En febrero del año 2020, con Donald Trump aún en la presidencia estadounidense, se barajó la posibilidad de enviar a personas contagiadas con COVID-19 a Guantánamo por medio de una sugerencia del mandatario. La información fue revelada en el adelanto del libro “Escenario de pesadilla: Dentro de la respuesta de la administración Trump a la pandemia que cambió la historia”, escrito por Yasmeen Abutaleb y Damian Paletta, periodistas de The Washington Post.
Apenas eran los primeros días del arribo de la pandemia a territorio norteamericano, hoy el país con más casos y muertes por complicaciones relacionadas al brote en el mundo. Fue en una reunión con funcionarios del gobierno cuando se discutía dónde brindar atención a los primeros casos.
En medio del encuentro, reseña el libro, Trump preguntó: “¿No tenemos una isla que nos pertenezca?” y “¿Qué pasa con Guantánamo?”.
El republicano siguió: “Importamos bienes. No vamos a importar un virus”.
El libro, que se publicará el próximo 29 de junio, recopila entrevistas a más de 180 personas, grupo en el que figuran varios miembros del personal de la Casa Blanca.
Respuesta de los presentes
De acuerdo con el adelanto del libro, los funcionarios que acompañaron a Trump en dicho encuentro quedaron atónitos por lo expresado por el mandatario, idea que no se concretó ante el enorme desacuerdo de los presentes.
Entre otros temas relacionados a la pandemia del COVID-19 en Estados Unidos durante la era Trump, se conoció que el republicano se quejó en marzo a Alex Azar, para aquel momento secretario de Salud y Servicios Humanos, por las pruebas para detectar casos de coronavirus.
“¡Voy a perder las elecciones debido a las pruebas! ¿Qué idiota hizo que el gobierno federal hiciera pruebas?”, gritó. “Uh, ¿te refieres a Jared?”, respondió Azar mientras hacía mención a Jared Kushner, jefe de la estrategia vinculada a la administración de pruebas.
“Fue una gran incompetencia permitir que los CDC desarrollaran una prueba”, presuntamente reclamó Trump a Azar.