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VIRGINIA: Clínicas comunitarias encaran al COVID-19

EXÁMENES. El centro Nova Salud en Seven Corners, ha adecuado una cabina para tomar muestras de sangre. FOTO: Tomás Guevara - ETL


           
   

Tomás Guevara – ETL

EXÁMENES. El centro Nova Salud en Seven Corners, ha adecuado una cabina para tomar muestras de sangre. FOTO: Tomás Guevara – ETL

RECEPCIÓN. El personal de Tu Family Clinic usa equipo especial de bioseguridad. FOTO: Tomás Guevara – ETL


           
   

Tomás Guevara – ETL

RECEPCIÓN. El personal de Tu Family Clinic usa equipo especial de bioseguridad. FOTO: Tomás Guevara – ETL

PACIENTES. Tu Family Clinic pide a sus pacientes que llamen antes de ir para hacer una cita. FOTO: Tomás Guevara – ETL


           
   

TOMÁS GUEVARA – ETL

PACIENTES. Tu Family Clinic pide a sus pacientes que llamen antes de ir para hacer una cita. FOTO: Tomás Guevara – ETL

CLÍNICA. Ignacio Aguirre, gerente de Programas de Nova Salud, dijo que las rutinas han cambiado en ese centro de salud. FOTO: Tomás Guevara – ETL


           
   

TOMÁS GUEVARA – ETL

CLÍNICA. Ignacio Aguirre, gerente de Programas de Nova Salud, dijo que las rutinas han cambiado en ese centro de salud. FOTO: Tomás Guevara – ETL

Foto: Tomás Guevara - ETL


           
   

TOMÁS GUEVARA – ETL

Foto: Tomás Guevara – ETL

En Tu Family Clinic ubicada en Seven Corners, en Falls Chuch, Virginia están al máximo de su capacidad de atención. Si en días regulares recibían una media de 40 pacientes durante la jornada, en estos tiempos de emergencia nacional por la pandemia de COVID-19 la cifra se ha duplicado, en gran parte porque otros centros de atención primaria en la zona han cerrado durante la crisis.

En esta clínica también han montado una estación para atender a los pacientes sospechosos y hasta confirmados del coronavirus, ante lo cual los protocolos de seguridad para el resto de pacientes y el personal se han puesto en máxima alerta.

La tarde del viernes 24 de abril El Tiempo Latino realizó un recorrido para conocer la situación en este centro de atención, cuyos usuarios en más del 90 % corresponden a la comunidad hispana.

El gerente de Tu Family Clinic, Miguel Orellana, informó que a diario se están realizando hasta 30 pruebas de coronavirus, y de estas el 80 por ciento resultan positivas. Algunos pacientes acuden al experimentar los primeros síntomas de la enfermedad, como fiebre, tos o malestar general con escalofríos.

Para evitar mayor tráfico de pacientes dentro del establecimiento que funciona en el sótano del edificio que alberga otros servicios médicos, la clínica pide a los usuarios -a través de sus redes- que antes de avocarse al centro de salud llamen para una preevaluación y, de ser necesario, ser trasladados dentro del establecimiento hacia una zona especial adaptada para recibir a los que a todas luces están infectados.

“Cuando los síntomas indican con claridad que están infectados de coronavirus, hay una enfermera esperando en el pasillo para recibirlos y los trasladamos, ya con su mascarilla puesta a un espacio especial de aislamiento que hemos instalado donde se impartían clases, ahí se les realiza la prueba final para confirmar y los atiende el médico para proporcionar el tratamiento”, comentó Orellana.

Dentro de la clínica donde asisten pacientes por otras dolencias, la norma es que todos deben estar con la mascarilla puesta, y el personal permanece ataviado durante toda la jornada con el equipo especial de bioseguridad: los trajes blancos, mascarillas de alta protección, gorros y gafas son parte de la indumentaria. Además del protocolo que sigue el personal, también se ha reacondicionado el área de recepción como una cabina de aislamiento para proteger al equipo que captura los datos de los pacientes.

El diseño de un espacio apto para lidiar con la pandemia también se aprecia en el espaciado de las sillas de la sala de espera, pues las personas que acuden deben mantener distancias mínimas de dos metros, como lo recomiendan las autoridades sanitarias.

