MADRES. Las madres que estudian inglés en Briya Public Charter School pueden compartir con sus hijos en el centro de cuidados infantiles. Foto: Cortesía Briya Public Charter School.
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Como muchas maestras de educación temprana, Alejandra Cárdenas, vio el impacto del coronavirus en los menores de cuatro años. Volvieron al centro de cuidado de Briya Public Charter School con sus destrezas y habilidades físicas y mentales entumecidas.

El retroceso durante la pandemia fue sintomático de un problema que los niños hispanos vienen arrastrando desde hace mucho tiempo, por eso no es casualidad que en los reportes nacionales suspendan en matemáticas y lectura. No son menos inteligentes, solo que para ellos no hay suficientes apoyos ni oportunidades, una de ellas es la ausencia de estimulación temprana. 

Estudios, como el de Nurse Family Partnership, demuestran que la educación y estimulación temprana mejoran hasta en un 50% el desarrollo del habla en menores de 21 meses. También está probado que si hablan pronto agudizan su curiosidad, aprenden a contar, el alfabeto, los colores y más.

“Eso lo vemos todo el tiempo, los niños latinos en DC llegan a la escuela con retraso. Tienen que aprender dos idiomas y eso es doble trabajo. Por suerte el cerebro es flexible, pero sería más fácil si tuvieran estimulación temprana”, dice Fernanda Ruiz, directora del programa Home Visiting de Mary’s Center.

VISITAS. Desarrollar las habilidades motoras finas y la coordinación entre el ojo y mano es parte del plan de estimulación del programa de Mary’Center en Maryland. Foto: Cortesía Diana Portela

Entre lo cultural y el bolsillo

No es de poca importancia leerles, hablarles y ponerles música desde que están en el vientre y durante el crecimiento. ¿El problema?, muchas madres trabajan y sus bebés quedan al cuidado de la abuelita o hasta la vecina. “Este es un tema cultural y de falta de recursos para pagar un centro de cuidados infantiles”, dice Ruiz. Un 14% de los infantes latinos vive bajo el nivel de pobreza, según la organización DC Kids Count.

En DC, asegura Ruiz, los latinos viven en barrios que no son considerados muy pobres, eso enmascara las estadísticas. Por lo tanto, los servicios de estimulación temprana no llegan a este grupo y eso dificulta la adaptación en la escuela, hacer amigos o perder el miedo a preguntar.

No todo es negativo, desde 2018 existe la ley Birth to Three for All, cuyo propósito es aumentar gradualmente los subsidios para que las familias pobres no destinen más del 10% de sus ingresos en el cuidado profesional de los pequeños.

Para apoyar a las madres existen programas como el de visitas de enfermeras en casa, de Mary’s Center. Está financiado por organizaciones privadas y la ciudad aporta con el 16%. 

MASAJES. Los masajes y la estimulación de los músculos de los bebés no solo fortalecen sus músculos y huesos, también los relaja y ayuda a la comunicación entre madre e hijo. Foto: Cortesía Norma López

Medicad pagará a las doulas

En Maryland, el año pasado, Medicaid aprobó pagar las visitas a casa de doulas, profesionales que asisten en las labores de parto, posparto y ofrecen apoyo emocional a las madres. En Virginia también ya existe un plan parecido desde 2022.

Mary’s Center tiene el soporte de doulas en Maryland. Para Diana Portela, trabajadora de apoyo familiar, los padres creen que los recién nacidos solo necesitan comer y dormir. “Nosotros educamos con currículums, como el de parents as teachers (padres como maestros), y sabemos que el crecimiento de un niño pasa por diferentes estaciones”.

Portela trabaja con madres latinas, muchas no han ido a la escuela y no saben cómo ayudar a sus bebés. “El llanto no siempre es por dolor, también es una manera de comunicarse; meterse el dedito en la boca es una forma de aprender a consolarse, conocer su cuerpo, medir distancias entre la boca y la mano; hacerlos dormir de espaldas el primer año y solo en la cuna, sin peluches, almohadas y cobijas”, son consejos que reciben durante las visitas de las doulas.

Madres capacitadas

Norma López de Maryland y Sandra Cuesta de DC son madres que saben sobre la importancia de la estimulación temprana infantil. La primera está asimilando las enseñanzas de la doula que la visita en casa y la segunda confía a sus niños al equipo de cuidados de Briya Public Charter School.

EJERCICIOS. Norma López fortalece los músculos de Liam, su pequeño hijo que se benefició de la atención de una profesional en estimulación temprana. | Foto: Cortesía Norma López

“Tengo dos hijos, Herminio tiene tres años y solo sabe decir papá y mamá. Dicen que poco a poco soltará la lengua. Liam tiene un año y medio y es un lorito, gracias a Diana (Portela), quien nos ha enseñado cómo estimular la curiosidad y el ejercicio”, dice López.

Los hijos de Cuesta se benefician del programa de educación preescolar de Briya. Lucas llegó a los 10 meses y no gateaba. Después desarrolló conducta agresiva, el diagnóstico fue que las dificultades del lenguaje lo frustraban, un año y medio de terapia en la misma guardería y el problema está resuelto.

CUIDADO. El modelo de atención de Briya Public Charter School privilegia el cuidado y educación de los niños de los inmigrantes adultos que estudian allí. Foto: Cortesía Briya Public Charter School

Un modelo exitoso para inmigrantes

En Briya el modelo favorece la educación temprana, porque es la base para lo que viene después y une a dos generaciones: la de los padres y sus hijos. Recibe niños desde 6 semanas hasta los cinco años”, dice Cárdenas, maestra de prekínder.

“Nos aseguramos de enviar a la escuela a niños exploradores, seguros de sí mismo, sabiendo que tienen derechos y que sus ideas tienen valor’, dice Cárdenas, maestra de prekínder, quien asegura que el retroceso sufrido por los niños durante la pandemia ya está superado. “Al poco tiempo, incluso los que tenían problemas de lenguaje ya hablaban hasta por los codos”.

Mary’s Center con su modelo de inclusión y apoyo a la salud trabaja de la mano con Briya para ofrecer acceso a la salud mental, dental de los niños y padres, eso favorece un ambiente más distendido y para los adultos aprendan inglés, obtengan su GED o quieran ser asistentes de computación o de educación pre-escolar.

De preferencia se aceptan a los hijos de los padres que estudian en esa escuela. Si quedan cupones son bienvenidos otros niños, entre ellos pequeños con autismo u otras necesidades especiales.

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