LEYES. Solo Mississipi, Utah, Oklahoma y Carolina del Sur tienen actualmente leyes que permiten los fusilamientos. | Foto: Pexels.

Idaho está a punto de permitir que los pelotones de fusilamiento ejecuten a los reclusos condenados cuando el estado no pueda conseguir fármacos para la inyección letal, según un proyecto de ley que la Asamblea Legislativa aprobó el lunes con una mayoría a prueba de veto.

Este método solo se utilizará si el estado no puede obtener los fármacos necesarios para las inyecciones letales, y ya se ha aplazado varias veces la ejecución programada de un condenado a muerte debido a la escasez de fármacos.

Solo Mississipi, Utah, Oklahoma y Carolina del Sur tienen actualmente leyes que permiten los fusilamientos si no se dispone de otros métodos de ejecución. La ley de Carolina del Sur está en suspenso a la espera del resultado de un recurso judicial.

El problema con la inyección letal

Desde que el país adoptó la inyección letal han experimentado varios problemas con esta forma de ejecución, como la escasez de fármacos que empeoró desde que las empresas farmacéuticas plantean objeciones, bloqueando el uso de sus productos en las ejecuciones. La prohibición es cada vez mayor y las farmacéuticas declaran que sus fármacos están pensados para salvar vidas, no para quitarlas.

Otro problema con este método de ejecución es la dificultad para encontrar venas utilizables. En noviembre de 2022 se suspendió una ejecución en Alabama luego de que los funcionarios de prisiones no encontraran una vena adecuada para inyectar los fármacos letales.

Según Death Penalty Information Center, organización sin ánimo de lucro de Washington DC, siete de los 20 intentos de ejecución por inyección letal en 2022 fueron un fracaso, caracterizados por procedimientos "visiblemente problemáticos".

¿Por qué los pelotones de fusilamiento?

Algunos abogados de presos federales que finalmente fueron condenados a muerte argumentaron ante los tribunales en 2019 que los pelotones de fusilamiento serían más rápidos y causarían menos dolor que el la inyección letal, que, según cita Associated Press, provoca una sensación parecida al ahogamiento.

En 2014, un preso de Oklahoma, Clayton Lockett, se retorció, gimió y convulsionó durante más de 40 minutos después de que le administraron los fármacos de la inyección letal. Fue declarado muerto 43 minutos después de recibir la inyección.

Así mismo, en 2021, John Marion Grant, recluso de Oklahoma, vomitó en las sillas y convulsionó durante casi 15 minutos después de que le administraron la inyección. También fue declarado muerto más tarde.

El senador de Idaho Doug Ricks, un republicano que copatrocinó el proyecto de ley sobre el fusilamiento en ese estado, expresó el lunes la dificultad del estado para encontrar fármacos para la inyección letal podría continuar "indefinidamente" y que él cree que la muerte por fusilamiento es "humana."

"Se trata de una cuestión de Estado de derecho: nuestro sistema penal debe funcionar y las penas deben cumplirse", declaró Ricks.

Problemas con esta idea

ABC News reseñó que en una presentación de 2019, los abogados estadounidenses citaron a un experto diciendo que alguien disparado por un pelotón de fusilamiento puede permanecer consciente durante 10 segundos y que sería "severamente doloroso, especialmente relacionado con la rotura del hueso y el daño a la médula espinal".

El senador republicano Dan Foreman, expresó el lunes que las ejecuciones por fusilamiento traumatizarían a los verdugos, a quienes las vean y a las personas que limpien después.

"He visto las secuelas de los fusilamientos, y es psicológicamente perjudicial para cualquiera que lo presencie", aseguró Foreman. "El uso del pelotón de fusilamiento está, en mi opinión, por debajo de la dignidad del estado de Idaho", agregó.

Los costos de adaptar una instalación para las ejecuciones también son bastante altos, el Departamento Correccional de Idaho calcula que costará unos $750 mil construir o acondicionar una cámara de la muerte para ejecuciones por fusilamiento.

El experto Richard Dieter, director ejecutivo del Death Penalty Information Center, declaró a USA TODAY que cree que las acciones de Idaho son un paso atrás y envían un "mensaje brutal".

"Creo que se trata de un esfuerzo de Idaho por presionar a las empresas farmacéuticas y a la comunidad médica para que proporcionen los fármacos y la experiencia que necesitan para llevar a cabo ejecuciones con inyecciones letales", indicó Dieter.

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