El verano no resultó un escudo de protección contra el coronavirus. La población, agotada por las restricciones debido a la pandemia, está bajando la guardia. Las personas tienen deseos de airearse y están empezando a reunirse, a ir a los restaurantes, a la peluquería o al gimnasio como si la crisis sanitaria se acabó. Así es como se junta el hambre con las ganas de comer y se está cocinando la fórmula para el desastre.
Tras varios meses de embestidas de un virus que solo podrá ser vencido cuando se obtenga una vacuna, es un hecho que la responsabilidad individual protegerá el bienestar general.
La medida de protección total es no salir, no viajar, no recibir visitas, no ir al mercado, a la farmacia o al doctor. Como esto es impracticable, hay recomendaciones a seguir antes de cruzar el umbral de su puerta: póngase la mascarilla, lleve desinfectante de manos y mantenga la distancia de hasta dos metros entre una persona y otra.
Esta es la única receta profiláctica disponible contra un virus, que solo en Estados Unidos ya segó la vida de más de 170 mil personas y la cifra va en aumento.
No olvide a quienes viven con usted
Hay que desechar esa fantasía de que “no me va a pasar a mí”. Liliana Gómez-Medley, doctora de medicina familiar de Kaiser Permanente, cree que “es tiempo de ser responsables e inteligentes”. Su propuesta: “en cada salida evalúe los riesgos sin olvidar a quienes viven en casa, pregunte cuánta gente se reunirá, si será en espacios cerrados o abiertos y si todos usarán máscaras”.
Los profesionales de la salud de Kaiser Permanente recomiendan a sus pacientes que si van a reunirse lo hagan en grupos pequeños, en espacios abiertos con suficiente aire y distanciamiento. Si en casa viven mayores de 65 años o con inmunología comprometida lo mejor es no reunirse.
Margarita Dilone, presidenta y directora ejecutiva de Crystal Insurance Agency, cree que “hay que decir las cosas como son”. La experta dice: “si no queremos arrastrar un sentimiento de culpa de haber infectado a alguien y peor de causar la muerte, hay que aplazar para después los abrazos y los besos para los hijos, los nietos y los amigos”.
A ella le preocupan las fiestas de cumpleaños, de graduaciones y las bodas. “Esas ahora son las fuentes de contagio. Al principio la gente se pone sus mascarillas, pero después de unos tragos se olvidan de los protocolos”.
Dilone resalta el hecho de que el distanciamiento entre los latinos no es fácil, porque en este grupo es inherente el contacto físico y en tiempos de pandemia es contraindicado. “Hay que esforzarnos en reducir la propagación, de lo contrario la economía y nuestro estilo de vida se destruirán. El 63% de los pequeños negocios latinos no va a sobrevivir y el colapso será peor si no asumimos que está en nuestras manos detener esta debacle”.
Nada deje al azar
Kaiser Permanente hace eco de las recomendaciones del Centro de Control de Enfermedades Infecciosas (CDC en inglés) y enlista las suyas en beneficio individual y colectivo.
Primero, cada acción es una decisión personal y que puede variar de un individuo a otro; y, segundo, señala dos factores que no deben dejarse al azar: la edad y la salud de quienes viven en casa. Aquellos con un sistema inmunológico frágil o con enfermedades pulmonares, cardíacas y diabetes son más propensos a los embates del COVID-19.
“Estos pacientes deben extremar los cuidados y siempre deben ponerse la mascarilla. Preferiríamos que usen mascarillas médicas, pero si no tienen es ideal que bajo la máscara de tela pongan una toallita de papel que tape la boca y la nariz. Es esencial que sepan cómo utilizarlas, a veces veo que las llevan al cuello o con la nariz destapada y así no protegen a nadie”, dice Gómez-Medley.
Según el CDC, ocho de cada 10 fallecidos atribuibles al coronavirus son mayores de 65 años.
Esto no quiere decir que los jóvenes están exentos de responsabilidades.
“Noto que entre la juventud hay ese sentimiento de invencibilidad y la ilusoria creencia de que eso a ellos no les va a pasar y es por allí donde está entrando el virus en los hogares”, dice Dilone.
“Tenemos que cambiar de actitud por nosotros y por el prójimo. El coronavirus es como un fuego sin control y la obligación de apagarlo es de uno y de todos”, es el mensaje de Dilone.
Ella, además, invita a cooperar con los rastreadores de casos para extinguir los focos de contagio.
De campamento, pero en casa
No todas las oportunidades de disfrutar al aire libre están vedadas. Quedan los parques, senderos, lagos y playas. Con la mascarilla puesta, el desinfectante a la mano y manteniendo la distancia, estos son sitios ideales para llevar la bicicleta y hacer ejercicio en familia, porque como dice Gómez-Medley “entre más espacio, mejor”.
Ante muchas preguntas sobre deportes y los niños su recomendación es: “si son pasatiempos de contacto [fútbol americano o soccer] mejor no practicarlos y valorar si conviven con personas de alto riesgo”.
Piense, por ejemplo, en un picnic o en un camping, con carpa, sacos de dormir y hot dogs incluidos, en el patio de la casa, sin invitar a los primos ni a los amiguitos. Estos son entretenimientos libres de coronavirus.
¿Y las piscinas?, en este caso Gómez-Medley tiene sus reparos, quizá dentro del agua no hay contagio, pero hay que extremar la limpieza de los alrededores, las mesas, las camillas, los baños.
Si opta por entrar a la piscina báñese después con abundante agua y jabón.
El médico aconseja
Con el progresivo levantamiento de las restricciones, la gente empieza a viajar, a volver al gimnasio, a los restaurantes o al cine.
¿Qué hacer para protegerse?, “use una mascarilla, siempre lleve desinfectante de manos”, insiste Gómez-Medley. “Las aerolíneas están tomando sus medidas, si es una persona de riesgo debería pensar dos veces antes de volar”. Lo indicado es desplazarse en auto propio.
Si quiere ir al teatro o al cine, sepa que es usted quien va a tomar el riesgo, “pero si vive con sus abuelitos vaya a los cines al aire libre, con máscara. La vida sigue, todos estamos en riesgo pero la prudencia y la responsabilidad son obligaciones individuales”, concluye Gómez-Medley.
No pierda de vista que entre más aglomeraciones más riesgos hay. A cambio busque los autocines o monte un escenario para una noche de película con el televisor en el patio.
¿Cansado de comer en casa?, primero observe si el restaurante está tomando precauciones para proteger a los clientes, asegúrese de que la atención solo sea en espacios al aire libre y con suficiente distancia entre las mesas. No comparta cubiertos, frascos de condimentos ni menús de otras mesas. Lleve consigo desinfectante de manos y póngase la máscara cuando no está comiendo. Las órdenes para llevar son alternativas menos riesgosas.