me convencía, sabía muy bien lo que estaba ocurriendo en Venezuela, todo lo que representaba el populismo y las consecuencias que traería para el país, porque pude observar en primera línea  cómo los movimientos de la izquierda luchaban por hacerse del poder y definitivamente lo lograron”, reconoció.

Asegura Petit que en esos tiempos la sociedad venezolana parecía  actuar “con una actitud que nosotros no conocíamos hasta ese momento” y que se convirtió en suicidio colectivo, la gente no fue capaz de ver “que Chávez era un militar populista egocéntrico e incapaz… en aquella época la mayoría en Venezuela estaba ciega y sorda”.

Recordó que empezó a escribir con un grupo de colegas sobre ese tema tratando de alertar sobre las consecuencias que traería a mediano y largo plazo “pero no tuvimos éxito alguno” y hoy en día hay millones de venezolanos en el exilio.

El paro petrolero de 2002 y la salida de Chávez del poder por 72 horas empezaron a profundizar “la grave crisis de gobernabilidad que ya vivía el país”. Luego en 2004 se realizó un referendo revocatorio con la mecanización del voto a través de esas máquinas que se compraron a Smartmatic “y empezaron todos esos movimientos dentro del Consejo Nacional Electoral que conllevaron a una serie de irregularidades que se han acrecentado con los años, a tales extremos que hoy en día se sabe que no existe transparencia electoral en el país, que se vota pero no se elige”.

“Mientras los números señalaban que Venezuela había votado en contra de la propuesta de que permaneciera Hugo Chávez en el poder, los resultados del CNE decían lo contrario y ahí la cosa se puso complicada. Yo estuve involucrada con los militares y civiles que estaban en esa época empujando el cambio y la situación se puso bastante compleja”, relató Petit, quien tuvo que decidir “salir del país”.

“En ese momento Venezuela estaba ciega y creo que todavía está, pero en aquel momento pocos veían el peligro porque había el festín de la renta petrolera y los petrodólares influyeron en lo que ciertamente veíamos desde el principio que era el cataclismo”, señaló.

Petit dejó su país en 2006 y se marchó a Florida, Estados Unidos, tuvo que adaptarse a este país, trabajó en el área comercial, organizaba eventos para vender productos gourmet franceses y también encontró trabajo como periodista, a pesar de que no pensaba radicarse defintivamente en Estados Unidos.

“Era difícil porque te pagaban por una nota por $50 o $100 y si ibas a trabajar en un periódico a tiempo completo querían pagarte $2.000 al mes lo que no me alcanzaba para pagar la renta”, sonrió Petit. “No era fácil vivir del periodismo”.

Pero la vocación por el periodismo de investigación no abandonó a Petit, buscó opciones y aunque le dolía mucho todo lo que estaba ocurriendo en Venezuela y en América Latina estaba preparada para hacer análisis, fue consultora de empresas de riesgo, en materia de negociación y resolución de conflictos y realizó trabajos que la atraparon, la fascinaron, que no eran publicados porque eran para firmas privadas y así fue que  empezó a meterse en todo lo que es el Sistema de Justicia Estadounidense.

“Fue una especie de postgrado en vivo, trabajando casos y logrando tener información del Gobierno Federal. Fue un aprendizaje extraordinario y después me mudé a Nueva York y ya con la experiencia en ese campo tenía gente que me buscaba y hoy en día trabajo para firmas privadas como consultora independiente para temas ligados a Latinoamérica y obviamente Venezuela”, añadió.

Petit incursionó en el difícil mundo del periodismo de  inteligencia “trabajando todos esos otros modos de investigar y publicar para audiencias muy selectas y a la vez limitadas. Luego, desde 2010 me metí a bloguera y empecé a escribir sobre varios temas que a la gente te interesaba”.

El blog que mayor éxito ha tenido se llama Venezuela Política en el que he ido  informando sobre casos que tienen que ver con corrupción y narcotráfico. Para el momento en que lo empecé a escribir los casos de corrupción en los tribunales de Estados Unidos no eran tan numerosos como hoy en día y los de narcotráfico eran uno que otro.

