Por Olga Imbaquingo - Especial para El Tiempo Latino
Las proyecciones de la Oficina del Censo de 2018 señalan que unos 60 millones de hispanos viven en Estados Unidos. De esos, ¿cuántos tienen vivienda propia?, nueve millones. Una cifra que demuestra que el sueño americano de tener casa está lejos de alcanzar el cenit para nuestra comunidad.
Joseph Leitmann-Santa Cruz, presidente y director ejecutivo de Capital Area Asset Builders (CAAB), pone en el tablero las últimas cifras: pese a la recesión y a la crisis provocada por la pandemia, unas 750 mil viviendas fueron adquiridas por latinos en 2020. Este es el sexto año consecutivo que aumenta el número de hispanos que compran un bien inmobiliario, pero todavía las cifras son muy bajas si se compara con el 75% de las familias de raza blanca que tienen techo propio sobre sus cabezas.
“Queremos que el índice de propiedad de vivienda de la comunidad latina sea más alto, pero lo bueno es que nos estamos moviendo en la dirección correcta”, dice Leitmann-Santa Cruz, quien asegura que “comprar casa es una de las decisiones más importantes de nuestras vidas, para eso nos tenemos que preparar, investigar y tener un plan financiero”.

Según el informe sobre riqueza “2020 State of Hispanic Wealth Report”, los latinos construyen su patrimonio económico con la compra de bienes inmobiliarios. Es evidente que existe una brecha de 16 puntos porcentuales entre los dueños de casa latinos y los propietarios blancos, pero la ventaja a favor es que más de la mitad de los latinos encuestados se mostraron doblemente interesados en destinar más dinero para invertir en la compra de vivienda.
Antes de lanzarse a la aventura de ser dueño de casa, Leitmann-Santa Cruz pide seguir al pie de la letra cinco pasos necesarios:
1- Definir las prioridades:
Tener una conversación franca con la familia para definir cuáles son las prioridades y las metas que se quieren alcanzar. “Sabemos que el dinero no siempre es suficiente, por lo tanto, hay que decidir cuáles son mejores opciones para maximizar los recursos disponibles. Tener claro cuáles son los ingresos antes y después del pago de impuestos, cuáles son los gastos y cuál es la capacidad de ahorro”.
Las familias de moderados y bajos ingresos tienen que optar entre enviar a los hijos a la universidad, comprar una casa o tener ahorros para otras necesidades. Cada hogar vive una situación única, la idea no es que todo el mundo debería comprar una casa, pero hay que poner en claro los objetivos y después crear un plan para alcanzarlos.
La historia de este país demuestra que quienes optan por comprar una vivienda, lo hacen porque han alcanzado una estabilidad económica y esa es la mejor forma de crear riqueza.
2- Visibilizar los factores que se pueden controlar:
Si la decisión es comprar una casa, lo recomendable es hacer el esfuerzo de visibilizar cuál será la situación económica en los siguientes dos o tres años. Hay que evitar caer en el error de solo contar con lo que se tiene al momento, porque si se presenta una emergencia se pierde el objetivo. Ciertamente, hay factores que no se pueden controlar, otros que ni siquiera han sido pensados. “Lo que recomiendo es controlar lo que está en nuestras capacidades”, dice Leitmann-Santa Cruz.
3- Crear el hábito del ahorro:
Sin importar cuáles sean las metas financieras que se han decidido alcanzar hay que empezar a ahorrar de inmediato. Si el objetivo es comprar una casa, hay que desarrollar el hábito de ahorro. “Si lo máximo que puede ahorrar es cinco dólares semanalmente, hágalo. Cuando la situación mejore puede aumentar la cantidad. Aquí lo que importa es crear el hábito. Lo ideal es tener asegurado al menos el 10% del valor de la vivienda y mejor si es el 20%, porque así minimizará gastos y tendrá un control de los mismos”.
En otras palabras: no solo hay que tener los ahorros para comprar la casa, sino también para el mantenimiento. Por ejemplo, en la región metropolitana suelen haber fuertes tormentas y los árboles se caen y si eso causa rupturas del techo o las ventanas, hay que tener un presupuesto de emergencia.
4- Asegurar un presupuesto mensual:
Aunque se presente una buena oportunidad de vivienda, hipoteca e intereses bajos, hay que estar seguro del presupuesto con el que contamos cada mes, tomar en cuenta el seguro de la hipoteca y los gastos de la familia. Es decir, hay que tomar en consideración cuántos son los ingresos, los egresos y el costo total con hipoteca, mantenimiento y seguro de la casa.
5- Busque asesoría sin costo:
Este recorrido no hay que hacerlo solo, hay que buscar fuentes de confianza en el área para que le den asesoría en español. Esas organizaciones sin fines de lucro existen, entre ellas está el Latino Economic Development Center (LEDC), CAAB o Prosperity Now. Esas organizaciones le ayudarán a determinar sus metas financieras y toda la información sobre ayudas y financiamiento para los compradores por primera vez. Por ejemplo, en DC hay una subvención de hasta $85 mil dólares para una familia que va a comprar su casa, en función de los ingresos de cada hogar. Este se llama Home Purchase Assistance Program (HPAP).

Empiece ahora
En conclusión, para comprar una casa hay que prepararse con antelación. No es cuestión de levantarse y decir “hoy voy a comprar una casa”, sino que antes debe crear una relación de confianza con una entidad que pueda asesorarle sobre el financiamiento, las ayudas, las hipotecas y cómo crear un plan de ahorro. Para más información ingrese a las siguientes páginas: www.ledcmetro.org, www.caab.org o www.prosperitynow.org.
Tome en cuenta que, si tiene un buen crédito y si ha ahorrado por algunos años, estará más listo para emprender su objetivo de comprar una casa, pero, como dice Leitmann-Santa Cruz, “tienen que traducir eso en un plan específico”.
La búsqueda de una casa también puede causar un desgaste físico y emocional, lo recomendable es definir el área donde quiere llamarle hogar, tomar en cuenta el cambio que eso va a implicar para los hijos, el tiempo que diariamente se va a destinar para ir y volver del trabajo, los centros escolares, de salud, los supermercados y las iglesias.
“No se trata de reinventar la rueda, solo se trata de tomar decisiones y tener objetivos inteligentes, alcanzables y realizables. Aquí les recuerdo un componente clave: tener un excelente crédito es muy importante para calificar para una hipoteca”.