Franck Ribéry no es el jugador más amistoso del planeta. Aunque su talento lo ha llevado a mostrarse en diferentes medios como un mediocampista hábil que responde al ataque por las bandas de forma muy creativa, también llena páginas y noticieros con sus respuestas agresivas. Esta semana añadió una más a su larga lista de insultos.
Todo comenzó con un filete bañado en oro comestible que pidió en un restaurante turco. El video fue publicado el jueves pasado, se ve al futbolista presumiendo de un plato que posiblemente habría costado 1.200 euros. Muchos criticaron la publicación por excéntrico y falta de humildad.
La respuesta de Ribéry no fue la mejor. El sábado publicó una especie de comunicado por el cual fue multado por su club. “Comencemos por los envidiosos, rabiosos, nacidos seguramente de un condón agujereado: f… a vuestras madres, a vuestras abuelas y a vuestro árbol genealógico”, escribió en su cuenta de twitter
Expresó además: “No les debo nada, mi éxito es ante todo gracias a Dios”, continúa, “a mí, a mis familiares y a los que creyeron en mí, los demás solo eran piedras en mis zapatos”.
Thomas Müller, compañero de equipo del francés, salió en su defensa, justificó que cuando se siente atacado es muy emotivo con su reacción. El director deportivo del club, Hasan Salihamidzic, hizo lo mismo.
“Franck fue injuriado e insultado, y no solo él sino también su esposa embarazada, su hijo y su madre, que actualmente ha sido intervenida en un hospital. Quería defenderse y defender a su familia”, dijo Salihamidzic, quien además añadió que habló profundamente “y tendido con Franck y le comuniqué que le impondríamos una fuerte multa. Lo aceptó”.
En noviembre pasado insultó y agredió a un comentarista deportivo y al exfutbolista Patrick Guillou por críticas al juego del club y al mediocampista. El Bayern Munich tuvo que obligarlo a publicar un video pidiendo disculpas. Varios medios piensan que la multa es suave en comparación a la falta que cometió.
Fuente: Semana
