Se produjo en circunstancias inusuales; pero el resultado es negativo para el GOP y otros candidatos divisivos en elecciones clave que podrían definir el control del Senado.
La última elección especial antes de las elecciones intermedias de noviembre está cerrada. Y aunque la carrera electoral tuvo una organización inusual, ésta podría ser más negativa para el GOP que para sus recientes predecesores, por una razón clave.
El dato proveniente de las elecciones especiales de Alaska es que la Demócrata Mary Peltola derrotó a la exgobernadora y candidata a la vicepresidencia por el Partido Republicano en 2008, Sarah Palin. Peltola obtuvo el 51,5 por ciento de los votos frente al 48,5 por ciento de Palin, lo que puso fin, al menos temporalmente, al tardío intento de Palin de volver a la política.
En realidad, las elecciones se celebraron hace dos semanas, pero el nuevo sistema de votación por orden de preferencia que aplica el estado obliga a esperar para recoger todas las papeletas y luego eliminar candidatos de abajo hacia arriba. Finalmente, fue eliminado el candidato Republicano Nick Begich, quien quedó tercero, y las opciones de los votantes que quedaron peor ubicadas se añadieron a los totales, si escogían a una de las dos finalistas como alternativa a Begich.
Peltola se llevó el 40 por ciento de los votos de la primera opción, frente al 31 por ciento de Palin y el 28,5 por ciento de Begich. Pero dado que Alaska es un estado rojo y que tanto Palin como Begich son Republicanos, era lógico que Palin captara la mayoría de sus votantes. Al fin y al cabo, casi 6 de cada 10 votantes eligieron primero a un Republicano.
Al final ella lo logró, pero a duras penas y no lo suficiente. La suma del número de votantes de Begich que eligió a Peltola como segunda opción (15.445) o que no escogieron a una de las dos finalistas (11.222) fue casi igual al total de votantes que eligieron a Palin como su primera alternativa a Begich (27.042). En otras palabras, sólo la mitad de los votantes de Begich estaban dispuestos a situar también a Palin por delante de una Demócrata.
Se trata de una elección crucial para los Demócratas, ya que el escaño fue ocupado anteriormente por el difunto representante Republicano de Alaska, Don Young. Los Demócratas también han superado sus márgenes de 2020 en las cinco elecciones especiales celebradas desde que el Tribunal Supremo anuló el caso de Roe vs. Wade en junio. Y el desempeño destacado de Peltola es el mayor hasta ahora.
Peltola convirtió un estado que Donald Trump ganó por 10 puntos en 2020 en una victoria por tres puntos, un viraje de 13 puntos. Esto supera el mejor desempeño de los Demócratas en las anteriores elecciones especiales, en el primer distrito de Nebraska, poco después de la decisión sobre Roe.
Y aunque hay algunos temas abiertos, este [resultado] duele debido a una característica específica: fue un ensayo de una dinámica a la que se enfrentan los Republicanos en las elecciones generales, candidatos divisivos y extremistas que podrían alejar a los votantes moderados. Este es un problema particular en las elecciones clave del Senado en Arizona, Ohio y Pennsylvania, donde los candidatos respaldados por Trump están muy por debajo de lo que deberían estar en lo que parecen ser ámbitos relativamente neutrales.
Palin ciertamente encaja en ese molde, ya que ha visto cómo su estado natal le ha dado parcialmente la espalda después de su dimisión anticipada como gobernadora luego de su derrota como candidata a vicepresidenta de John McCain en 2008. Una encuesta previa a las elecciones especiales mostró que el 70 por ciento de los votantes que preferían a Begich como primera opción tenían una opinión desfavorable de Palin. De todos modos, acabó obteniendo la mitad de sus votos. Pero eso quiere decir que la mitad de los votantes de un candidato Republicano no están dispuestos a escoger a otra Republicana como alternativa.
Es válido preguntarse si esto es transferible a otras elecciones con candidatos Republicanos divisivos como Blake Masters de Arizona, J.D Vance de Ohio y Mehmet Oz de Pennsylvania. Alaska no es directamente comparable, ya que fue una elección especial, en la cual las recientes elecciones sugieren que los Demócratas tienen una ventaja de participación que podría no repetirse en noviembre.
También cuenta con un nuevo sistema de elección por orden de preferencia, en el que los votantes que podrían haber tenido resentimientos por el enfrentamiento entre Palin y Begich no tuvieron tiempo entre las primarias y el enfrentamiento final para calmarse y apoyar a la alternativa de su equipo. Es posible que estos votantes tampoco hayan entendido del todo cómo funcionaba el nuevo sistema que aplica en el estado. Y Alaska también tiene una veta independiente; es un estado rojo, pero ha elegido tanto a un senador Demócrata como a un gobernador independiente que se alineó con los Demócratas en el pasado reciente.
Pero en cualquier circunstancia, perder un estado que Trump ganó por 10 puntos no es una buena señal para el GOP. Sobre todo en un año en el que parecían preparados para obtener grandes avances, y especialmente si los votantes moderados de otros estados demuestran que están algo dispuestos a dejar de lado a los Republicanos que consideran demasiado extremos.
También habrá que ver si Palin puede seguir teniendo pulso político. Los tres candidatos mencionados son también candidatos en las elecciones generales de noviembre, donde, como hemos dicho, la participación podría ser diferente. También parece posible que un número suficiente de votantes que prefieren a Palin se pasen a Begich, ahora que Palin ha sufrido una derrota en una elección que las encuestas sugerían que Begich estaba en mejor posición para ganar si llegaba a la segunda vuelta.
De hecho, la jugada inteligente para el GOP parecería ser unirse a Begich para noviembre. Pero en algunas elecciones cruciales del Senado que podrían determinar el equilibrio de esa cámara, no hay tal segunda oportunidad disponible.
Y como punto de inflexión en las elecciones de 2022, es muy posible -aunque no seguro- que volvamos a recordar cómo los candidatos que apoya Trump, como Palin, superaron por un mínimo margen a otros Republicanos para llegar a la segunda vuelta.
Washington Post - Andrew Jeong
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