Algunos encuentran la belleza y el arte en donde otros solo dolor. El cementerio de Oak Hill, en el corazón de Washington DC, Georgetown, es uno de esos espacios poco explorados que está lleno de esculturas y obras de arte. Se trata del cementerio más antiguo de DC.
Fue el primer cementerio de tipo jardín construido durante el siglo XIX y es el último lugar de descanso de políticos, militares, banqueros y empresarios. La capilla, la torre y la cerca de metal forjado que rodea el camposanto fueron diseñadas por el mismo arquitecto que diseñó el Castillo Smithsonian: James Renwick Jr.
El cementerio está ubicado en la R Street y abre sus puertas a todo el público de lunes a viernes desde las 10 am hasta las 4:30 pm. Es un buen espacio para explorar desde otro ángulo DC y para aprender sobre su historia durante esta época de verano.


Desde 2003, The Oak Hill Cementery Historic Preservation Foundation trabaja para que turistas y lugareños puedan apreciar la cultura, la historia y la naturaleza que rodea el lugar.
Entre sus 22 acres de jardines se encuentran lápidas esculpidas de los años 1800 y 1900 que cuentan la historia. Además, tumbas de algunas personas que a pesar de que murieron hace más de cien años, siguen siendo visitadas por familiares y desconocidos que quieren mantener la memoria de esa persona viva.
El turismo de cementerio o necro turismo es una actividad común en algunos países que mantiene la historia de sus camposantos. En ciudades como Barcelona y New Orleans y naciones como México, Francia o Argentina, muchos visitan los cementerios para encontrarse con las tumbas de sus ídolos o artistas favoritos.


El primer cementerio para mujeres
Al lado del Oak Hill Cemetery, se encuentra también Mt. Zion Cemetery, el primer cementerio para mujeres y para féminas negras, considerado ahora como uno de los lugares históricos de Georgetown.

Muchos encuentran por accidente la tumba de una niña de siete años que murió en 1856 un par de días antes de cumplir ocho años, llamada Nanni.
Lo que llama la atención, es que alrededor de la lápida que tiene la información de la niña, se observan muñecas, collares, juguetes, dulces, accesorios para el cabello y hasta tarjetas de felicitaciones que fueron colocadas en mayo, el mes en que nació Nanni.
Un trabajador del cementerio dijo que no nadie sabe en realidad quién es la niña o si la o las personas que dejan los objetos en su tumba son familiares o son simplemente visitantes que quieren rendir un homenaje a Nanni.