“Trabajé casos muy atractivos desde el punto de vista periodístico como el de Francisco Illarramendi y por un tiempo me uní en un esfuerzo con mi colega Casto Ocando en un proyecto que nos llevó muchas horas de trabajo. Nuestro sueño era realizar un archivo digital donde la gente pudiera ver los documentos de casos importantes con su respectiva explicación, una especie de un gran archivo, un sueño que no ha concluido. Lo intentamos hacer, trabajamos en varios ensayos, pero no teníamos financiamiento. Luego decidí publicar directamente en mi blog, hubo resultados, la gente lo empezó a leer, ya no era gente solo en Venezuela, sino que me empezaron a llamar de Centroamérica y empecé a tener contacto con otros países que estaban interesados en lo mismo. Nos llamaron para consultorías y realizar trabajos en el marco de otros países y así fui relacionándome con otras firmas consultoras, a la vez que seguía trabajando para varios medios de comunicación social”, explicó.

LA CRISIS VENEZOLANA

Aunque Venezuela venía de una crisis continua, creo que la misma se agudizó a partir de 1999 cuando Chávez asumió el poder y violó todo el estamento jurídico eliminando la Corte Suprema, el Congreso, transforma al Estado en un ente central bajo su mando, etc., trastocando un sistema que ya estaba empezando a desmembrarse.

El caso de los “narcosobrinos”, según Petit, marca un hito en la historia.

“Sí había ocurrido en dos países de América Latina como Surinam, en donde el hijo del presidente Desiré Delano Bouterse fue sentenciado por narcotráfico y terrorismo en los Estados Unidos. En el caso de Honduras con Fabio Lobo, hijo del ex Presidente Porfirio Lobo, quien no estaba en ejercicio cuando su hijo fue sentenciado en Nueva York”.

“En el caso de Venezuela, definitivamente marca un hito en la historia de nuestro país. Los presidentes que nosotros habíamos tenido en la época democrática estaban ligados a corrupción, pero nunca al narcotráfico ni a organizaciones terroristas como las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas).

Eran presidentes que habían caído en el flagelo de la corrupción que aumentaba en la misma medida en la que la renta petrolera iba creciendo. El petróleo siempre ha sido una fuente de corrupción tanto en Venezuela como en otros países con economías similares. En nuestro caso ha sido una especie de maldición difícil de acabar pues la riqueza fácil ha creado una cultura corrupta de la cual pocos funcionarios se salvan. Durante el llamado Pacto de Punto Fijo la corrupción copó la clase política gobernante, pero con la llegada del chavismo la enfermedad empeoró y la corrupción se amplió a niveles hasta hoy en día impredecibles.

Paralelo a la corrupción, cuando Chávez llega al poder empieza a vincularse con organizaciones criminales internacionales que anteriormente no tenían conexión con el Estado venezolano como Farc, Hezbollah Hamas, ETA, etc. Esos grupos terroristas no estaban dentro de la agenda de los gobiernos anteriores a Chávez.

Desde 1811, cuando se crea la Primera República hasta 1999, no hubo ninguna vinculación de esos grupos terroristas ni carteles de la droga con funcionarios del alto gobierno o con el Estado como tal, eso surgió ahora y aquí estamos en este problema enorme y complejo para solucionarlo porque se está lidiando con organizaciones criminales internacionales que tienen muchos poderes, muchos tentáculos y lo peor aún es que tienen mucho dinero.

Todos estos hechos delictivos que superan las fronteras venezolanas -dice Petit- me invita a seguir investigando y me exige ser más creativa a la hora de informar.

“En Venezuela se ha venido formando un narco estado, una organización criminal per se, que ha venido obviamente eliminando los mecanismos de información de manera paralela. Chávez empezó con la adquisición de los medios más importantes, con la imposición de mecanismos de censura directos, eliminación de concesiones a los medios que eran críticos y reduciendo la capacidad para informar de manera veraz a la sociedad venezolana”, fustigó.

