Casi 60% de las calorías que consumen los adultos en Estados Unidos provienen de alimentos ultraprocesados, una cifra mayor que en países como Inglaterra, Canadá, Francia, Líbano, Brasil o Japón donde oscila entre 25% y 50%, indican cifras de los Institutos Nacionales de Salud (NIH).
Los alimentos ultraprocesados contienen una alta combinación de grasas, azúcar, sodio y sabores artificiales. Entran en el grupo que los científicos denominan hiperpalatables: aquellos que resultan irresistibles, fáciles de consumir en exceso y son capaces de engañar el sistema de recompensa del cerebro provocando antojos poderosos.
Dejar de comer alimentos ultraprocesados mojorará tu salud física y mental. Pero el primer paso para esto es conocer cuáles son y si forman parte de tu dieta, a fin de conseguir un sustituto.
Alimentos ultraprocesados y sin procesar
Los alimentos ultraprocesados son los productos industriales que contienen una gran cantidad de aditivos: sal, azúcar y aceites combinados con sabores y colores artificiales, así como estabilizadores y conservantes.
Generalmente son sometidos a diferentes métodos de procesamiento en los que cambian su sabor, textura y apariencia a algo que no se encuentra en la naturaleza. Ejemplos de estos son los cereales azucarados, donas, perros calientes, galletas de queso y los mac and cheese de caja.
Existen alimentos que consumimos y no son procesados: frutas y vegetales enteros, carnes congeladas, productos lácteos y huevos, entre otros.
También hay alimentos que pasan por un mínimo procesamiento y los puedes reconocer porque tienen pocos ingredientes en su etiqueta, entre ellos encontramos el pan y queso recién hecho, mantequilla de maní salada, salsas para pasta, paquetes de palomitas de maíz, frutas, pescado y vegetales enlatados.
Son dañinos para la salud
Un ensayo clínico realizado por los NIH comprobó que una dieta basada en productos ultraprocesados genera ganancia de peso y grasa con rapidez, mientras que un régimen alimenticio basado en alimentos sin procesar ayuda a la pérdida de peso, reduce los niveles de colesterol y aumenta los niveles de la hormona PYY, encargada de suprimir el apetito.
Los productos ultraprocesados generalmente contienen muy poca o cero cantidades de fibra, haciéndolos fácil de masticar y rápidos de digerir a pesar de ser altos en calorías. Son absorbidos rápidamente al momento de dejar el estómago y llegar al intestino delgado, lo que provoca un aumento en el azúcar en la sangre, la insulina y otras hormonas.
Las altas presiones y temperaturas a las que son sometidos los ingredientes de estos productos ultraprocesados pueden llegar a destruir micronutrientes y crear nuevos componentes que son dañinos para la salud, explicó Carlos A. Monteiro, experto en alimentos ultraprocesados y profesor de nutrición y salud pública de la Escuela de Salud Pública en la Universidad de Sao Paulo, Brasil.
¿Cómo variar tu alimentación?
Para dejar la dependencia a los alimentos ultraprocesados debes empezar por evitar comprar productos preparados o envasados; y consumir más comida integral y mínimamente procesada.
Es importante que te fijes en las etiquetas de los alimentos y selecciones aquellos que contengan menos ingredientes.
Cocinar en casa te ayudará a evitar productos procesados como los nuggets de caja, también prueba consumir yogurt natural al que puedes añadirle frutas, mantequilla de maní y miel que es un endulzante natural.
Elimina alimentos que cuenten con gran cantidad de aditivos como son las gaseosas y bebidas energizantes, puedes sustituirlas por agua con gas y limón, té sin azúcar o aguas saborizadas con algún tipo de fruta natural.
Fuente principal de la noticia: The Washington Post.