Botas. Por la durabilidad, la calidad y el precio, las botas militares son muy solicitados entre los trabajadores que trabajan en todo lo relacionado con construcción. | FOTO: Olga Imbaquingo
La tienda está a menos de cinco minutos en auto del centro de la ciudad de Rockville, en Maryland. Cortesía | FOTO: Olga Imbaquingo
Español. Enrique Bortolini es el administrador de este negocio, donde es obligatorio para los empleados hablar además del inglés, el español. | FOTO: Olga Imbaquingo
Militar. La tienda tiene un gran surtido de maletas y mochilas, especialmente de tipo militar; y, mochillas especiales que contienen todo lo necesario para sobrevivir tres días, están a la venta en Ranger Surplus. | FOTO: Olga Imbaquingo
Tallas. Las botas para trabajar en la nieve están en una variedad de tallas, al igual que las medias especiales de invierno. | FOTO: Olga Imbaquingo
Surtido. Una vista del interior de la tienda con parte de la mercadería que los latinos acostumbran a comprar para su trabajo. | FOTO: Olga Imbaquingo
Antes de internet, el cliente satisfecho no le daba cinco estrellas, solo volvía una y otra vez. Era la forma de decir que está de lo más contento con el servicio, la calidad del producto, los precios y la atención. Algo así es Ranger Surplus, un negocio que durante sus 41 años ha sabido desafiar los cambios y mantiene ese carácter casi único que hace que los clientes siempre vuelvan.
Ranger Surplus es una tienda minorista, en Rockville, Maryland, que ofrece todo indumentaria militar, de camping, de defensa y de trabajo, que no se encuentra en otros sitios. Si se está preguntando ¿Qué tiene que ver esto con la comunidad hispana?, la respuesta es muy fácil: casi el 50% de la clientela es latina.
Hasta allí, varias veces al año llega el electricista-contratista, Claudio Sevilla, en busca de pantalones, chompas térmicas, botas y camisetas. “En Ranger Surplus compro ropa de trabajo, porque la calidad y durabilidad son buenas. Un pantalón con muchos bolsillos para guardar las herramientas tiene más larga vida que un jean, es muy práctico y más barato. La atención es de primera y tienen reserva de todo”. Este es un sitio como dice el propietario-fundador Harvey Carme, “sigue dando soluciones desde 1979”.
Otro de los tantos puntos a favor que tiene este local es que el propietario se preocupa de que el personal sea bilingüe para atender en español a los clientes hispanos. Su mano derecha es Enrique Bortolini, nacido en Venecia y criado en México, desde hace 13 años es el administrador de la tienda.
“Aquel que no sabe o tiene miedo de hablar en inglés nos encontrará para ayudarlo”, dice Bortolini mientras pasea por los pasillos de la tienda mostrando el abundante surtido en varios tipos de pantalones, botas, guantes, mochilas, chaquetas, cuerdas. “Todo esto está hecho de material del bueno, son prendas muy cómodas y los precios son bajos”.
Pero Kramer y Bortolini tienen una preocupación en este tiempo: el racismo y el miedo a las deportaciones a muchos los ha ahuyentado. “Mis clientes hispanos por muchos años han sido leales. Me preocupo de que los atiendan en español, que siempre encuentren lo que buscan y que los precios sean alcanzables. La única vez que dejaron de venir fue durante la recesión hace una década, porque no había trabajo, pero después volvieron”, aseguró Kramer.
Para Bortolini esta enrarecida atmósfera política está haciendo que pierdan todos. Muestra una variedad de chamarras de invierno que siempre están allí todo el año, porque cuando aquí es verano en el sur es invierno y se las llevan a sus países para sus familiares. Durante la visita que hizo El Tiempo Latino a Ranger Surplus, entraron varios clientes, ninguno latino.
“Esto no era así, teníamos mucho trabajo gracias a nuestra clientela hispana. Por ejemplo, un pantalón de tela indeleble y con muchos bolsillos cuesta 50 dólares, nosotros lo vendemos en 36 y eso es lo que les hace falta para sus labores. Necesitamos que vuelvan para ayudar al país y mover la economía. Aquí nadie los va a detener, este es un lugar privado”, insistió Bortolini.
Los hispanos que trabajan en jardinería solían comprar un tipo de navaja para cortar, también llegaban por machetes y sierras. También hay un pequeño surtido de pantalones usados y durables, el precio es de cinco dólares. “Vea este saco, ¿Dónde ha visto algo tan bonito y solo por siete dólares?”, pregunta Bortolini.
Ese ambiente de familiaridad, el surtido, la calidad y los precios mantiene en pie a este negocio. “Hemos aprendido a sobrevivir a pesar de los grades almacenes, el dominio de Amazon y los punto com”, señala Kramer, quien en la época de Carter abrió cinco sucursales, pero hoy todo está concentrado en Rockville “con buena mercancía, los mejores empleados y los mejores clientes del mundo”, agrega.
Todas las compras hay que hacerlas personalmente, pues no está online. “Todavía no se me ocurre cómo anunciar nuestros productos a los millennials. Todo el mundo parecería conocernos desde hace muchos años”, dijo Kramer en un email. “Somos esa clase de tienda que desafía a cualquier cliente que cree que saldrá sin comprar algo de buena utilidad y que le haga la vida más fácil”.
Eso lo sabe Sevilla, quien lleva 15 años abasteciéndose en Ranger Surplus. “También mando a mis muchachos para que adquieran la ropa y las botas que les van a durar para largo. Ahora que viene el invierno la ropa térmica que venden es buenísima, por eso es buena esta tienda”.
DÓNDE IR EN BUSCA DE LO QUE NECESITA
Dirección. Ranger Surplus está ubicada en la 811 Hungerford Drive en Rockville, Maryland. Tiene un amplio parqueadero y si quiere asegurarse de que tienen lo que está buscando llame al 301-424-1125. Recuerde que hablan español. La tienda está considerada como la única en este género que queda en la región del medio Atlántico.
Invierno. Ranger Surplus tiene accesorio térmicos para trabajar en la nieve (gorro, botas, medias guantes). También hay prendas para mujeres y para defensa personal como spray de pimienta, carpas de camping, uniformes militares y de combate, pañuelos, maleteros, alimentos empaquetados listos para servirse.
