El grupo clave de presidentes de colegios y universidades católicas acogió este domingo al reverendo James Martin, un defensor de la comunidad LGBT, quien instó a los cientos de líderes escolares a tomar nuevas medidas para promover la inclusión, tales como permitir a los estudiantes elegir sus pronombres y considerar al personal abiertamente gay como modelos a seguir.
Algunos asistentes a la reunión anual de la Asociación de Colegios y Universidades Católicas (ACCU) aseguraron que la invitación a Martin era sorprendente y refleja una nueva generación de presidentes de colegios católicos, así como la influencia del Papa Francisco, que hace hincapié en hacer que todos se sientan bienvenidos.
Más de 150 de los casi 200 presidentes de la asociación estuvieron en la reunión en el Hotel Ritz-Carlton en Washington.
“Cuando te encuentras con una persona LGBT, tu punto de partida debe ser que te encuentras con alguien que ha sufrido y puede que aún esté sufriendo. Imagina un grupo de refugiados”, dijo Martin al grupo.
“Llamar a las personas por los nombres y pronombres que eligen es parte del respeto; proporcionar beneficios que incluyan a los LGBT refleja compasión; e incluir la orientación sexual y la identidad de género en las políticas de no discriminación muestra sensibilidad”.
El reverendo Dennis H. Holtschneider, presidente de la ACCU, dijo que el grupo dio una calurosa bienvenida a Martin, una reflexión, dijo, del hecho de que los líderes de la educación superior católica están luchando con cómo pensar en temas como los baños unisex, el lenguaje no binario y cómo aplicar la enseñanza católica a todo ello.
La gente “quiere que los presidentes de las universidades sean defensores, que estén al servicio de una sociedad que no se ha decidido pero que está muy dividida, cualquier universidad siente esa división de manera muy personal, y está tratando de cuidar a los estudiantes que están delante de ellos”, dijo Holtschneider.
Algunos colegios o universidades católicas han tenido centros de apoyo para LGBT durante años, algunos incluso décadas, dijo Holtschneider. Los debates se han ampliado para incluir las preocupaciones de los católicos transexuales, como qué nombres pueden usar en los diplomas o qué baños pueden utilizar, así como si el personal de la escuela puede permanecer en sus puestos con todos los beneficios si se casan con alguien del mismo género o hacen la transición a otro género.
Con información de The Washington Post