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Luego de que Mark Pocan, miembro del Partido Demócrata de Wisconsin, acusara en Twitter que conductores de Amazon orinan en botellas de plástico, la empresa confirmó el hecho y ofreció disculpas por la situación.

La BBC señaló que la compañía dijo que en ocasiones sus empleados recurren a estas prácticas después de haberlo negado.
En un comunicado emitido en su sitio web, Amazon expresó que “le debemos una disculpa al representante (demócrata) Pocan”.

“El tuit (en el que Amazon negó la información) era incorrecto. No contemplaba nuestra gran población de conductores y, en cambio, se centraba erróneamente solo en nuestros centros de distribución”, siguió la empresa.
Asimismo, añadió que en sus centros logísticos hay áreas de aseo para sus empleados.

Pocan también responsabilizó a Amazon de oponerse a la lucha hecha por trabajadores para crear un sindicato en Alabama: “Pagar a los trabajadores US$15 por hora no te convierte en un lugar de trabajo progresista cuando dificultas la formación de sindicatos y haces que los trabajadores orinen en botellas de agua”, manifestó el demócrata la semana pasada en Twitter.

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Dura lucha

Amazon se ha beneficiado fuertemente de la pandemia a medida que los consumidores confinados a sus casas se han vuelto dependientes de sus entregas, incluyendo las de suministros médicos. Las ventas netas en el 2020 han visto un extraordinario aumento de 38%, y la empresa ha contratado a más de 500 mil empleados adicionales. Pero el impacto económico del coronavirus también ha impulsado un nuevo debate sobre la desigualdad social y salarial.

El empuje en Amazon llega en un momento en el cual el apoyo sindical de EEUU está en su mayor punto en casi dos décadas, según encuestas de Gallup, con un 65% de los estadounidenses declarando su apoyo a las organizaciones laborales.

Es una recuperación importante desde los bajos históricos posteriores a la crisis financiera del 2008, cuando muchos dentro del país responsabilizaron al menos parcialmente a los sindicatos por el colapso y subsecuente rescate financiero de la industria automotriz.

Particularmente entre empleados negros, el apoyo sindical es aún mayor, según los más recientes datos de Gallup, que indican un apoyo de 75%, a pesar de que sólo una décima parte dicen pertenecer de un sindicato.

En gran medida, esa discrepancia se debe a la ausencia de protecciones laborales, particularmente en el sur estadounidense, donde los militantes hablan del “Descuento estilo Alabama” y “las leyes Jim Crow de alta tecnología” – políticas que se adaptan en lo que sea necesario para atraer empresas que requieren mano de obra barata y sin complicaciones laborales.

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