CENSURA A LOS MEDIOS

“Una buena parte de la gente que está en los medios y muchos periodistas están amenazados, están golpeados por una grave crisis económica y por el control que el estado tiene por medio de los entes encargados de imponer sanciones, de multas millonarias impagables. Hay muchos casos que se pueden mencionar como el de uno de los portales como La Patilla, El Nacional y medios grandes que fueron comprados por chavistas y que tienen como objetivo imponer la censura, acabar con la libertad de expresión e información”, continúa.

“No informan cómo deberían informar y hay casos como Globovisión que pasó a manos de un hombre ligado al gobierno y desde su llegada transformó la línea editorial del medio. Hay muchos ejemplos. Yo tenía dos espacios de radio desde Nueva York, en emisoras venezolanas y los mandaron a eliminar desde el gobierno directamente sobre todo cuando explotó el caso de los sobrinos”.

Asegura que hay muchos periodistas en Venezuela que se arriesgan sus vidas día a día por informar, muchos medios digitales que han hecho un esfuerzo extraordinario por mantener informada a la sociedad, y que muchos de sus colegas han logrado librar la batalla de la censura con mecanismos inusuales de informar pero pareciera no ser suficiente para violar la cortina de silencio que impone el gobierno a través del monopolio de medios.

Cuenta la comunicadora que a muchos nos ha tocado la dura batalla de buscar vías novedosas para ver “cómo para informar”, qué mecanismos utilizar para “brincar la censura que fue creciendo a medida que fueron saliendo cada vez más escándalos ligados a la clase política dominante”.

Su blog Venezuela Política terminó siendo el medio más adecuado para ella comunicar su trabajo “pero llegó el momento que unos hackers del gobierno me bajaron la plataforma y desaparecieron el dominio (www.maibortpetit.com) que no pude recuperar ya que inexplicablemente terminó en manos de unos japoneses. Antes que comenzara el juicio de los sobrinos publiqué unos materiales sobre los negocios que hacían los Flores y mi blog fue hackeado nuevamente y perdí muchas de los materiales”, aseguró. “Mi blog casi no abre en Venezuela porque en muchos lugares está bloqueado, empecé a trabajar en otros portales que también resultados bloqueados por el gobierno”

LAS AMENAZAS DE MUERTE

“Los primeros que empezaron a amenazarme eran personas vinculadas al caso de los sobrinos. Hasta una demanda cursa en los tribunales venezolanos ligada al caso Flores. Pero después me pasó algo bien increíble porque tuve la oportunidad de conseguir información que verificaba la conducta criminal del quien hoy en día es Fiscal General designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab”.

A Petit le llegaron unos documentos y se puso a averiguar.

“Resulta que consigo otros documentos en los que el antiguo fiscal de Nueva York había procesado a unos tipos que se habían declarado culpables de lavado de dinero proveniente del cartel de los hermanos Serra de Colombia y resultaron ser los mismos contratistas de Pdvsa que estaban ligados a Saab”.

“Con este caso hubo otros mecanismos de amenaza, inclusive llamadas telefónicas de personas conocidas, de periodistas y dueños de medios que me pedían  que eliminara los trabajos relacionados con las empresas vinculadas a Tarek”.

“Recibí muchos correos electrónicos amenazándome que me iban a matar a mi familia, me describieron a una sobrina y luego me llegaron personas supuestamente ligadas a escritorios jurídicos diciéndome que me iban a demandar”.

Pero nunca tuvo miedo porque, asegura la periodista, tenía documentos que respaldaban sus publicaciones.

“Me tumbaron el blog, el teléfono, una computadora a través de la cual accedieron a mi twitter, y de ahí en adelante tuve que usar mayores medidas de seguridad para proteger mis cuentas. Ellos tienen mucho dinero y les molesta lo que tú haces. Luego me metí con otros casos y siguieron las amenazas, Hasta me metieron en una lista de alertas migratorias y hasta me eliminaron el pasaporte venezolano”.

Pero en la misma medida en que esas amenazas se han ido incrementando, dice que ha recibido apoyo del gobierno de EEUU, de personas que saben cómo son este tipo de acosos. Me han ayudado muchos disidentes de otras dictaduras como gente extraordinaria de Corea del Norte, Cuba, Irán que me han hablado de sus experiencias, esas historias las voy a escribir algún día porque son fascinantes”.

