De acuerdo a la Oficina de Censo de Estados Unidos (USCB, por sus siglas en inglés), en 2016 el 11% de la población hispana estaba por debajo del nivel de pobreza dentro del condado de Montgomery en Maryland.
Este porcentaje se percibe mayor cuando se revela la cantidad de personas en situación de pobreza, correspondiente a 22 mil hispanos o de origen latino del total de casi 200 mil que viven en el condado, según los datos oficiales de hace dos años.
De esa cantidad, Interfaith Works (IW), atiende alrededor de 8 mil al año, lo que representa la mitad de las personas que buscan asistencia en la organización, la cual brinda apoyo a las comunidades más necesitadas desde hace 46 años, para que la población salga de la pobreza con programas de prevención, estabilización y empoderamiento.
“La inmigración ha subido en el condado, latinos y no latinos vienen por los servicios que brinda, pero lo que pasa ahora es que los números son grandes y tenemos a un gobierno Federal que está controlando todo eso, entonces nuestras puertas tienen que abrirse un poco más porque hay más gente. Nosotros no preguntamos ni nos interesa el estatus migratorio de las personas”, dice a El Tiempo Latino, Mónica Barberis-Young, directora de servicios a la familia de IW.
Sobre la organización
Esta agencia, que maneja un presupuesto de $8 millones, obtiene sus recursos tanto del condado de Montgomery, así como de donaciones de otras agencias o particulares, mientras que cuenta con el aval de 365 congregaciones distintas en la localidad y el apoyo de más de 5 mil voluntarios que participan todos los días en diferentes actividades.
La agencia sin fines de lucro cuenta con 14 programas, tal como el de albergues diurnos y por 24 horas, donde las personas van a tomar un baño, desayunar e incluso pueden pernoctar en situaciones climáticas extremas.
IW trabaja en este particular como contratista del gobierno local y administra cuatro de estos establecimientos. También hay otro refugio exclusivo para mujeres de cierta edad, con licencia para medicar a las asistentes que presentan distintas afecciones por haber permanecido mucho tiempo en la calle.
“Tenemos un centro con un programa vocacional, en el que contamos con personas que enseñan a la gente a cómo llenar una hoja de vida, cómo encontrar su pasión en cuanto a un trabajo, pero también estamos ayudando en la primera plana, quien necesite un General Educational Development Test (GED) o una certificación para conseguir un poco más de dinero. Lo fabuloso del programa vocacional es que hacemos un seguimiento hasta por un año para asegurarnos de que la gente esté contenta tanto del lado del empleador como del empleado”, relata Barberis- Young.
“De lo que yo me siento más apasionada es de los servicios que tenemos para familias. El centro funcionaba en el sótano de una escuela que tenía mucho tiempo sin operar. Cuando tomé a cargo el programa, mi visión era que la gente que estaba pasando por una crisis, fuera atendida con mucha dignidad, así que mi primer objetivo fue buscar un nuevo sitio donde todo el mundo se sintiera cómodo”, dijo.
“Logré, con la ayuda del condado, conseguir un espacio mucho más grande en la misma escuela y hemos hecho aquí un centro que no solamente tiene la distribución gratuita de ropa, zapatos y artículos para la casa, sino que hicimos la segunda parte que es un centro de educación, en el que ofrecemos clases de conversación en inglés durante el día con cuidado de niños al mismo tiempo, también damos clases de alfabetización financiera”, comenta la especialista.
Uno de los objetivos principales de IW es cerrar sus puertas al lograr erradicar la pobreza.
Concretamente, se comprometieron a hacer de Montgomery el condado con el más bajo nivel para 2022.