En la residencial Vista al Lago, en el municipio de Ilopango, en los últimos diez años, la Mara Salvatrucha asesinó con crueldad a policías, pandilleros, mujeres, militares, vigilantes y a personas que de alguna manera representaban peligro para los intereses de la pandilla.
Un vecino que huyó del lugar, por temor a las maras, afirma que fue testigo de más de 60 crímenes que cometieron los delincuentes, la mayoría con corvos y pistolas. Pero una investigación judicializada por la Fiscalía revela que, en 23 casos, fueron registrados 29 víctimas. En varios hechos, los cadáveres fueron enterrados en varias laderas que rodean las montañas de la colonia que fue creada a finales de la década de los 90. Vista al Lago se convirtió en un cementerio ilegal.
Las investigaciones confirman que los pandilleros mataron en el interior de las casas, patios, predios baldíos, canchas de fútbol, parques y lo hicieron por desconfianza, por odio a las víctimas que eran parte del sistema judicial y por diferencias entre la estructura criminal.
No importaba la hora, los asesinatos se cometieron durante el día. Ninguno fue de madrugada o a la medianoche.
La estructura de la MS -13 Tecolotes Locos Salvatruchos (TLS), ha tenido desde el 2002, el control total de la zona y llegó a tener hasta más de 150 integrantes que vivían en las tres etapas de la urbanización, apoyados por otros grupos que operaban en colonias aledañas, según la investigación.

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Para asesinar a sus víctimas, los pandilleros no dilataban mucho tiempo, se coordinaban a través de sus celulares y en menos de diez minutos, tomaban la decisión de matar a sus víctimas.
Su logística de control de territorio les permitía identificar a cualquier enemigo. En todos los crímenes las armas de fuego que utilizaban las entregaban a otros pandilleros al momento que huían de las escenas. Luego las encaletaban (ocultaban) en las casas de otros miembros de la mara.
Matar por rivalidad con los pandilleros contrarios
Entre los hechos estuvo el asesinato de José Víctor Quintanilla Reyes, a quien mataron por tener un tatuaje de la 18 en su labio inferior. Para asesinarlo, la pandilla lo controló durante una semana hasta que confirmaron la hora exacta que pasaba por el lugar.
A las 7:30 de la noche, el 21 de abril de 2018, en la cancha de baloncesto en la segunda etapa de la residencial, Reyes se acompañaba de una mujer cuando fue interceptado por dos pandilleros quienes, sin dirigirle palabra alguna, le dispararon cuatro veces.
Otra víctima fue Alcides Vidal González Martínez, alias Chumpe, la pandilla lo mató por rencillas que tenía con ellos, ya que la víctima era un ladrón de furgones y se dedicaba a desmantelar casas en la colonia. La noche del 12 de septiembre de 2018, Martínez fue convidado a beber licor en la cancha de fútbol por cuatro pandilleros.
En el lugar, uno de los mareros tenía una piocha y una pala oculta, ya que tenían planeado matarlo y luego enterrarlo. Así fue. Cuando la víctima se descuidó, uno de los pandilleros le pegó con una piocha en la parte de atrás del cuello hasta atravesarlo. Cuando la víctima agonizaba, lo golpearon y lo enterraron en un predio baldío del lugar. Una fuerte lluvia descubrió el cadáver dos días después.
El asesinato de los primos Navidad
Los pandilleros identificaron a Julio Alexander Navidad como un pandillero de la 18 que llegaba a visitar a su primo, Ricardo Ernesto Navidad en una casa de la Urbanización Vista al Lago, lo supieron porque un pandillero de la MS lo conocía que viajaba desde Bosques del Río en Soyapango.
Una tarde de agosto, los pandilleros que se dedicaban a vigilar la colonia, localizaron a los primos Navidad que se encontraban esperando la buseta de la 29 en el pasaje 6.
Uno de los pandilleros se subió a la unidad de transporte y luego coordinó con el motorista para subir a los mareros y luego los bajaría en la parada de buses del Molino.

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Así fue, el pandillero se bajó con las dos víctimas y luego los engañó que caminaran hacia Lomas de Shangallo porque ahí andaba la Policía. Después de caminar 25 minutos, uno de los mareros ya los esperaba en la zona con un corvo, una piocha y palas.
Al llegar a una zona desolada, uno de los mareros le lanzó machetazos a Navidad Barrera hiriéndolo de las manos y cara hasta que cayó muerto. En ese momento, el primo de la víctima, les explicó que él era de la MS y que se lo consultaran a un sujeto apodado El Largo, quien era cabecilla de Bosques del Río.
El Largo lo confirmó a través de una llamada que la víctima era de su clica, pero eso no le valió a los pandilleros y enseguida, le cortaron la cabeza, las manos y las piernas. Luego excavaron un hoyo y enterraron a las dos víctimas.
Mataron a los esposos de la panadería por ser informantes
Platicar con la Policía era sinónimo de muerte en Vista al Lago. Eso le pasó a José Virgilio Serrano Rodríguez y a su esposa Zoila Marina Amaya Martínez.
El 16 de agosto de 2018 los pandilleros ya tenían el aval de sus cabecillas de matar a los trabajadores porque afirmaban que las víctimas eran informantes de la Policía. Era la 8:00 de la noche cuando los pandilleros llegaron a la casa de las víctimas y luego de llamarlos a la puerta, los hincaron y les dispararon.
En su huida los mareros corrieron hacia la finca Bethania, otros lo hicieron en un vehículo gris. Esa noche llovió fuerte en la urbanización Vista al Lago.
A Ángel Fernando Juárez, alias El Pechuga, los pandilleros lo mataron por desertar de la pandilla y porque violó a un niño de la misma colonia.
Fuente: El Salvador