Como respuesta a la emergencia, esta clínica utiliza parte del pasillo para ubicar sillas y así ampliar ese rango de espacio entre los pacientes que esperan su turno.

“Aparte de esos protocolos de no mantener a más de diez personas adentro y mantener la distancia entre ellos, todos nuestros pacientes deben permanecer con la mascarilla puesta y si no traen una nosotros le damos un tapaboca. Estamos realizando también varias veces al día rutinas para desinfectar el espacio, una especie de barrido del aire con un aerosol a base de alcohol que hace que el virus baje rápido al suelo y así podemos evitar la propagación”, comentó el gerente de esta clínica.

Pacientes latinos

José G. (nos pidió utilizar solo la inicial de su apellido) es uno de los inmigrantes latinos que llegó la tarde del viernes al centro con síntomas inquietantes. Explicó que los síntomas se han ido agudizando en los últimos días y esa misma tarde se le tomó la prueba del coronavirus para confirmar o descartar sospechas. El paciente recibió las instrucciones de los profesionales, que en su caso son mantenerse en casa y guardar distancia del resto de los ocupantes del departamento en el que reside en un vecindario altamente poblado. Así debe permanecer hasta que obtenga los resultados del test que tardan hasta cinco días, ya que su prueba fue realizada justo antes de un fin de semana.

Antes de salir de la clínica con la receta, la enfermera explicó a José que tiene que mantener la mascarilla puesta en casa todo el día, dado que vive con otras personas; debe mantenerse aislado y desinfectar áreas comunes como el baño después de cada uso.

La receta de aislamiento que se le dio a este latino es difícil de seguir para muchos inmigrantes que comparten una vivienda en la que no hay espacio para que un paciente portador del virus se mantenga alejado del resto de personas que viven con él. En estas circunstancias, el riesgo de contagio es una amenaza real para el resto de “housemates”.

Problemas que se suman

Miguel Orellana, quien llama a los pacientes cuando los resultados de las pruebas son recibidos en la clínica, explicó que muchas personas tienen dificultad al entender la información que se les proporciona sobre las medidas de aislamiento que deben seguir, y reconoció que es una realidad el hacinamiento en viviendas de inmigrantes -en su mayoría indocumentados- provenientes principalmente de Guatemala, Honduras y El Salvador.

A esto se suma que buena parte de los pacientes que acuden a esa clínica durante esta cuarentena, explican de entrada que han perdido el trabajo, con lo que costear los exámenes se hace una dificultad adicional.

De cada diez pacientes que son potenciales casos positivos de COVID-19, dos no tienen a mano los $150 que cobra el laboratorio que analiza las muestras. Este es un monto que no puede asumir la clínica, porque el servicio de análisis lo da un proveedor privado que cobra por procesar las muestras enviadas cada día.

“Es un problema en cadena, porque al mismo tiempo que estas personas no tienen trabajo se enfrentan a una emergencia médica. En estos casos de pacientes vulnerables, nuestros médicos les dan la receta con tratamiento para irse a casa y les explican que [deben] tener cuidados extremos para no contagiar al resto de personas cercanas, pero es una tarea difícil dada la situación”, agregó Orellana.

En esta clínica también están recolectando datos de sectores laborales donde se están detectando más infecciones de coronavirus, uno de estos es el sector de trabajadores de limpieza que prestan servicios en las áreas comunes de edificios de apartamentos y otros establecimientos, y que se movilizan en el transporte público o compartido, factores que aumentan el potencial de contagios.

Al terminar la visita a Tu Family Clinic, El Tiempo Latino constató la gran afluencia de pacientes que llegaban preocupados por su salud al establecimiento. En sus mentes solo estaba no ser una estadística más de esta pandemia que tiene en zozobra a todo el planeta y que solo en Estados Unidos había causado más de 61 mil muertes hasta el miércoles 29 de abril.

