James Politi en Washington - Financial Times
Joe Biden dio a conocer su plan para invertir $2tn (millones de millones de dólares) de gasto público en infraestructura, financiado en parte por impuestos corporativos más altos, como primera etapa de un esfuerzo multibillonario para rediseñar la mayor economía del mundo.
El presidente de EEUU hizo su anuncio este miércoles en Pittsburgh, Pennsylvania, denominándolo el mayor programa de inversión pública desde la creación del sistema de carreteras interestatales y la carrera espacial de los años sesenta.
“Va a crear la economía más fuerte e innovadora del mundo. Este no es un plan para remendar los márgenes”, dijo Biden, añadiendo: “Esto no es para cobrarle a los que han tenido éxito, no es sobre retribución. Estamos enfocados en abrir oportunidades para todas las demás personas”.
Meras semanas después de aprobarse un plan de estímulo fiscal de $1.9tn para relanzar una economía devastada por la pandemia, la propuesta de inversión de Biden sienta las bases para varias semanas de negociaciones en el Capitolio, donde los Demócratas cuentan con escasas mayorías en ambas cámaras.
De aprobarse, representaría una apuesta de alto riesgo por parte de la Casa Blanca de que una inyección duradera de fondos públicos, financiada por mayores tasas corporativas, fortalecerán la economía a medida que se recupera de la crisis del coronavirus; esto en lugar de debilitarla como opinan los Republicanos.
Biden indicó que también ayudaría a la posición de Estados Unidos a nivel mundial: “Promovería nuestros intereses de seguridad nacional y nos posicionaría para ganar la competencia global con China durante los próximos años. Es grande, sí. Es osado, si, y podemos lograrlo”.
El plan reserva hasta $621 mil millones en fondos para mejoras tradicionales de infraestructura, incluyendo carreteras, puentes, redes de transporte público, vehículos eléctricos y centros vitales como puertos y aeropuertos.
Gastos e ingresos en el plan Biden de infraestructura (10 años)
Infraestructura de transporte y vehículos eléctricos: $621 mil millones
Mejoras a viviendas ecológicas, colegios, energía y aguas: $561 mil millones
Subsidios a manufactura, I+D: $480 mil millones
Atención a personas mayores y discapacitadas: $400 mil millones
Banda ancha y capacitación laboral: $200 mil millones
Ingresos
Incremento de impuestos corporativos: $695 mil millones
Incremento al impuesto mínimo global: $495 mil millones
Derogar laguna fiscal por renta intangible: $217 mil millones
Eliminar exenciones a combustibles fósiles y medidas anti-reversiones: $54 mil millones
Fuente: Casa Blanca / Cornerstone Macro
También intentará destinar el gasto a proyectos que ayuden a los EEUU a mitigar la crisis ambiental, algo que la administración Biden se ha comprometido a abordar frontalmente; un giro significativo respecto al escepticismo de Donald Trump.
Estas propuestas incluyen $100 mil millones en medidas para modernizar la red eléctrica, créditos fiscales para generación y almacenamiento de energía limpia, y por cerrar pozos huérfanos de hidrocarburos – así como $213 mil millones para mejorar la eficiencia energética de los hogares y $100 mil millones para hacer lo mismo en las escuelas públicas.
Entretanto, $180 mil millones de gasto se destinará hacia investigación y desarrollo en áreas como la inteligencia artificial y biotecnología, con la intención de mejorar la competitividad respecto a China. Otros $300 mil millones de gasto se aplicará a subsidiar manufacturas, incluyendo los fabricantes de microcircuitos.
Mientras que los partidarios del plan Biden han argumentado que dará respuesta a décadas de una subinversión en bienes públicos que ha dañado la economía, aquellos que lo critican temen que un incremento a la tasa corporativa reducirá la competitividad de la economía.
Biden quiere aumentar la tasa corporativa de 21 a 28 por ciento, y obtener ingresos adicionales a través de un impuesto global mínimo de 21 por ciento, calculado individualmente país por país “de forma que grave los ingresos en paraísos fiscales”, ha declarado la Casa Blanca. El presidente también quiere eliminar la exención empresarial sobre el 10 por ciento inicial de ganancias generadas en el extranjero, y derogar las preferencias impositivas para los productores de combustibles fósiles.
Ya antes de que Biden presentara su plan, la Business Roundtable, un grupo que incluye a las principales empresas de renombre en Washington, atacó los cambios impositivos del plan.
Neil Bradley, el jefe de políticas de la Cámara de Comercio de EEUU, dijo el miércoles que, aunque estaban a favor de un programa de infraestructura “amplio y audaz”, los gravámenes corporativos eran “peligrosamente errados” y “retrasarían la recuperación económica, disminuyendo la competitividad global de Estados Unidos – algo diametralmente opuesto a las metas del plan”.
Los sindicatos aplaudieron el anuncio. “Joe Biden entiende que debemos hacerlo en grande, y esta presentación nos acerca un paso más a lograr los cambios agresivos que necesitamos para reconstruir nuestro país”, escribió en un tweet la AFL-CIO, mayor federación de sindicatos en EEUU.
La propuesta de gastos de Biden se esparcirá durante ocho años, mientras que el incremento a tasas corporativas se hará en un período de quince años, mas allá de la ventana presupuestaria tradicional de diez años del gobierno estadounidense. Esto implica que el plan aumentará el déficit estadounidense durante ese período.
A pesar del alto costo del programa de infraestructura, se espera que la Casa Blanca termine el trabajo sobre su plan de inversión durante las próximas semanas, con un rubro adicional de asignaciones presupuestarias en áreas como “cuidado infantil, salud y educación” que podría sumar más de $1tn, llevando el total de todo a más de 3tn.
Se prevé que el segundo paquete se aparee con un aumento de impuestos a los ricos, incluyendo el impuesto sobre la renta, las ganancias de capital y las sucesiones.
A medida que se prepara para negociar con el congreso en ambos frentes, Biden está enfrentando presiones competitivas dentro de su partido. Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista Demócrata por Nueva York, ha indicado que el plan de infraestructura de $2tn no es “ni cerca de lo necesario” y ha abogado por una cifra mayor.
Pero a otros Demócratas les preocupa que el gasto y los aumentos de impuestos puedan ser excesivos, y algunos quisieran derogar los límites a deducciones por impuestos estatales y locales, lo cual equivaldría a un recorte impositivo.
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