Donald Trump cambió las relaciones raciales de Estados Unidos en formas que podría tomar décadas comprender. Pero ninguna ha tenido un mayor impacto potencial a largo plazo que la revuelta que el expresidente ayudó a provocar en la educación sobre razas en las escuelas del país.
La pandemia del Covid-19 también hizo su parte: los cierres de colegios significaron que los padres, quienes anteriormente no tenían idea de lo que sus hijos aprendían en el aula, tuvieron de repente una butaca en primera fila en cuanto a la instrucción de los niños, quienes se vieron forzados a asistir a clases en línea desde sus casas.
El resentimiento por la enseñanza sobre el racismo en Virginia ayudó a que el Republicano Glenn Youngkin ganara la gobernación del estado a principios de este mes, y candidatos a las juntas de educación de 91 distritos en 21 estados tomaron posiciones respecto a la enseñanza racial, según datos de un verificador de conflictos raciales en elecciones de juntas de educación publicado por Ballotpedia.
Ahora la batalla está entrando en las cortes de EEUU. Los expertos legales dicen que se están presentando más demandas alegando que mucho de lo que se enseña actualmente sobre privilegio blanco y racismo estructural en la sociedad de EEUU es inconstitucional. Y un mayor número de estados están suscribiendo leyes para prohibir dicha enseñanza – lo cual provoca aún más acciones legales alegando que las prohibiciones son inconstitucionales.
Max Eden, investigador del American Enterprise Institute, dice que 26 estados han introducido leyes de ese estilo en la primera mitad de este año y que 12 aprobaron leyes o regulaciones que buscan prohibir lo que es condenado en términos generales como “teoría crítica de razas”, un pseudónimo para los esfuerzos de la izquierda por enseñar a los alumnos sobre el privilegio racial.
Un caso con el potencial para darle un nuevo giro al tema, emana del distrito donde vivo en Evanston, IL, cerca de Chicago. En la demanda, una profesora blanca alega que el distrito escolar le obliga a someterse a programas de capacitación para temas raciales que son racialmente segregados tanto para alumnos como profesores, lo cual dice es ilegal y discriminatorio. Un vocero del distrito escolar dijo que el distrito ha solicitado a la Corte que desestime el procedimiento, pero no emitió comentarios adicionales.
La disputa surgió luego de que la oficina de derechos civiles (OCR por sus siglas en inglés) del Departamento de Educación de EEUU bajo la administración de Donald Trump, emitiera una carta-borrador de determinación en contra del distrito escolar, donde condenaban varias de las prácticas seguidas por Evanston – mencionando específicamente una “caminata de privilegio de colores” en la cual a los alumnos se les solicita que den un paso al frente o en reversa respecto a razas. Poco después de que la administración de Joe Biden se instalara, la OCR indicó que las negociaciones con el distrito escolar se habían suspendido.
Kimberly Hermann, directora jurídica de la conservadora Southeastern Legal Foundation, la cual está representando a la maestra de Evanston, dice que el distrito educativo local está “enseñando a los chicos el odio, está enseñándoles ver solo el color de su pie, lo cual no es sólo desagradable e incorrecto, sino que además es violatorio de la ley”.
Pero un profesor afroamericano en el distrito, quien solicitó anonimato, dice que no hay maneras cómodas de educar sobre las duras lecciones raciales en EEUU. “No importa lo que hagas, siempre hay alguien incómodo que te echa la culpa. Gastamos mucha energía intentando ver si logramos enseñar correctamente”.
Ahora hay un revuelo en contra de la enseñanza en varios estados, incluyendo Oklahoma, el cual aprobó una ley en mayo limitando el discurso racial del profesorado. La asociación estadounidense de derechos humanos (ACLU) es uno de los grupos que introdujo una demanda para revertir la ley, la cual dicen ser tan vaga y tan ampliamente redactada que es imposible para los maestros saber que pueden decir sobre la historia racial del país sin arriesgar sus licencias.
Emerson Sykes, un abogado del equipo de la ACLU, indica que es particularmente indebido censurar la enseñanza sobre razas en Oklahoma, donde se acaba de cumplir el centenario de la masacre de Tulsa, uno de los peores incidentes de violencia racial en EEUU. La querella alega que la ley “prohíbe el concepto de que ‘cualquier individuo pueda sentirse incomodo, culpable, ansioso o tener cualquier tipo de estrés emocional debido a su raza o género’”.
Sykes, quien es negro, dice que “la premisa de esta ley es proteger a los estudiantes blancos contra la incomodidad… pero la enseñanza sobre nuestra historia causa incomodidad y también recuerdo haber sentido incomodidad por la falta de representación de (mi raza) en el currículo de estudios”
No podemos esperar que las cortes resuelvan este conflicto por su cuenta, dice. “Los litigios son una parte mínima de una conversación más amplia sobre nuestro destino. Debemos tener una expectativa realista sobre la ley”.
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