No hay otra elección. Sus hijos tienen que seguir estudiando en casa y usted no solo tiene que llenarse de paciencia, sino también darle un sentido de normalidad a esta nueva realidad.
Pese al acecho del coronavirus, sepa que ni usted ni sus niños están solos. Hay personas, recomendaciones y actividades que le harán la vida más llevadera, mientras la casa es el aula y la mesa del comedor el pupitre de sus hijos.
Haciendo un poco de historia, durante la pandemia de 1918, las escuelas cerraron durante cuatro meses para reducir los contagios. En aquel tiempo, la policía, las enfermeras y los maestros entregaban las tareas escolares en casa. Hoy, en cambio, hay un gran aliado: Internet.
Empero, la enseñanza en casa no solo descansa en las facilidades de la tecnología. Estos días, los padres de familia son los educadores primarios y lo hacen en colaboración con los maestros, las escuelas y los expertos en bienestar, aquí todos tienen su papel.
Para facilitar el avance en estos tiempos difíciles, Kaiser Permanente, proveedora líder en servicios de salud, ofrece una serie de recomendaciones a favor del bienestar de los niños y sus familias, ahora que ha comenzado el nuevo período escolar.
Niños, es hora de dormir, comer y ejercitarse
Hay que conseguir que los niños entiendan que, aunque no van a la escuela, las rutinas y horarios deben ser como si de ir a clases todos los días se tratara. Eso facilitará establecer un horario fijo para ir a dormir y para levantarse, así se creará un orden que ayudará a diferenciar los días laborables de los fines de semana.
Elabore el calendario con la participación de sus hijos e incluya recesos lejos de la pantalla para estirar los músculos, jugar con la mascota o salir al patio con su pelota. En los entretiempos procure que su niño se lleve un bocadillo al estómago antes de volver al aula virtual.
“El ejercicio físico y la buena alimentación ayudan a los niños y adultos a sostener el nivel de atención y mejorar la concentración.
Tome en cuenta que si un estudiante no está saludable perderá el interés y bajará en su rendimiento”, dijo Carolina Carbajal, una consejera clínica de Mid-Atlantic Permanente Medical Group (MAPMG).
Tomar abundante agua, refrigerios ricos en proteínas, como yogurt, huevos cocidos y leche descremada son recomendables. Todo lo dicho no solo es bueno para sus hijos, también lo es para usted, porque de su salud y bienestar depende la de su familia.
Terminadas las clases, sería ideal salir en bicicleta o ir al parque, con mascarilla y a distancia, para alcanzar los 60 minutos de ejercicio diarios aconsejables para niños y adolescentes.
Si no hay paseo organice una sesión de música y baile, aeróbicos o salto de la cuerda. El juego ahora es más necesario que nunca, porque reduce el estrés y la ansiedad.
Es preciso organizar un calendario para las tres comidas importantes del día. Aquí una sugerencia: puesto que los niños en la escuela están acostumbrados al sonido de la campana que les indica la hora del descanso, del almuerzo o de irse a casa, configure en su teléfono varios tonos que marquen esos tiempos.
Involucre a sus hijos en la preparación de la cena y mientras lo hacen pregúnteles sobre cómo les fue en las clases, qué aprendieron o cuáles son los proyectos para mañana.
Está comprobado que el rendimiento académico de los niños mejora si los padres son partícipes.
¿Y qué con los adolescentes?
Haga que los adolescentes se involucren durante los recesos y en las tareas de la cocina. Ellos, a su edad, ansían estar más con sus amigos, déjeles saber que los entiende y ponga condiciones en caso de que insistan en encontrarse: número limitado de personas, mascarillas y distanciamiento. Antes de dar un sí, infórmese de lo que está o no permitido en su jurisdicción y adviértales sobre las consecuencias de no cumplir esas reglas.
También podría ocurrir lo opuesto, que su hijo adolescente no quiere salir ni del dormitorio, pero celebre cada mínima mejoría, como salir a caminar al perro o recoger el correo postal.
Si alguno de sus niños presenta durante varios días consecutivos cambios de humor, desinterés, dolores de cabeza o de estómago, falta de apetito, de sueño y aislamiento llame a su pediatra, porque podría ser que necesita ayuda de un profesional en salud mental.
Nunca le diga a un adolescente “tendrás toda la vida para ir de fiestas o para celebrar tu cumpleaños”.
A muchos les resulta complicado comprender que no solo su entorno, sino que el mundo está en un estado crónico de incertidumbre, con familias expuestas a la infección, otras sufriendo la pérdida de un ser querido, sin empleo, comida o vivienda y hasta en riesgo de deportación.
Un espacio para aprender
Ya para este tiempo debería estar designado el lugar donde su hijo estudiará. La recomendación de los especialistas en sicología infantil y adolescentes de Kaiser Permanente es que es preciso sostener un orden. No tiene que ser una habitación completa y a puerta cerrada, pero sí un espacio agradable donde quepan sus libros, sus cuadernos y su mochila.
Cuídese usted también
Trabajar desde casa, enseñar a sus hijos, cocinar, lidiar con el estrés del encierro o reducción de los ingresos no es nada fácil, pero a veces es bueno “darse la licencia de que habrá momentos que no podrán con todo y que harán lo mejor con lo que tienen y donde están. Su prioridad es el bienestar de los niños, pero sin olvidar su confort”, recomendó Carbajal.
Entre las familias de los niños, de los maestros y el personal escolar hay seres queridos de alto riesgo.
Cualquiera de las alternativas, sea enseñanza presencial completa, asistencia parcial o a distancia, hay que tomar en cuenta los efectos para todos.
Dado que muchas familias se están preguntando lo mismo sobre las tareas algo complicadas o sobre las dificultades con la tecnología, una fórmula para dinamizar el tiempo es pedirle al maestro crear un chat en grupo, para que dé una sola respuesta a todos.
Visite al abuelo… en Zoom
Estar aislado no quiere decir aislarse.
Mantenerse comunicados alivianará el peso de la ansiedad y el estrés. Ante la ausencia de los vínculos sociales que se reafirman con las visitas a los abuelitos, en el aula o en el salón de recreo es necesario conservar esos enlaces, a través del teléfono, fiestas online o un encuentro a distancia en el parque.
Así, al tiempo que se protege la salud de los abuelitos, los nietos los “visitan” a través de zoom para contarles sobre las clases o lo rico que estuvo el último pastel que hornearon.
“Haga lo posible para permanecer emocionalmente conectado con sus hijos y escuche sus temores y preocupaciones. Animarlos, con el ejemplo, a llevar máscara en la calle, lavarse las manos y mantener la distancia les ayudará a entender que son parte de la solución y no del problema”, es la sugerencia de Carbajal.