Gobernadores de tendencia más conciliadora con el presidente AMLO han tomado posesión en estados como Chihuahua y Nuevo León (norte de México) y no temen negociar por sí solos o en otra coalición.
El contexto: Los recambios en puestos fuertes para la oposición han virado de estrategia, reduciendo la intensidad de la confrontación contra AMLO y prefiriendo la negociación individual al frente común de gobernadores diseñado por la Alianza Federalista (AF).
- Pasadas las elecciones de junio y con los nuevos mandatarios territoriales ya en el cargo, el escenario ha cambiado. El partido oficialista Morena, fundado por AMLO, se ha hecho con algunas plazas como Michoacán o Colima.
- En cambio por la oposición, la nueva gobernadora de Chihuahua por el partido Acción Nacional (PAN), Maru Campos, resolvió no entrar en conflictos con el gobierno nacional (después de meses de protestas del gobernador anterior por la gestión del agua en el norte) y ganando con ello acuerdos especialesespeciales.
- El nuevo gobernador del estado de Nuevo León, Samuel García, del partido Movimiento Ciudadano, aseguró que no se puede pelear con el presidente y ha buscado financiación para sus proyectos de infraestructura.
¿Por qué es importante?: Una las prioridades de la AF había sido la renegociación del pacto fiscal, una demanda histórica entre los gobernadores de los Estados norteños, con una mayor presencia en la plataforma.
La zona más industrializada del país -gobernado mayormente por opositores AMLO- considera injusta la distribución de los ingresos fiscales que hace el Estado federal, basada en el principio de solidaridad y reparto entre los estados ricos y pobres.
El ocaso de la AF también supone el debilitamiento de sus principales valedores, sobre todo del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, una vez que Corral ha caído no solo del cargo en Chihuahua sino que parece también desahuciado por su propio partido, el PAN.
Lo último: Desde la plataforma AF hablan de una “pausa de reconfiguración”. Desde antes de las elecciones de junio, no han convocado ninguna reunión y afirman que están esperando “a que se asienten los nuevos gobernadores para definir la agenda y ver qué tienen en común y qué no”.
Fuente principal de la noticia: El País.