Darwin Martínez Torres, un hombre de 25 años de edad, se declaró culpable este miércoles de asesinar a una adolescente musulmán con la que se encontró en junio de 2017 mientras ella y sus amigos caminaban a una mezquita de Virginia.
Martínez Torres quiere evitar una posible sentencia de muerte por el secuestro, asalto sexual y asesinato de Nabra Hassanen, de 17 años.
Muchos temían que el asesinato de Nabra, durante el Ramadán de 2017, fuera un crimen de odio en contra de los musulmanes. Sin embargo, la policía dijo que no halló evidencias de que el crimen fuera motivado por un prejuicio.
De acuerdo con los fiscales, Torres será sentenciado a cadena perpetua. También se declaró culpable de violación en el caso, por el que fue juzgado en enero.
Nabra, una estudiante de South Lakes High School en Reston, Virginia, salió en compañía de un grupo de amigos para una comida antes del amanecer en las primeras horas del 18 de junio de 2017, una práctica común para los jóvenes en el área de All Dulles Mezquita de la Sociedad Musulmana (ADAMS) durante el Ramadán.
Mientras caminaban de regreso a la mezquita, alrededor de las 3:40 am, Torres, un trabajador de la construcción, se acercó en un auto rojo y se metió en un altercado verbal con uno de los jóvenes en una bicicleta, dijo la policía.
Posteriormente, Torres condujo hacia el grupo de unos 15 jóvenes obligándolos a huir. A poca distancia, alcanzó a algunos y los persiguió con un bate de béisbol.
En la persecución atrapó a Nabra, la golpeó con el bate y luego la arrastró a su auto. Las autoridades indicaron que Torres condujo al condado de Loudoun, donde agredió sexualmente a la adolescente y la mató. Lanzó el cuerpo en un pequeño estanque, al lado del complejo de apartamentos donde vivía.
Uno de los adolescentes del grupo notó el automóvil de Torres dando vueltas cerca del lugar y alertó a la policía, quien detuvo al sujeto y encontró huellas de sangre en el carro.
El hombre fue detenido y luego admitió haber matado a Nabra, según una orden de registro. Luego llevó a la policía al estanque en el que arrojó el cuerpo.
Un médico forense dictaminó que Nabra murió de un traumatismo contundente en el cuello y la cabeza. Su muerte provocó que cientos de personas se congregaran durante una vigilia con velas en Reston, así como en otras ciudades como Filadelfia y San Francisco.
Torres, quien es originario de El Salvador, es sospechoso de estar ilegal en el país, según funcionarios federales de inmigración. Le impusieron una orden de detención, lo que significa que podrían iniciar un proceso de deportación contra él si alguna vez lo liberaran.
Durante una audiencia preliminar, en octubre de 2017, asistieron alrededor de 250 amigos y familiares de Nabra. El padre de la joven se lanzó hacia Torres y le gritó “¡Mataste a mi hija!”, mientras que la madre le tiró un zapato, por lo cual la sesión se retrasó temporalmente.
En los últimos meses, los abogados de Torres han preparado una defensa alegando que el sujeto tiene una discapacidad intelectual y, por lo tanto, no puede enfrentar la pena de muerte.
Los abogados han estado reuniendo evidencia para demostrar que Torres estuvo expuesto al mercurio y otras neurotoxinas en el útero y creció cerca de una mina de oro en una zona rural de El Salvador.
Traducción libre del inglés por El Tiempo Latino.