“Aquí estamos en las buenas y en las malas”. Ese fue el compromiso que verbalizaron muchos devotos del Santuario del Sagrado Corazón, del barrio Columbia Heights, a la salida de la misa de las ocho de la mañana del pasado domingo. Unos hablaban del triunfo de los demócratas en las elecciones y otros tópicos de la semana, pero la mayoría no se atrevía a comentar la noticia que los consumía: una denuncia de varios abusos sexuales en contra del padre Urbano Vázquez. El caso está bajo investigación del detective Eric Walsh, de la Unidad de Abuso Físico y Sexual del Departamento de Policía.
Durante la eucaristía, tanto sacerdotes como feligreses evitaron pronunciar las palabras que estos días les causa lágrimas y tristeza. Con estoicismo escucharon al padre Kevin Thompson, quien esa fría mañana de domingo parecía llevar una pesada loza de tribulaciones encima: “En este momento doloroso todos están sufriendo, no hay palabras para describir mi tristeza y la de ustedes y lo que debemos hacer es rezar, rezar y rezar”, fue la súplica de Thompson, quien continuará como autoridad administrativa de ese templo.
A la pregunta de cómo les afecta esta noticia, muchas mujeres y hombres casi no tuvieron palabras pero sí muchas lágrimas, porque no quieren que su iglesia sea el blanco de malas noticias y porque no saben si volverá su querido padre Moisés Villalta, quien desde hace muchos años era la autoridad religiosa de ese lugar. El error de Villalta, según dijo a El Tiempo Latino Cheiko Noguchi, directora de relaciones públicas de la Arquidiócesis de Washington, “es que la Arquidiócesis tiene una política de cero tolerancia a los abusos a menores y él no reportó a tiempo y eso fue lo que provocó su remoción”.
Programas continuarán
Los programas de ayuda a los desamparados, las clases de inglés, la catequesis, la escuela, la cena de Acción de Gracias que se realizará el 20 de noviembre, los bautismos, las prácticas del coro infantil, la recolección de alimentos para alimentar a los sin techo cada semana y las misas, todo eso continuará como siempre, así lo aseguró Noguchi. “El trabajo sacramental y social seguirá igual, solo que con dos sacerdotes menos”.
La misa del domingo la celebró el sacerdote Arturo Flores, quien al comienzo del sermón los invitó a todos a “rezar por el padre Moisés, por las víctimas de abuso y por todos”, en otro momento, quizá mirando esos rostros tan pesarosos, les aseguró que él sabía que “son momentos difíciles pero con una comunidad unida se puede salir adelante”. No olvidó pedirles que en sus plegarias recuerden a los veteranos y que recen por la paz. En el resto de su homilía, con la ayuda de dos parábolas del evangelio, les recordó la importancia de la generosidad, incluida la del alma.
“Como Jesús dijo: el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”, fue la respuesta de César Amaya, a la pregunta de cuál era su sentir por esta embarazosa situación. “Nosotros apoyaremos a la iglesia porque somos gente de fe y seres humanos imperfectos”, agregó. Unos cuantos pasos más allá, Gloria Jiménez repartía el calendario de actividades de la iglesia para las siguientes semanas. “Nosotros vamos ‘pa lante’ orando y más unidos con la ayuda de Dios”.
Jasmín Romero, quien acaba de ser reelegida en las elecciones del seis de noviembre como comisionada barrial de la zona donde está ubicada la iglesia, espera que este espinoso asunto quede en manos de las autoridades y de Dios pero que todo el trabajo comunitario y social continúe. “Este templo es el refugio de las personas sin documentos, de los humildes y desamparados. Hay quienes no quieren a nuestra comunidad y para esa gente la iglesia es una piedra en el zapato”, dijo esta madre de familia, cuyo hijo es monaguillo en las misas de domingo.
“Vamos a extrañar al padre Moisés, porque es bueno y siempre estuvo para defender a nuestra gente, pero nos queda el padre Kevin que está de nuestro lado y juntos recogeremos comida y juguetes que la iglesia los reparte allá donde no llega ayuda de ningún lado”, aseguró Romero.
La eucaristía había llegado a su fin y muchos devotos no quisieron irse sin antes fundirse en un largo abrazo con el fraile Thompson. Algunos conteniendo sus lágrimas y otros llorando sobre su pecho le hicieron saber que no van a desmayar y menos a abandonar su fe o su iglesia. También le pedían que sea fuerte, que no se rinda, porque ahora más que nunca lo necesitan. Él los miraba atentamente a los ojos, les tomaba las manos, los abrazaba… Se le habían agotado las palabras.
SERVICIO A LA COMUNIDAD
Cena. El Día de Acción de Gracias en la iglesia Santuario del Sagrado Corazón se realizará el 20 noviembre a partir de las 5 de la tarde. La cena será en Gavan Center, en la calle 16 y Park Road.
Protección. La Arquidiócesis de Washington solicita a cualquier persona que conozca de una conducta inapropiada de algún miembro que trabaja para las iglesias católicas que llame a Courtney Chase, directora ejecutiva de la Oficina de Protección de menores y Entorno Seguro de la Arquidiócesis. El número de teléfono es el (301) 853-5302.