EL TRABAJO CONTINÚA

Consultada sobre sus próximos trabajos, Petit no vacila al señalar que “por hora tenemos que dedicarnos a desnudar a la dictadura. Es un compromiso con Venezuela, mi familia está allá, viviendo la aguda crisis, lo que me ha obligado a mí a buscar más trabajo para poder respaldarlos desde el punto de vista económico y la idea es llegar hasta donde podamos llegar. Ahora tenemos un poco más de apoyo internacional”, dijo.

“Todavía falta mucha información que sacar, tenemos muchos documentos y tendremos que hacerlo mientras no los permita la vida, es un reto mental y estratégico con una gran red de contactos para poder descifrar lo que es la corrupción y el lavado de dinero, el narcotráfico y el terrorismo mezclado con una organización que funciona como gobierno. Es muy difícil, un gran reto pero afortunadamente no estoy sola en esta tarea”.

EL FUTURO INMEDIATO

“Lo que viene para el año 2018 te puedo asegurar que es peor a lo que hemos visto en 2017 en materia de escándalos internacionales de los chavistas y maduristas como -por ejemplo- el caso de  Rafael Ramírez que luego de 4 años de ser alto funcionario del gobierno de Maduro resulta que él ahora ya no es madurista. El 2018 va a ser el año del escándalo. No sabemos si esto va a traer como consecuencia que haya el cambio muy esperado y ansiado por los venezolanos y por los gobiernos que han tenido la convicción de ayudar a Venezuela”.

LO QUE VIENE EN VENEZUELA

“Cuando la oscuridad de la madrugada llega a su máxima expresión, más pronto sale el sol”, expresó Petit al recordársele que la crisis en Venezuela está cada vez peor.

“La nueva Venezuela no puede ser la Venezuela de 1998, ese país no puede existir más porque está vedado”, comienza Petit.

“La Venezuela de 1999 a 2017 debe ser enterrada, detestada, olvidada y prohibida porque no puede volver a existir una Venezuela con estas características porque además de vergonzoso es cruel e inhumano y la antítesis de los valores de una sociedad, no puede permitirse que en esa nueva sociedad el odio sea fundamental para que el sector político mantenga el poder”.

Afirmó que “de este parto doloroso, debe nacer un ciudadano que debe entender que hay deberes y derechos, que la economía subsidiada por el petróleo se acabó, que debe haber producción y trabajo y hay que ofrecer lo mejor de sí para salir del infierno en el que estamos, que no va a venir una ada madrina, o un mago a resolver el problema, es un problema que tenemos que resolver entre todos los venezolanos de una manera coordinada, honesta, con un concepto amplio y respetando los espacios de cada quien”.

“En Venezuela no puede haber un gobierno de transición que esté tratando de recuperar lo que había en el pasado. En este momento la sociedad ideal, que está en la cabeza de muchos venezolanos capaces y trabajadores, debe tener bases firmes, justicia, cero impunidad y tolerancia a la enfermedad de la corrupción, que es un cáncer que hace metástasis en  la Venezuela del socialismo del siglo XXI”.

LA SALIDA

“Venezuela va a conseguir su salida y va a ser diferente a lo que se ha conocido hasta el sol de hoy. Esos políticos desprestigiados tanto del oficialismo como de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) van a tener que reinventarse, que dejar el paso libre a otra gente que tenga el cerebro funcionando, que tenga principios y que desee en el fondo que la sociedad se transforme. Los delincuentes asesinos y criminales tienen que pagar por sus crímenes. Debe haber aplicación de justicia y fin a la impunidad.”

“Hay una Venezuela, posible, y creo que vamos a salir de esto por la vía del agotamiento de este sistema, por la vía de la traición. Históricamente, Venezuela ha sido un centro de traicioneros y traicionados”, dijo. “A Simón Bolívar, Francisco de Miranda, José Antonio Páez, Antonio Guzmán Blanco, a Cipriano Castro los traicionaron; Juan Vicente Gómez traicionó a Cipriano Castro y esto puede ocurrir porque ha funcionado por dos siglos y hoy en día la traición ronda a Nicolás Maduro”, concluyó Petit.

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