Igual que en los adultos, el hipo en los bebés es causado por una contracción en el diafragma y el cierre rápido de las cuerdas vocales. Sin embargo, este es inofensivo y según los expertos es una muestra de la evolución del niño.
Es poco probable que el hipo interfiera en la respiración del niño. Incluso pueden conciliar el sueño mientras padecen de la contracción del diafragma.
Un estudio de Neurofisiología Clínica realizado en 2019 determinó que en los recién nacidos el hipo proporciona información referente al desarrollo del cerebro. Esta es una característica que se desarrolla en el útero.
Si el bebé tiene hipo, expertos recomiendan que palmee o frote levemente la espalda del infante para que libere los gases que puedan estar causando el hipo.
También aconsejan evitar la sobrealimentación; y si el niño es alimentado con biberón, deben inclinarlo al dárselo para limitar la cantidad de aire que succiona el bebé.
Cuando el infante presente molestia o agitación por el hipo y este se prolonga por mucho tiempo, lo recomendable es que los representantes contacten a un médico.
No se recomiendan las curas estereotipadas, como asustar al niño, ponerle un paño húmedo en la frente o jalarle la lengua.
Curiosamente, las personas no son las únicas en tener hipo, también lo padecen los gatos, las ratas y los fetos humanos.
Ali Seifi, neurocientífico de la Universidad de Salud de Texas en San Antonio, explicó que estos espasmos envían un mensaje al cerebro, y luego el cerebro envía una orden a nuestra garganta para cerrar nuestras cuerdas vocales.
Expertos aún no han determinado la cura para el hipo, por lo que recomiendan que si el bebé tiene hipo bebe esperar a que se le calme solo.
Fuente principal de la noticia: Healthline.