Por Milagros Meléndez - Especial para El Tiempo Latino
Un día después que Estados Unidos autorizara el uso de emergencia para la vacuna contra el COVID-19 en adolescentes de 12 a 15 años, la peruana Evelyn Brooks, de Woodbridge, Virginia buscó una cita para su niño Tyler Brooks, de 12 años. “Yo había hablado con mi esposo y mi hijo y juntos tomamos la decisión”, expresó Brooks. Tyler recibió su primera dosis al inicio de mayo y la segunda el 7 de junio. Su primo que llegó de visita de Perú, también se inoculó.
Igual situación se vivió en casa de la salvadoreña Karla Orellana. Su esposo y ella ya estaban inmunizados, pero sus tres niñas todavía no. Por lo que al anunciar que vacunarían a los adolescentes, Orellana inscribió a su hija mayor Katherine Cruz, de 15 años. “Me siento más segura y he visto que mis amigos también se sienten protegidos. Ya no nos hemos enterado de muchos niños con COVID”, dijo a El Tiempo Latino, la adolescente que recibió su segunda dosis la semana del 14 de junio.
Por su parte, la peruana Rosa Carrascal Barboza, cuyo hijo tiene 13 años, dijo que prefiere esperar hasta consultar con el pediatra. “Mi hijo es alérgico y quiero estar segura”, expresó Carrascal Barboza, residente en Falls Church, Virginia.
También Irene (quien pidió usar un seudónimo) prefirió consultar con su pediatra y según dijo, el médico le recomendó esperar debido a algunos casos de inflamación al corazón (miocarditis) que se han presentado en adolescentes y jóvenes adultos, que se inocularon.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) revisan si existe una relación entre los casos de miocarditis y la vacunación.
Mientras tanto, cardiólogos pediatras llaman a la calma y explican por qué los adolescentes deben recibir la vacuna contra el COVID-19.
Al enterarse de los casos de miocarditis, Brooks tuvo cierto temor. Su hijo Tyler había recibido la primera dosis de la vacuna Pfizer, dos semanas antes. “Uno se alarma con las noticias, pero lo que hice fue averiguar y estar pendiente de los síntomas. Él no presentó mayores malestares. Por el contrario, estaba feliz de sentirse protegido”, dijo. La venezolana Cristina Rambal también dijo que sentía recelo tras la noticia; pero al observar que “eran pocos casos y los jóvenes afectados se habían recuperado preferimos que nuestros hijos se vacunaran”.
Rambal escuchó a pediatras y expertos que explicaron la miocarditis y dijeron por qué ellos aun recomendaban la vacuna contra el COVID-19.
El doctor Kevin Hall de la Facultad de Medicina de Yale y el Dr. Stuart Berger de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, quien también es presidente de la sección de la Academia Estadounidense de Pediatría sobre cardiología y cirugía cardíaca, dijeron a CNN que eran más los beneficios de la vacuna en los adolescentes.
La Asociación Estadounidense del Corazón y la Academia Estadounidense de Pediatría, también recomendaron la vacuna contra el COVID-19 para los jóvenes.

COVID-19 afectaría más que la miocarditis
El doctor Hall, cardiólogo de niños de la Universidad de Yale dijo que, en la gran mayoría de estos casos posteriores a la vacunación, los pacientes se recuperaron por completo.
Al observar a 270 pacientes que fueron admitidos y dados de alta del hospital al 31 de mayo, los CDC encontraron que el 81% tuvo una recuperación completa de los síntomas. El otro 19% tenía síntomas continuos o se desconocía su estado de recuperación.
Hall señaló que muchos de los pacientes en su hospital, que presentaron síntomas de miocarditis después de la vacunación, no se sentían muy enfermos, pero fueron admitidos para que los médicos pudieran hacer más pruebas y por precaución.
“Algunos estaban molestos por pasar la noche en el hospital”, dijo el médico a la cadena CNN.
De otro lado, si bien la mayoría de los jóvenes que se contagian de COVID-19 están en buen estado de salud, algunos desarrollan complicaciones e incluso mueren a causa de la infección.
Hasta el 9 de junio, 2 mil 637 personas menores de 30 años habían tenido muertes relacionadas con COVID-19, según el CDC.
En cuanto a hospitalizaciones, los datos preliminares de los CDC hasta el 5 de junio mostraron que 3 mil 110 personas menores de 18 años habían sido internados por complicaciones del COVID.
Los doctores Berger y Hall se han ocupado cada uno de docenas de pacientes de COVID.
“Algunos de ellos pasaron semanas en la unidad de cuidados intensivos. Tenían una función cardíaca deficiente. Tenían infecciones agudas que eran completamente prevenibles con la vacuna”, dijo Berger.
Enfermedades a largo plazo por el COVID-19
Los médicos sostienen que las complicaciones del COVID-19 pueden verse aún semanas y meses después de superar la enfermedad. “Seguimos preocupados por estos niños que podrían enfrentar enfermedades a largo plazo”, dijo Hall. “Hemos visto algunos con cambios persistentes en sus pruebas cardíacas. El COVID-19 es una enfermedad grave”, sostuvo.
