Por Carmen Rodríguez | @LaRodriguezCJ
La comunidad salvadoreña celebró por segundo año consecutivo el Festival Mi Pequeño El Salvador, organizado por la Oficina de Asuntos Latinos de la Alcaldía de Washington DC (MOLA) y por el Comité Cultural, que lleva el mismo nombre que la festividad.
El evento también formó parte de las actividades programadas por la Alcaldía de DC en el Mes de la Herencia Migrante. La alcaldesa Muriel Bowser, recientemente nombró a junio como el mes para reconocer y conmemorar el aporte de la comunidad inmigrante en la ciudad.
El director de MOLA, Eduardo Perdomo, dijo que la actividad resalta el valor que tiene la comunidad salvadoreña, que es la más grande, en DC. “Ha sido un privilegio para mí trabajar junto a tantos miembros de la comunidad salvadoreña y saber que todos aportamos a la diversidad de nuestra ciudad”, dijo el director.
El Festival que contó con la participación de artistas locales salvadoreños y extranjeros se desarrolló en el parque de la Mount Pleasant, barrio emblemático de la comunidad de ese país que desde la década de los 80 hizo en el corazón de DC su nuevo hogar.
Durante el festival, organizaciones culturales y de servicio comunitario brindaron asesorías e información. Además, participaron artesanos y comerciantes que ofrecieron la comida y bebida típica de El Salvador.
El movimiento que creó el festival para celebrar su identidad nació de los empresarios y de los mismos salvadoreños que residen o que son dueños de negocios en el famoso barrio.

Rosibel Arbaiza, propietaria del salón de belleza Golden Zcisors, establecido hace más de 40 años, destacó que hace más de dos décadas los salvadoreños han mantenido activa la economía en la zona y que durante la pandemia ayudaron a las familias del barrio.
“La comunidad salvadoreña es importante para la Mount Pleasant, algunos de nosotros llegamos hace mucho tiempo y un evento como este es un reconocimiento a todo el trabajo que hace nuestra comunidad”, dijo Arbaiza.
De acuerdo datos de MOLA, los salvadoreños representan el 28% de toda la comunidad latina en el DC, por eso para la oficina y para la alcaldía es importante reconocer el “legado”, los aportes en materia económica y cultural que agregan los salvadoreños en el área.
Jackie Reyes, directora de la Oficina de Asuntos para la Comunidad (MOCCA) de la alcaldía de DC y exdirectora de MOLA, destacó que la comunidad salvadoreña ha sido fundamental para el desarrollo y el crecimiento comercial del barrio; por eso, que el festival se desarrolle en ese lugar es muy significativo.
Reyes es la primera mujer latina en dirigir dos dependencias de la alcaldía de DC y es también de origen salvadoreño.
Música y diversión
La comunidad disfrutó de música en vivo, bailó al ritmo de la salsa y de la cumbia y se deleitó con las voces de las artistas locales Beberly Pérez y la Salvadoreina, ambas hijas de padres salvadoreños que ponen en alto sus raíces, a través del canto.
Durante la presentación artística los asistentes bailaron al rito de la Chanchona 503 que encendió los ánimos. Otras organizaciones de la comunidad compartieron información sobre el legado de los salvadoreños en DC y el aporte de la comunidad salvadoreña en Estados Unidos.
Las familias que disfrutaron del festival saborearon las famosas pupusas, la sopa de res con hueso y los dulces típicos salvadoreños hechos por artesanos.

El festival
Mucho antes de la pandemia, la comunidad ya tenía un festival en el que celebraba sus raíces. Sin embargo, poco a poco perdió a los organizadores. Alberto Ferrufino, propietario de uno de los restaurantes salvadoreños de la zona, dijo que el Festival Mi Pequeño El Salvador es un incentivo y marca también el regreso de aquella fiesta que celebran hace más de diez años.
Ferrufino añadió que este tipo de eventos ayuda a que otras personas que llegaron recientemente al barrio se incorporen y conozcan más a la comunidad. Además de los negocios salvadoreños, en la Mount Pleasant hay otros negocios latinos que prestan sus servicios y que hacen que la comunidad hispana en general se sienta identificada.
Las autoridades de MOLA señalaron también que con el festival rinden un homenaje especial a los más de 2 millones de salvadoreños que residen en el país.
Para los comerciantes de la zona el festival devuelve el ambiente familiar y de comunidad del barrio, que tanto les ha costado recuperar después de las revueltas de principios de los años 90, cuando fue asesinado un salvadoreño en la esquina de Lamont y la famosa calle.