Fuente: JBS Website.
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Por Bryan Harris en São Paulo, James Politi en Washington y Jamie Smyth en Sydney

Una organización criminal basada probablemente en Rusia dio origen a un ataque de ransomware que ha quebrantado el proceso de producción en los mataderos de JBS, indicó la Casa Blanca luego de que el mayor procesador mundial de carne le informara que la reducción de operaciones podría restringir el suministro de productos e impulsar los precios al alza.

Durante los últimos dos días, JBS, con base en São Paulo, ha sufrido ataques contra sus sistemas en América del Norte y Australia, paralizando operaciones para miles de sus empleados.

La empresa ha dado asueto a cerca de siete mil empleados en mataderos australianos que dependen primordialmente de empleados transitorios, mientras que turnos de al menos tres mil empleados han sido cancelados en partes de Canadá y los EEUU.

El incidente, detectado por primera vez el domingo, es el ataque cibernético más reciente sobre empresas de alto impacto económico, incluyendo el ransomware del mes pasado que paralizó los flujos en el oleoducto de Colonial, una arteria petrolífera vital para la populosa costa este de los EEUU.

En tanto que los conductores se preocupaban por la falta de combustible durante la paralización de Colonial, el mundo agrario levantó alarmas sobre JBS.  “Debido a que JBS controla aproximadamente el 20 por ciento del procesamiento de carne en los EEUU, ataques como este pueden tener implicancias masivas para nuestro suministro nacional de comida”, indicó el Sindicato Nacional de Agricultores de EEUU en Twitter.

La Casa Blanca estaba “interactuando directamente con el gobierno ruso sobre este tema y comunicando el mensaje de que los países que actúan responsablemente no alojan criminales de ransomware”, declaró el martes la vocera Karine Jean-Pierre.

Jean-Pierre añadió que el FBI estaba investigando el ataque y que el presidente de EEUU Joe Biden había pedido a su administración que buscara maneras de minimizar los problemas de suministros.

JBS comunicó que tomó acciones inmediatas, incluyendo suspender los sistemas afectados e informar a las autoridades, al determinar que había sido el blanco de un ataque cibernético organizado.  El ataque afectó algunos servidores que apoyan sus sistemas de tecnología informática en Australia y Norteamérica, informó el grupo.

“La empresa no está al tanto de ninguna evidencia en este momento respecto a que la situación haya afectado o permitido el uso indebido de datos de clientes, proveedores o empleados.  Resolver el incidente tomará tiempo, y esto podría retrasar ciertas transacciones con clientes y proveedores”, dijo JBS.

En los EEUU, según un anuncio publicado en Facebook, la planta de carne de res de la empresa en Cactus, Texas cerró el martes.  Los turnos de trabajo en la planta de Greeley, Colorado – el mayor matadero de la empresa en EEUU – también fueron cancelados, según informó un representante sindical.

Los cierres llevaron a que el departamento de agricultura estadounidense retrasara la publicación de su informe sobre ganado y el precio de la carne por lo que denominó “falta de información de empacadores”.

JBS canceló turnos en una planta de res en Brooks, Alberta, y no ha indicado cuando volverán a procesar ganado, puercos u ovejas en sus 47 instalaciones en Australia, según gente familiarizada con la situación.

Matt Journeaux, funcionario del Sindicato de Empleados de la Industria de Carne Australiana, indicó que empleados de JBS llegaron a trabajar el lunes en la mañana y se les informó que estaban dados de baja debido al ataque.

“Esto impactará la producción de comida.  Depende únicamente de cuanto dure el cierre.  JBS exporta cerca de 60 por ciento de lo que procesa, así que algunos clientes foráneos podrían no recibir su cargamento completo”, dijo.

Los futuros de ganado bajaron debido a expectativas de que los rebaños se verían atascados afuera de los mataderos, con el contrato de Chicago cayendo casi 4 por ciento durante la jornada del martes.

La industria de procesamiento de carne depende de sistemas de TI y de programas de computación para rastrear y clasificar animales, así como para mantener datos y cumplir con el marco regulatorio.

Dalmo Veras, presidente ejecutivo de 313X, un grupo brasileño de seguridad cibernética opinó: “Este tipo de ataques son más normales de lo que pensamos y los peores son aquellos de los cuales ni nos enteramos”.

Reportaje adicional de Emiko Terazono en Londres

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