Atención a la comunidad LGBTQ sigue en pie

La siguiente parada del recorrido fue el centro Nova Salud, ubicado también en el sector de Seven Corners. El gerente de Programas de esta clínica, Ignacio Aguirre, explicó que en este centro especializado en atención médica a la comunidad LGBTQ (aunque abierto para servir a toda la comunidad), las rutinas han cambiado.

En primer lugar necesitaron unos días para acondicionar, sobre la marcha, los espacios con aislamiento, y organizar las visitas para tomas de exámenes de detección de enfermedades infecciosas por contacto sexual; así Aguirre explicó que solo se atiende a pacientes con cita y el ingreso al espacio de la clínica es de una persona a la vez.

“Aquí en la recepción se le toma la temperatura a la persona que llega y si esta presenta temperatura de más de 37 grados centígrados, se le envía a su casa, y se le recomienda que haga una consulta por teléfono para monitorear su situación”, explicó Aguirre.

Si llegan dos pacientes para examinarse porque tienen citas a la misma hora, al segundo le toca esperar afuera de la clínica, en el pasillo. Cuando hay más de dos pacientes, estos deben esperar afuera del edificio en el estacionamiento, donde se les llama por teléfono para que suban al consultorio, después de que el espacio usado para examinar al paciente anterior ha sido desinfectado.

Ignacio Aguirre llevó a este medio a un recorrido a ver la cabina acondicionada para tomar las pruebas, donde el paciente y el asistente médico mantienen distancia a través de una ventana con cristal que solo permite traspasar el brazo hacia el lado del tomador de muestras.

Aguirre reconoce que a la par de la epidemia de coronavirus, las otras enfermedades infecciosas siguen afectando a la comunidad, y los nuevos casos positivos de VIH, así como de otras patologías adquiridas por contacto sexual están en aumento.

“Hacemos las pruebas de VIH, y si una persona es positiva se le remite a los centros de apoyo para recibir atención médica y tratamientos, y todo tipo de asistencia; también están las otras enfermedades como sífilis, clamidia y gonorrea, que son dolencias que están muy activas”, agregó.

Mucha necesidad y recursos limitados

Adecuar los espacios de atención médica a las nuevas necesidades que impone la pandemia del COVID-19, que representa un alto riesgo para personal sanitario, ha demandado de las clínicas de atención primaria abastecerse de equipos de protección que ya están a precios exorbitantes en el mercado.

Ignacio Aguirre reveló que los gastos han aumentado para Nova Salud que tiene a gran parte de su plantilla trabajando desde casa y dando seguimiento a sus pacientes por teléfono o videoconferencias para las terapias de grupo. Este centro de salud ha tenido que afrontar la compra de mascarillas, guantes y desinfectantes, a precios cinco veces más altos en relación a su costo antes del coronavirus.

“Poco a poco nos hemos ido abasteciendo, pero a precios exorbitantes… al principio fue imposible, ya que los equipos de protección total que están utilizando otras clínicas están exageradamente caros”, explicó.

En Tu Family Clinic conocen al dedillo esos gastos adicionales.

Para ellos dotarse de equipo de bioseguridad ha aumentado los costos internos para atender a los pacientes. Esos trajes de color blanco que usan los doce trabajadores entre médicos, asistentes y personas técnico, son desechables y se deben cambiar a diario.

Los guantes, que ya son de uso rutinario en todas las clínicas, se utilizan para el contacto con pacientes y las costosas mascarillas de alta calidad para evitar contagios también han achicado los ingresos de la clínica.

Por ahora este centro de salud está en busca de donantes privados de la misma comunidad hispana que quieran hacer donaciones que pueden deducir de impuestos. El coronavirus ha conjugando factores que no estaban previstos como mayor demanda, pocos recursos y una cantidad de usuarios que carecen de dinero para pagar los servicios y que a la vez no tienen seguro médico.

“Nosotros estamos viendo que tal vez hay empresarios que no han sido tan afectados con esta crisis y que tengan a bien donar por lo menos para cubrir las pruebas de COVID-19 para los pacientes que no pueden pagar, con ello se estaría ayudando mucho para evitar que estas personas contagien a más miembros de la comunidad”, concluyó Miguel Orellana, de Tu Family Clinic. Un pedido que llega de un centro en el que más del 90% son hispanos.

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