Como dice el dicho, en el camino se van ajustando las cargas. Eso es lo que están haciendo los diferentes condados para ajustarse a una realidad en permanente cambio, ante el arribo masivo de vacunas contra el coronavirus.
Ese es el caso del condado Anne Arundel. Allí, al igual que en otras municipalidades, trabajan desde varios frentes: distribuyendo alimentos, promocionando los test del coronavirus, auxiliando a las familias que siguen contagiándose, registrando para que se vacunen y vacunando. Para registrarse en español llame al (443) 875-3684.
Desde que comenzó la pandemia, Laura Gutiérrez, responsable de la oficina de enlace comunitario de la Alcaldía de Annapolis y directora del programa Cuídate Annapolis, es la “mujer orquesta” en la capital del estado de Maryland. En esa ciudad se están armando clínicas comunitarias en los barrios y allí se están vacunando a más de 400 latinos semanalmente.
Se cuenta con la ayuda de las iglesias, de las organizaciones sin fines de lucro y de líderes en los barrios. A las clínicas comunitarias pronto se sumarán puestos de vacunación masivos.
Cuando comenzó la campaña de registro para la vacuna esa oficina envió voluntarios a los condominios donde vive la población más vulnerable.
Con la disponibilidad de suficientes vacunas, en Annapolis y en el resto del condado hay una necesidad imperiosa de voluntarios bilingües para registrar a los latinos.
En esta minoría hay que aumentar los esfuerzos de registro en las tres industrias donde más trabajan: construcción, embellecimiento de áreas verdes (landscaping) y en los campos agrícolas. “Para esta población necesitamos una vacuna de una sola dosis”, asegura Gutiérrez.
Los residentes que más se contagiaron
Para continuar con los esfuerzos de prevención del coronavirus en estas comunidades, el alcalde de Annapolis, Gavin Buckley, dio una ayuda el año pasado. Para extender, por seis meses más este trabajo y agregar la promoción y la inscripción para la vacuna entre latinos y afroamericanos, el ejecutivo del condado, Steuart Pittman, acaba de destinar $100 mil.
La dificultad es que muy pocas organizaciones comunitarias latinas lograrán acceder a esas subvenciones porque no reúnen los requisitos. Según las estimaciones de la Oficina del Censo en el 2019, solo en Annapolis vivían unos 8 mil 918 hispanos. Se calcula que más de 48 mil hispanohablantes residen en el condado. Para alcanzar a este grupo, el programa Cuídate Annapolis cuenta con una red de Embajadores de Salud.
Al mismo tiempo que avanzan estos esfuerzos, ya vio la luz el reporte sobre cómo afectó el coronavirus a las minorías de Annapolis. “Los resultados son devastadoramente aparentes, más del 70% de casos positivos fue entre los latinos y quienes buscaron tratamiento debido a esa sintomatología también fueron mayoritariamente latinos”.
Este trabajo encontró que el fuerte de los contagios se produjo en el área de la construcción y estos obreros llevaron el virus a sus hogares.
Lo evidente es que existe un problema de desinformación y falta de información. A eso hay que sumar barreras del idioma, tecnológicas y culturales; ausencia de personal médico hispano y falta de acceso a los recursos, entre otros factores. Son estas mismas razones las que ahora también han formado un cuello de botella y los latinos, como dice Gutiérrez, “a pesar de representar el 22% de la población solo el 5.3% de ellos se han registrado para recibir la vacuna contra el COVID-19”.
Una respuesta espontánea y efectiva
En medio de estas dificultades ha sido clave el trabajo voluntario de Ethel León-Wirth, una madre de familia que al mes de la irrupción de la pandemia le perdió el miedo al virus. Esta mexicana y un grupo de seis amigas crearon el grupo de Facebook en español Sé Fuerte Annapolis. La idea era intercambiar preocupaciones, información y alimentos en entre ellas.
Las necesidades eran tantas que se desbordó de pedidos de auxilio e información. “Nos sentíamos abandonados, atrapados e invisibles. Los protocolos no nos funcionaban, están hechos para familias americanas y no para hogares multifamiliares como los nuestros. No aplicamos para los cheques de asistencia ni para las ayudas de la renta y la luz. Estábamos lamiéndonos las heridas entre nosotros”.
Un día le llamó un joven que le dijo que había perdido el olfato, estaba muy enfermo y que en el hospital le dijeron que era gripe. A punta de teléfono lo mantuvo despierto toda la noche, a la mañana siguiente buscó un centro para que le hicieran las pruebas. Toda la familia y tres más que orbitaban alrededor de este paciente estaban contagiados. Desde entonces León-Wirth no ha parado.
En diciembre, se arriesgó a pedir 50 cenas de Navidad, pero le dieron más de 400. “Fue mi mejor logro”. Ahora a través de Facebook, por teléfono, en la calle, en el mercado y en los restaurantes promociona la inscripción para la vacuna y los beneficios de la inmunización, en el lenguaje más sencillo y rico en coloquialismos. “Es nuestro brazo derecho para alcanzar a más latinos”, dice Gutiérrez.
Otro soporte viene de los consulados de El Salvador, Colombia, Guatemala, México y Honduras, que están llamando a los mayores de 65 años, registrados en sus bases de datos, para informarles que ya hay vacunas y darles la lista de lugares donde pueden registrarse.
León-Wirth y su grupo de Sé Fuerte Annapolis no paran en su tarea de repartir alimentos. “Pittman se portó muy bien, destinó un millón de dólares para que no falte un bocado a las familias de bajos recursos. Nuestro trabajo es que los latinos no se queden al margen, por desconocimiento, temor o falta del idioma”.
Sé Fuerte Annapolis tiene más de 5 mil visitas con una variedad de preguntas sobre el virus, las vacunas y las ayudas en el condado. “Me he dado cuenta”, dice León-Wirth, “que si hay alguien de la familia al que se logra convencer para que se vacune lo más seguro es que el resto lo hará”. Para todo este trabajo cuentan solo con la ayuda de una moderadora.
Entre repartir comida, visitar mercados y paradas de buses pidiéndoles a los latinos registrarse y vacunarse, esta mujer debe cuidar de sus dos hijos pequeños y buscar citas disponibles para que los latinos vayan recibir sus dosis contra el COVID-19.