Las ceremonias del Día de los Muertos en la localidad lacustre de Pátzcuaro, en Michoacán estuvieron repletas de turistas y visitantes que acudieron al lugar para presenciar un desfile, el teatro y actuaciones musicales.
En algunos pueblos más pequeños de la orilla del lago, como Arocutín, los residentes intentaron preservar el sabor auténtico y no turístico de las tradiciones transmitidas durante cientos de años.
¿Por qué es importante? Los residentes de Arocutín empezaron a colgar guirnaldas tradicionales de flores de caléndula el domingo por la mañana temprano para adornar la entrada del pequeño cementerio local.
- Los habitantes del pueblo de Arocutín se preocuparon más por los arreglos florales y las velas destinadas a guiar a los espíritus de los muertos a casa.
- Arocutín es el único pueblo de la región en el que el cementerio se encuentra en el patio de la iglesia y en el que todas las tumbas están excavadas directamente en la tierra, rodeadas por un simple anillo de piedras, en lugar de las bóvedas de cemento y ladrillo más elaboradas que se utilizan en otros lugares.
- Para esta localidad la celebración de estas ceremonia representa una parte vital de su economía, que se vio afectada el año pasado debido a la pandemia y que este 2021 esperan comenzar a recuperar.
El contexto: Los preparativos para el Día de los Muertos en México comienzan el 31 de octubre cuando se adornan las tumbas con arcos de caléndula y velas. Esa es la noche en la que los mexicanos celebran a sus hijos fallecidos, mientras que la noche del 1 al 2 se dedica a los muertos adultos.
Según la tradición, la única fuerza que permite a los habitantes levantar los troncos de los árboles que forman el arco para recibir a las almas, son los espíritus de los niños que responden al sonido de las campanas y acuden a ayudar.
- Arocutín es una de las pocas comunidades donde una campana de la iglesia suena para llamar a las almas y guiarlas de vuelta a la tierra de los vivos, para evitar que se pierdan.
- La isla de Janitzio, en el lago de Pátzcuaro, es el lugar más conocido por las coloridas celebraciones del Día de los Muertos, permanece cerrada a los visitantes para evitar aglomeraciones.
- Arocutín es una de las pocas comunidades en las que la gente se queda despierta toda la noche, ofrecen comida y regalos a los difuntos.
- Cada año, la ciudad erige un gran arco decorado a la entrada del cementerio. Para muchos, ésta es la puerta por la que entran los muertos.
¿Qué dicen? "Se trata de preservar la tradición en la medida de lo posible", dice Alma Ascencio, representante de los artesanos locales. "El turismo lo ha desvirtuado todo. Se trata de una celebración, claro, pero religiosa, por lo que no hay música ni mucho alcohol. Es muy privada, una cosa completamente diferente".
- "Vengan a visitarnos, Pátzcuaro los recibe con los brazos abiertos", dijo Julio Arreola, alcalde de la ciudad en el occidental estado de Michoacán, famosa por sus plazas y arquitectura de la época colonial.
- "Los habitantes son muy acogedores y me dijeron que podía depositar las cenizas de mi madre aquí, junto al soldado desconocido. Probablemente me enterrarán aquí cuando muera", contó Georgia Conti, una estadounidense residente en la ciudad.
- "Aquí no celebramos Halloween. No somos americanos, celebramos a nuestros muertos. Nuestra cultura es lo suficientemente rica aquí en Michoacán y en México", dijo Ascencio mientras preparaba guirnaldas de caléndula.
- "Pero para todos nosotros, nuestro arco es mucho más bonito que el de Arocutín", comenta Cecilio Sánchez, trabajador de la construcción y residente en el pueblo vecino de San Francisco Uricho.
Fuente principal de la noticia: The Washington Post