tiroteo en Atlanta
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Aproximadamente, unos 2 mil asesinos en serie están sueltos en Estados Unidos. La fuerte afirmación llegó de parte de Paul Holes, experto criminalista, quien se hizo con un nombre luego de seguir la pista por 40 años del asesino de Golden State.

El especialista apuntó también a un nicho que podría sumar cada vez más víctimas y cómo la dinámica familiar suma a hacer más vulnerables a ciertos grupos.

Sin filtro. “He visto estadísticas de que unos dos mil asesinos en serie están operando en los Estados Unidos hoy en día”, escribió en el libro “Unmasked: My Life Solving America’s Cold Cases”, en el que relata cómo fue su búsqueda de Joseph James De Angelo por unas cuatro décadas.

  • “Es una estimación aproximada, seguro, pero es una cifra absolutamente realista”, agregó en entrevista con el New York Post.
  • Holes advirtió que los asesinos en serie “a menudo, se aprovechan de las personas cuyas vidas se han ido a pique, así que cuando desaparecen, nadie les presta atención”.
  • “Los asesinos se esconden detrás de la crisis de los opioides”, siguió.
  • Respecto a las maneras, comentó que “si la forma de matar es un estrangulamiento manual más suave, donde la víctima está intoxicada y apenas consciente, no se necesita mucho para matarla”.

Vayamos al grano. De acuerdo con el experto en criminalística, los asesinos en serie van detrás -preferiblemente- de grupos marginados, prostitutas en su mayoría, así como personas sin hogar o drogadictos. El especialista sostuvo que este tipo de personas suelen perder el contacto con sus familiares y marchan solos.

  • Holes explicó también que el uso de drogas como heroína, oxicodona y fentanilo le brinda una ventaja a los homicidas con sus víctimas, pues necesitan menos violencia para estrangular a sus objetivos.
  • Sobre esto último, declaró que incluso las marcas son menores y reclamó que ha visto casos en los que investigadores señalan que las drogas fueron la causa de la muerte de las víctimas.
  • Puso como ejemplo el caso de Samuel Little, quien confesó estar detrás de 93 asesinatos -todos a mujeres- suministrando drogas antes de acabar con sus vidas.

Fuente principal de la noticia: New York Post

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