El partido de gobierno en Costa Rica resultó barrido en las últimas elecciones legislativas del domingo 6 de febrero. No logró ni el 1% de los votos y perdió toda representación en el parlamento.
¿Por qué es importante? El Partido Acción Ciudadana de Costa Rica rompió con 60 años de bipartidismo en 2014, pero tras dos mandatos en el gobierno prácticamente fue borrado del mapa político.
- Es el partido del presidente saliente, Carlos Alvarado, y es acusado de tramas de corrupción, pero también de nunca haber establecido un discurso claro de qué quería hacer con Costa Rica.
Lo que dicen los medios: El partido nunca tuvo una dirección ideológica clara, operó con posiciones económicas muy cercanas a la derecha y posiciones de derechos humanos cercanas a la izquierda, señaló un experto consultado por The Washington Post.
El contexto: Escándalos de corrupción, la aprobación de una polémica reforma fiscal, auge del desempleo y las restricciones por el COVID-19 contribuyeron a un descontento que se manifestó en la popularización de la frase “es culpa del PAC”, en referencia a las siglas del partido.
- Como última polémica, fiscales afirman que el presidente Alvarado abusó de su autoridad al crear la Unidad Presidencial de Análisis de Datos con los supuestos objetivos de utilizar datos personales para adaptar mejor sus políticas públicas.
- Sin embargo, se acusa a la unidad de supuestamente buscar información restringida de varias agencias gubernamentales, como ingresos personales y registros médicos.
- El candidato presidencial del partido, el diputado Welmer Ramos, nunca se pudo sacudir la impopularidad de Alvarado y el frustrado “cambio” que el partido había prometido.
- Según la ley electoral, el partido ya no podrá competir por la presidencia y quedará como espectador para ese proceso que se efectuará el 3 de abril.
¿Qué dicen? El politólogo Francisco Barahona señaló que la caída se debe a los gobiernos de Alvarado y su antecesor, Luis Guillermo Solís. Afirma que crearon emoción “casi de venganza” entre la gente que aplicó "voto castigo" contra el viejo bipartidismo - de los partidos Liberación Nacional y Unidad Social Cristiana- , pero defraudaron.
- “El tema de la ética es importante, porque el partido no luchó para evitar la corrupción, ni quiso gobernar para las mayorías progresistas que lo eligieron”, dijo Barahona.
Fuente principal de la noticia: The Washington Post.