La organización CASA sigue de cerca la situación que viven familias de Maryland que han sentido con fuerza el golpe de la pandemia del COVID-19. El tema no solo se centra en los efectos del brote en la salud, también en la incidencia que ha tenido en la economía, es por ello que hizo un llamado al gobierno estatal para que atienda a los más necesitados en tiempos de crisis.
Este lunes, Ricardo Sánchez-Silva, editor senior de El Tiempo Latino, entrevistó a Nayireth Castro, organizadora comunitaria de CASA en la mencionada entidad, para conocer más detalles de lo que ha venido haciendo el grupo a favor de la comunidad.
El viernes pasado, por ejemplo, la organización formó parte de una protesta en la que sus participantes “desalojaron” de manera simbólica al gobernador Larry Hogan de su residencia. La razón es sencilla: Maryland no escapó de los estragos del virus y esto dejó sin empleo a miles de personas que sirven de sostén familiar.
El hecho desató la preocupación de cómo afrontar gastos necesarios, como el de la renta, un tema que alimenta el debate.
“Exigimos extender la fecha para evitar el desalojo de arrendatarios y que no se apliquen multas a quienes no paguen a tiempo”, señaló Castro, quien también pidió en nombre de CASA asistencia para quienes necesiten pagar la renta, así como para aquellos que no formaron parte del estímulo económico del gobierno federal.
Las acciones del grupo se han hecho sentir.
Recientemente, alrededor de 190 familias del conjunto Las Villas, ubicado en Langley Park, se vieron beneficiadas con un apoyo económico de $150 al mes para cada una, el cual se pagará hasta diciembre de este año. Asimismo, llegaron a un acuerdo con el grupo propietario del hábitat para impedir un aumento de las mensualidades.
Sin embargo, esto no es todo para ellos, pues seguirán llamando a manifestaciones con la misión de hacer valer cada una de sus peticiones.
“Sabemos que el COVID-19 está latente, pero tenemos que salir para que nos escuchen y exigir lo que nos merecemos, obviamente con todos los cuidados”, dijo la miembro de CASA.
En primera persona
Josefa Alonzo es una de las residentes de Las Villas que ha sentido de cerca los efectos del COVID-19 en su economía. La guatemalteca habló con Sánchez-Silva sobre su situación y contó que en marzo, cuando el coronavirus apenas tenía presencia en Estados Unidos, su esposo quedó desempleado, hecho que no cambió hasta la semana pasada.
Desde casa, se vio imposibilitada de salir a buscar el sustento, pues se encarga de cuidar a su hija de seis años, quien padece síndrome de down; sin embargo, su familia fue una de las 190 beneficiadas en el conjunto residencial, un alivio para ella y los suyos, quienes tienen casi cuatro meses sin poder pagar la renta.
“Pido al gobernador y a los políticos que nos escuchen y nos echen una mano”, expresó la latina, quien también busca ayuda para poder repatriar a suelo guatemalteco los cuerpos de su hermano y sobrino, fallecidos recientemente.
Para ampliar información reproduce la entrevista a continuación: