
Cortesía Mary's Center
LATINOS. El 70 % de pacientes de Mary’s Center es latino. El centro estos días redobla sus esfuerzos para realizar las pruebas de coronavirus. | FOTO: Cortesía Mary’s Center

Mary’s Center
EMPLEADOS. De los 700 empleados apenas cien están atendiendo a los pacientes en los centros abiertos, el resto está trabajando de forma virtual. | Cortesía Mary’s Center
Los pacientes de cáncer, de diabetes, del corazón, de artritis, las mujeres embarazadas y los niños desaparecieron de las consultas médicas por miedo al coronavirus. Por donde se mire con esta pandemia han perdido todos: los enfermos, los doctores, los empleados y la salud.
Entre un 40% y 75% se redujo la presencia de pacientes no relacionados con el coronavirus, en marzo y abril, en las clínicas y centros de salud comunitarios de Washington DC, según la Asociación de Atención Médica Primaria. En mayo, un 30% no llegó a sus citas por miedo al coronavirus, mientras que las estadísticas de junio se podrán analizar después del fin de este mes. En Maryland, hasta el 50% de los pacientes no está acudiendo al doctor.
Esta espantada de los pacientes no solo pone en mayor peligro su salud, también ha puesto a estas clínicas, tan necesarias durante esta emergencia, en aprietos financieros. Los 15 proveedores de salud comunitarios de DC, en conjunto, pierden más de un millón de dólares semanales por la ausencia de los pacientes. Estos recursos sirven para pagar a los empleados, mantener las instalaciones y sostener sus programas de salud a favor de los más necesitados, entre ellos la atención de población de bajos recursos y sin documentos, como es el caso de Mary’s Center.
Mayoría latina
Las clínicas de Mary’s Center atienden a unos 60 mil pacientes al año, con los latinos representando el 70% de todos los que confían su salud a esta organización. La pandemia le obligó a cerrar temporalmente dos clínicas y en las tres que mantiene abiertas, en DC y Maryland, los esfuerzos están concentrados en realizar las pruebas del coronavirus.
Para los pacientes la alternativa es la telemedicina, pero esta tiene sus limitaciones porque la falta del chequeo físico puede pasar por alto señales y síntomas que podrían traer graves consecuencias. Lyda Vanegas, directora de comunicaciones y relaciones públicas de Mary’s Center, confirmó que a esta clínica, le está pasando lo que a muchas en el resto del país: “Por miedo no están viniendo ni por las vacunas, pero es importante que no dejen de hablar con su doctor, para eso les estamos ofreciendo visitas virtuales”.
Golpe a los doctores
Entre las enfermedades serias que Mary’s Center atiende están aquellas relacionadas con la salud mental, el asma, cáncer, diabetes, hipertensión, entre otras; y sus doctores están insistiendo que los pacientes no esperen a que termine completamente la pandemia para tratar estas dolencias porque podría ser demasiado tarde. Para proteger la salud de sus pacientes, este centro ha adaptado sus instalaciones de tal forma que los posibles contagiados con coronavirus que van a realizarse la prueba no comparten ni el ingreso, ni las salas de espera ni los consultorios con los pacientes que sufren otras dolencias.
Una carta pública de tres asociaciones que representan a más de 260 mil doctores a nivel nacional describe una situación alarmante: obstetras, ginecólogos, pediatras, y doctores primarios están enfrentando dolorosas decisiones financieras que obligan a despedir a los empleados e incluso cerrar las puertas. Las proyecciones no son nada halagadoras, unos 60 mil doctores primarios dejarían de trabajar a partir de junio.
“Buena parte de nuestros ingresos vienen de los pacientes con seguro [de salud]; en marzo y abril proyectamos pérdidas de $3 millones”, dijo Vanegas, para a renglón seguido lamentar que el paquete económico federal de dos billones de dólares ($2 trillion, en inglés) no beneficia a Mary’s Center. “Solo contempla ayudas a los centros de salud con un máximo de quinientos empleados y nosotros tenemos 700. La opción sería despedir a unos 200 trabajadores, pero eso no está en nuestros planes”, agregó.
Mary’s Center, en marzo, recibió un ingreso de Human Health Services por $1.6 millones, pero cada mes necesita $3.2 millones para pagar sueldos y todas las actividades de recaudación de fondos se cancelaron, mientras el 80% del personal está trabajando desde sus hogares. “Pero nuestros dentistas no pueden hacer telemedicina ni limpiezas ni otros procedimientos, solo se hacen visitas dentales básicas y aún así vamos a sostener al personal hasta que más podamos”.
Pacientes preocupados
Sarai Salmerón no es una embarazada de riesgo, de serlo tendría que acudir al doctor irremediablemente pese a su miedo. Estar a la espera de un bebé durante una pandemia le causa ansiedad. “Tengo mis citas por computadora y he debido aprender a medirme el vientre para registrar el crecimiento del bebé y a crear un reporte de las pataditas, esto es mejor que nada”. El coronavirus la golpea de varias formas: no puede escuchar los latidos de su bebé porque eso no se puede hacer virtualmente y su madre se contagió con el virus, estuvo hospitalizada y esa experiencia dejó atemorizada a esta futura mamá.
Su otra preocupación es que si el día del alumbramiento, el coronavirus todavía es una amenaza, ni su esposo ni su hermana entrarán a la sala de partos. “Eso lo llevo mal, porque necesito esa ayuda emocional”.
CENTROS. Tome en cuenta que en Washington DC, los Mary’s Center de Fort Totten y Adams Morgan están cerrados temporalmente, el único que sigue abierto es el de Petworth, en la avenida Georgia. Los centros de los condados de Montgomery y Prince George’s están abiertos. Debido al coronavirus es preciso hacer una cita, llamando al (844) 796-2797.
CITAS. Recuerde que citas impostergables durante esta pandemia son las vacunas para un bebé entre uno y 15 meses. Los pacientes de diabetes crónica, aquellos que se sometieron recientemente a cirugías, los que necesitan quimioterapia y radioterapia y mujeres embarazadas de alto riesgo, por ninguna razón deben dejar de acudir al doctor.