En Washington, DC el doctor Fabián Sandoval, de la Clínica y Centro de Investigación Emerson que condujo estudios clínicos del tratamiento del COVID-19, dijo que los adolescentes responden a la vacuna con mayor reacción que los adultos por tener un sistema inmunológico fuerte y señaló que el COVID-19, representa una amenaza que podría ser letal.
“El COVID provoca una inflamación corporal dañina, incluido el corazón”, dijo. “En los jóvenes se está viendo la miocarditis porque ellos tienen una reacción inmunológica más fuerte. Pero estos son eventos que se pueden controlar”, explicó. “La esperanza de la vacuna se ve en los resultados positivos”, añadió.
¿Qué es? Síntomas y tratamiento
La miocarditis es una afección poco frecuente por la que el músculo del corazón se vuelve grueso, se inflama y a veces también se debilita.
Es causada usualmente por una infección viral o un resultado colateral de un medicamento.
El doctor Hall es coautor de un estudio publicado a principios de junio donde se analiza casos de miocarditis entre adolescentes después de la vacunación.
Todos tenían dolor en el pecho y algunos de ellos también tenían fiebre o se sentían débiles o cansados.
Sus síntomas comenzaron entre dos y cuatro días después de la segunda dosis de la vacuna. Pasaron de dos a seis días en el hospital.
Los síntomas se resolvieron rápidamente con medicamentos como antiinflamatorios no esteroides y esteroides.
El diagnóstico temprano es clave para prevenir el daño cardíaco a largo plazo, dice la Clínica Mayo.
Los CDC han recibido 226 informes de miocarditis en personas menores de 30 años que han recibido la vacuna Pfizer o Moderna contra el COVID-19.
Y dicen que se han reportado casi 800 casos no confirmados de problemas cardíacos, la mayoría de ellos hombres entre 16 a 24 años, particularmente después de su segunda dosis de la vacuna.
Los 800 casos representan menos del 0.4% de los 174 millones de personas que han recibido una dosis de la vacuna.
Aproximadamente el 80% de los casos se habían recuperado por completo y fueron enviados a casa después de una visita al hospital. No se reportaron fallecimientos.
Mayor tranquilidad, tras la vacuna
Todos los miembros de la familia de Cristina y Antenor Rambal están vacunados. Entre marzo y abril se inocularon la pareja y su hija mayor de 24 años. “Faltaban los dos menores de 13 y 15 años”, expresó la salvadoreña.
El menor tenía sus dudas, pero el mayor estaba decidido, dijo la mamá. Ambos ya cuentan con las dos dosis de Pfizer. “Después que se la pusieron yo estaba atenta a los síntomas que pudieran desarrollar, pero estuvieron bien y ahora se sienten felices y seguros”, dijo.
Para Esteban de 15 años y Andrés, de 13, el inocularse les permitió regresar a la escuela. Desde que inició la pandemia habían estado en casa, estudiando bajo el sistema de escuela en casa “home-schooling”, un formato donde los padres se convierten en los maestros.
Para Katherine Cruz, de 15 años, la vacunación le dio tranquilidad y le permitió poder interactuar con sus amigas, a pesar que en las escuelas el uso de la mascarilla continúa siendo obligatorio.
Su madre, Karla Orellana dijo que antes de la vacuna, cuando la niña regresó a las clases presenciales en Springfield, Virginia, “yo recibía al menos tres correos electrónicos a la semana diciendo que había un niño contagiado. Entonces teníamos que ver si nuestra hija estuvo en contacto. Se cerraba esa clase y todos los que estaban en esa aula tenían que guardar cuarentena. Ahora ya no recibo esos correos”, dijo.
Para Tyler Brooks, de 12, estar inmunizado significa que puede participar en los campamentos de verano y poder viajar de vacaciones con sus padres.
En la familia Brooks todavía hay una menor que no está vacunada. “Estamos esperando que se permita el uso de las vacunas para menores de 12 años y asi ella se va a poner también”, dijo la madre.
Montgomery, número 1 en vacunación de adolescentes
Hasta el 4 de junio más de 28 mil niños habían recibido su primera dosis desde que se aprobó la vacuna Pfizer COVID-19 en mayo para jóvenes de 12 a 15 años, dijeron las autoridades de Montgomery, colocando a ese condado de Maryland en el primer lugar de vacunación entre los adolescentes, con el 70% de inoculaciones.
“El trabajo en conjunto del condado con las Escuelas Públicas y organizaciones comunitarias está teniendo sus resultados”, dijo el vicepresidente del Concejo de Montgomery, Gabriel Albornoz, durante una conferencia de prensa.
El doctor James Bridgers, suboficial de salud del Departamento de Salud y Servicios Humanos del condado de Montgomery dijo a los padres que la “vacuna es segura” y que deberían preocuparse más porque sus niños no contraigan COVID-19 que por la miocarditis, que impacta a un número muy pequeño de personas.
En Estados Unidos, 17 millones de niños entre 12 y 15 años califican para recibir la vacuna.
Hasta ahora solo se ha autorizado el medicamento de Pfizer.
Moderna está por solicitar un permiso de emergencia.
Ambas compañías realizan estudios para vacunar a los niños desde los 2 a 11 años.